Por C. A. La indiferencia no es de los
trabajadores del hospital, es de los gobernantes de turno, fue una de las frases
alegóricas de los sindicalistas del hospital Moyano para contestar a una investigación
publicada por este diario en la que se informó sobre la muerte de cuatro pacientes que
habrían sido víctimas del abandono institucional. Los gremios ATE, UPCN, y la
Asociación de Profesionales emitieron en conjunto un comunicado en el que atribuyen la
publicación de la nota a una artera y persistente campaña cuyo velado objetivo es
la destrucción del Hospital Neuropsiquiátrico público. Pero al mismo tiempo
denunciaron que el gobierno porteño no aporta los recursos necesarios para la
correcta atención de las 1600 pacientes que viven en el Moyano. En muchos turnos
más de cien mujeres deben ser atendidas por una sola enfermera, le dijo a este
diario Mario Muñoz, delegado general de ATE. Desde el ejecutivo, el director de Salud
Mental, Roberto Lovalvo, contestó: ya se decidió la creación de 30 cargos para
guardia, solicitados por la dirección del hospital, entre otras medidas, le dijo a
Página/12.
En la nota publicada por este diario el lunes último se informa sobre la muerte de cuatro
mujeres bajo síntomas de desnutrición, infecciones generalizadas o enfermedades
físicas, que según investigan la Justicia y la Defensoría del Pueblo, no habrían sido
atendidas correctamente, víctimas del abandono y de la crisis que atraviesa el Moyano. La
reacción de quienes trabajan en el hospital se hizo esperar hasta el miércoles cuando
con un tajante comunicado los tres sindicatos salieron a asegurar que no hubo por
parte del personal del establecimiento, ni abandono, ni indiferencia, ni desidia. Y
sostuvieron que entregarán a la Justicia suficiente documentación para
demostrar que no existieron errores en la atención a las pacientes.
Uno de los casos es el de Susana Vasallo, una mujer de 52 años cuyo homicidio
culposo es investigado por la Justicia. La mujer había ingresado al Moyano en
noviembre. La internaron de prepo, la golpearon y nunca pude sacarla de ahí. Era
una mujer sana que fue chupándose, adelgazando y deteriorándose hasta parecer una
pordiosera, le dijo a Página/12 su prima. Andrea Chicone fue quien ante la
situación en que vio a Susana, llamó a la policía. Dos agentes de la comisaría 48
describieron en esa denuncia las escaras, la delgadez llamativa y los moretones en las
piernas que tenía Vasallo, quien murió veinte días después. La denuncia de Chicone
tardó demasiado en pasar los juzgados civiles de rigor y llegar a la justicia penal.
Cuando lo hizo Vasallo ya había muerto. Y es por eso que el juez Luis Schelgel investiga
su muerte.
Sobre ese caso el delegado general de ATE, Mario Muñoz, le dijo a este diario que
desde que ingresó no se sintió bien porque era de clase media alta y acá no
brindamos hotelería. La ironía clasista de Muñoz apunta a las carencias edilicias
y de personal del Moyano. Para el sindicalista el confort es imposible cuando desde
que asumió el gobierno actual acá no pusieron un sólo ladrillo. Hubo que presionar para
que cambiaran las cañerías de gas que iban a hacer explotar el hospital. Y apuntó
directo al candidato de la Alianza. Cualquier cuadrilla que le hace la
campaña, por qué no la manda a hacer los baños nuevos, por qué no empieza con el
arreglo del pabellón clausurado. También fustigó a la Defensora del Pueblo,
Alicia Oliveira, por que sale a decir la estupidez de que nosotros gozamos como los
nazis al ver sufrir a las pacientes y no exige al Gobierno más enfermeras que es lo
necesario.
Desde el gobierno porteño, el director de Salud Mental, Roberto Lovalvo, rechazó las
acusaciones sobre desinterés de su área para resolver los problemas del Moyano. Es
falso que respondamos a presiones, el arreglo de la instalación de gas fue una prioridad
fijada por nosotros y además refaccionamos el pabellón Riglos. Sobre el personal ya se
decidió la creación de 30 cargos para guardia, solicitados por la dirección del
hospital, entre otras medidas, sostuvo. Una de ellas sería un
diagnósticoginecológico completo a las 1600 pacientes, teniendo en cuenta el caso de
Alicia R, una paciente a la que en el hospital Penna atendieron por una miasis, o sea la
presencia de larvas en una úlcera en un pecho, que habría sido producto de tres meses
sin un correcto control.
OPINION
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