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Con Duhalde comprometido contra
el aborto, la Iglesia cantó bingo

En un encuentro organizado por el Vaticano, el candidato del  PJ dijo que si gana mantendrá la actual política antiaborto. De la Rúa ya se había pronunciado de acuerdo con la Iglesia.

Eduardo Duhalde aseguró que seguirá la política menemista tanto aquí como en foros internacionales.
Carlos Ruckauf criticó a Fernández Meijide: “Propicia el asesinato de bebés en el útero”.

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Por Mariana Carbajal

t.gif (862 bytes) El sector más conservador de la Iglesia ayer cantó bingo. Ante las más altas jerarquías de la Santa Sede reunidas en Buenos Aires, el candidato presidencial del justicialismo, Eduardo Duhalde, dio su palabra de mantener la política antiabortista del menemismo tanto dentro del país como en los foros internacionales si llega a ocupar el sillón de Rivadavia. De esta forma, el Vaticano consiguió, en dos días y a dos meses y medio de las elecciones, un compromiso público con la doctrina católica sobre temas de gran sensibilidad eclesiástica, de los dos políticos con más chances de acceder a la Casa Rosada, en el marco del III Encuentro de políticos y legisladores de América organizado por la Santa Sede en el Hotel Alvear. Sin embargo, el discurso de Duhalde fue más bien moderado. Quien sorprendió con un tono de arenga, en cambio, fue su candidato a la gobernación, Carlos Ruckauf. En un escenario colmado de obispos y cardenales, el vicepresidente acusó a Graciela Fernández Meijide, su oponente en los próximos comicios bonaerenses, de propiciar “el asesinato de bebés en el útero materno”.
Ruckauf aprovechó su exposición, en el cierre de la conferencia, para atacar a su contrincante de la Alianza. Tras adherir a la política provida del presidente Menem, advirtió que “los que defienden los derechos humanos de los delincuentes frente a los derechos humanos del hombre común, son los mismos que nos preparan una ley de aborto en la Argentina”. Y seguidamente atacó: “Es inconcebible que se sostenga que el Estado deba propender, como propone la señora Fernández Meijide, a asesinar bebés en el útero materno”. Horas antes, el mismo Ruckauf había declarado a la prensa, en medio de la polémica por la seguridad, que “a los asesinos los quiero ver muertos” (ver pág. 2).
Como cada vez que se la interpela sobre el tema del aborto, la candidata de la Alianza a la gobernación de Buenos Aires prefirió las evasivas para responder a Ruckauf. “A desesperados que usan la agresión como campaña no les contesto”, se limitó a decir la diputada, a quien en mesas redondas se la escuchó apoyar explícitamente la despenalización del aborto, cuando algunos años atrás todavía estaba lejos de disputar un cargo ejecutivo.
Aunque no mencionó la palabra “aborto” en toda su exposición, Duhalde expresó su convicción de que “debe protegerse y defenderse la vida desde el momento de la concepción”. “Es mi firme compromiso, pues, el de mantener a la Argentina en el camino de la defensa de la familia y la vida, en el plano nacional e internacional, en coincidencia con la Santa Sede”, aseguró. Un día antes, su oponente de la Alianza había reafirmado en el mismo escenario su posición contra el aborto. Sin embargo, a diferencia de De la Rúa, Duhalde no cuestionó la fertilización asistida y eludió una definición de la familia como “la unión permanente del hombre y la mujer”. La Iglesia Católica se opone férreamente a aceptar modelos alternativos de familia, como plantean en foros internacionales sectores más progresistas.
Duhalde consideró que “las principales amenazas” de la familia son “la drogadicción y el narcotráfico”. Y en un segundo plano, “los obstáculos para el crecimiento y el bienestar” que caracterizan a los “países en desarrollo o de desarrollo intermedio” como la Argentina. En ese punto, el candidato justicialista reiteró su postura de reducir o condonar la deuda externa de los países más pobres.
El acto de clausura de este evento debió ser demorado unos minutos por una leve indisposición del senador Eduardo Menem, quien tras reponerse en una habitación del hotel, se paró frente al auditorio para sostener que la Argentina es el país que “más y mejor defiende los derechos humanos”.
El cierre del encuentro estuvo coronado por una declaración final de los participantes en la que condenaron el divorcio, las uniones de hecho, el aborto y la eutanasia. Además, legisladores y políticos presentes se comprometieron a crear una red interparlamentaria a nivel americano paraseguir aquellos proyectos de ley que puedan atentar contra la familia y la vida por nacer

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