Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


CRISIS EN EL GABINETE POR LA REBAJA DEL COMBUSTIBLE AL CAMPO
Saltó una chispa sobre el gasoil

La postura de Roque, opuesto a la rebaja y a otros dos proyectos presidenciales, le valió fuertes ataques de sus pares del gabinete. Menem, finalmente, enviará el proyecto al Congreso. “Yo soy el Presidente”, le respondió.

Menem no se dejó conmover por los argumentos de su ministro de Economía, Roque Fernández.
La oposición del titular del Palacio de Hacienda lo enfrentó con el resto del gabinete.

na05fo01.jpg (16838 bytes)

Por Claudio Zlotnik

t.gif (862 bytes) “La decisión está tomada. El que tiene que estar convencido soy yo. Yo soy el Presidente.” Roque Fernández se había plantado ante Carlos Menem para reiterarle, cara a cara, la negativa a respaldar con su firma tres iniciativas impulsadas por el propio jefe de Estado. Se trata del proyecto de ley para eliminar el impuesto al gasoil para el campo y el transporte, la construcción del Canal Federal y el dragado de la Hidrovía. “Yo no puedo avalar proyectos con los que no estoy de acuerdo”, remató Roque. Pero no logró conmover al Presidente. Horas después, desde Córdoba, Menem lanzaba la tajante definición señalada al principio.
“Busquen una solución. Los proyectos tienen que salir sí o sí”, había ordenado Menem para cerrar la reunión con su ministro de Economía y el jefe de Gabinete. Llegaba al final una áspera reunión durante la cual varios miembros del gabinete le pasaron viejas facturas y reproches al titular de Hacienda. Temprano a la mañana, la crisis en el Gobierno ya había llegado al rojo vivo.
“Guidotti es un traidor. Estamos hartos de que se oponga a todo y salga públicamente a enfrentarnos”, arremetió exasperado un funcionario de la Jefatura de Gabinete. Fernández amagó con retirarse de la reunión. “El secretario de Hacienda no hizo más que decir lo que yo pienso. Y yo creo que los cambios en el impuesto al gasoil es de imposible instrumentación y, además, complica seriamente las cuentas fiscales”, aseveró Roque ante sus pares.
No bien aterrizó en la provincia de Córdoba, adonde concurrió para inaugurar la ampliación del aeropuerto de Pajas Blancas, Carlos Menem redobló la apuesta y confirmó el envío al Parlamento del proyecto para eliminar el gravamen al gasoil para el campo y el transporte –a la vez que eleva la presión para los autos diésel particulares–, tal como se lo prometió a los socios de la Rural hace doce días. “La decisión está tomada”, sentenció el mandatario desairando a su ministro de Economía.
Ante la negativa de Roque, el Gobierno ideó una manera elegante para salir del paso y poder enviar hoy mismo la iniciativa al Congreso. Para evitar un nuevo choque, el titular de Hacienda se subirá al avión que transportará a Menem a Chile, en donde, junto a su colega Eduardo Frei, inaugurará el gasoducto Gas Atacama. Ausente Roque, el proyecto será rubricado por su subrogante, posiblemente el ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo. En todo caso, la promesa presidencial a los hombres de campo no tiene el camino allanado en el Parlamento. “Las aguas están divididas. Va a ser muy difícil armonizar las opiniones; menos en época preelectoral”, admitió a Página/12 un referente de la bancada justicialista en Diputados.
Al respecto, Humberto Roggero, jefe del bloque del PJ, se comprometió a “estudiar seriamente” el proyecto sobre el gasoil. Y advirtió: “Queremos evitar nuevos errores. No podemos repetir el caso del impuesto para el financiamiento docente”, apuntó. El proyecto del Ejecutivo prevé quitar los 12 centavos en impuestos que tributa cada litro de gasoil, tanto para el campo como para el transporte. Pero, a cambio, apunta a que el gravamen sobre los autos particulares diésel se eleve de 12 a 30 centavos por litro.
Pero el tema del combustible no fue el único que agrietó las relaciones entre el ala política del Gobierno y Economía. Desoyendo el dictamen favorable de la Procuración General del Tesoro, Roque reiteró ayer su negativa a brindar los avales para ejecutar las obras del Canal Federal, que llevará agua a La Rioja y Catamarca. La obra –que demandará una inversión de 190 millones de dólares– fue confirmada por Jorge Rodríguez durante la agitada reunión frente a Menem, Roque, Alberto Kohan y José Uriburu, ministro de Trabajo. El aval de Economía es necesario para que el consorcio a cargo de los trabajos (Techint-Roggio y la brasileña Andrade Gutiérrez) pueda conseguir financiamiento en el mercado de capitales. “Novoy a dar ningún aval. Hay errores técnicos en los contratos de adjudicación”, le escucharon decir a Fernández sus interlocutores. En el Ministerio de Economía imaginan una salida: que, mediante un decreto de necesidad y urgencia, Menem transfiera a Rodríguez el poder para dar los avales. “Guidotti va a firmar los avales con gusto. Lo va a tener que hacer; no queda otra alternativa”, aseguró a este diario José Luis Lamanna, el vocero de la Jefatura, dándole dimensión a la pelea que existe en el seno del Gobierno.
Pese a la férrea oposición de su ministro, Menem está dispuesto a apretar a fondo el acelerador y sacar adelante sus proyectos. Sabe que juega en un delicado equilibrio: un eventual portazo de Roque provocaría un incendio en el último tramo de su gobierno. Para no echar leña al fuego se lleva al ministro a Chile. Y dio el visto bueno para que el costo de la Hidrovía, de 300 millones, pase al Presupuesto del año 2000. Pero también es consciente de que ayer no pudo detener la seria crisis que envuelve a sus ministros.

 

Claves del conflicto

ron2.gif (93 bytes)   El ministro de Economía se opuso a convalidar la rebaja del impuesto al gasoil para el campo y el transporte.
ron2.gif (93 bytes)  También se negó a dar avales oficiales para el Canal Federal y asignar 300 millones de pesos al Proyecto Hidrovía.
ron2.gif (93 bytes)  Todo el gabinete se le puso en contra, denunciando de “traidor” al viceministro, Pablo Guidotti, por hacer pública la polémica.
ron2.gif (93 bytes)  El presidente Menem desoyó a Roque, y decidió enviar al Congreso la rebaja para el gasoil, que le había prometido a la Sociedad Rural.


 

PREOCUPA EL CLIMA POLITICO Y LA CAIDA DEL REAL
La pelea hizo temblar al mercado

t.gif (862 bytes) La crisis en el Gobierno repercutió en la city. El índice de acciones líderes MerVal cayó ayer el 1,6 por ciento, en medio de las preocupaciones que genera entre los financistas los tironeos entre el ala política del Gobierno y Roque Fernández. Para peor, la moneda brasileña continúa desvalorizándose profundizando el clima de incertidumbre de los inversores.
En medio de la recesión económica y las dudas sobre la marcha de la economía, las peleas en el seno del Gobierno y las flaquezas que muestra la economía brasileña no hacen más que retraer a los financistas. “El principal problema es que se siga reavivando la crisis de confianza, que podría profundizar la recesión y cortar las inversiones”, apuntó Aldo Abram, economista de la consultora Exante. Por su parte, Pedro Rabasa, economista del Scotiabank Quilmes, señaló que “Argentina podría verse más afectada si los inversores consideran que, en efecto, los países del Mercosur son muy riesgosos para apostar en ellos”.
El presagio de Roque Fernández respecto de Brasil se va convirtiendo, con el correr de los días, en realidad. El real brasileño se depreció ayer el 1,4 por ciento y tocó 1,906 por dólar, el peor nivel de los últimos cinco meses. Para evitar una devaluación más profunda, el Banco Central de Brasil se vio obligado a intervenir en el mercado de divisas y a anunciar nuevas medidas.
Los desajustes en la economía brasileña vienen presionando al real en las últimas tres semanas. Ante la cúpula de la UIA, Roque pronosticó una caída en picada de la moneda brasileña y su estimación se está cumpliendo: en el mercado paralelo, cada real ya se cotiza a dos unidades por dólar.
Para descomprimir el mercado cambiario, Arminio Fraga, el presidente del BC brasileño, anunció varias medidas destinadas a estimular la entrada de capitales extranjeros y apaciguar el nerviosismo de los inversores. Una de esas medidas apunta a que los exportadores cobren anticipadamente sus ventas. Por otra parte, Fraga decidió suspender en algunos casos el cobro del Impuesto sobre Operaciones Financieras (IOF), que gravaba con un 0,5% los movimientos bancarios, y que formaba parte del último paquete fiscal lanzado por Fernando Henrique Cardoso.
La popularidad del presidente brasileño viene cayendo a pique. Este factor, sumado a que los financistas suponen que Brasil incumplirá las metas trazadas con el FMI, le están jugando en contra a la economía del país vecino.

OPINION

 

PRINCIPAL