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SOSTIENEN QUE HABRIAN ANALIZADO UNA INTERVENCION MILITAR
Una alianza poco santa en Perú

En la reciente gira del zar antidrogas Barry McCaffrey, se negó toda intervención en Colombia. Pero Fujimori espera que eso ocurra.

El zar McCaffrey dijo presente a la hora de ayudar.
El general derramó elogios sobre Fujimori y Montesinos.

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Página/12 en Perú
Por Carlos Noriega Desde Lima

t.gif (862 bytes) Los elogios que le regalara el general Barry McCaffrey en su breve vista al Perú y la crisis colombiana se han convertido en el centro de una estrategia de marketing para buscar lavar la imagen del omnipresente asesor presidencial y jefe de facto de los servicios de inteligencia, el ex capitán Vladimiro Montesinos, enlodada por acusaciones de vínculos con el narcotráfico, violaciones a los derechos humanos y de amenazar y desprestigiar –con ayuda del astrólogo y ex militar argentino Héctor Faisal– a periodistas independientes y políticos de oposición. Y, de paso, para buscar recuperar la popularidad del presidente Fujimori –también alabado fervorosamente por el zar– en el mercado interno y suavizar las duras críticas a su conducta dictatorial en el exterior. Los elogios de McCaffrey y la crisis en Colombia se interrelacionan estrechamente y las palabras del zar antidrogas parecen responder más a lo que ocurre en Colombia y a las necesidades de apoyo para la estrategia norteamericana, que a lo que sucede en el Perú.
Cuando McCaffrey ya estaba de regreso en Washington para reportarle al presidente Bill Clinton los resultados de su viaje a Brasil, Bolivia, Perú y Argentina, en Lima una versión televisiva aseguró que durante el desayuno de trabajo de más de una hora que tuvieron junto a funcionarios de la CIA, McCaffrey y Montesinos habían analizado en detalle un supuesto plan para intervenir militarmente en Colombia. La versión fue propalada por Frecuencia Latina, el canal que el gobierno le arrebatara en 1997 a Baruch Icvher y que desde entonces mantiene estrechos vínculos con los servicios de inteligencia que controla Montesinos. Esto no deja dudas de dónde se filtró la información y deja claro el interés de Montesinos de aparecer como el interlocutor del gobierno norteamericano en la elaboración de un plan de intervención militar en Colombia. Los medios de comunicación fujimoristas han cargado la tinta y las imágenes para tratar de convencer a los peruanos que las cosas son como Montesinos quiere que se vean. Antes de la llegada a Lima de McCaffrey en un especial de televisión sobre la crisis colombiana, su conductora, famosa por dirigir un escandaloso talk show, gritó ante las cámaras al borde de la excitación: “Si no fuera por nuestro presidente Fujimori y por el doctor Vladimiro Montesinos, ahora estaríamos como Colombia...”.
A McCaffrey se le borró la sonrisa que exhibió en Lima y desmintió, enérgico, la versión de la televisora. El zar insistió que nunca habló de una posible intervención en Colombia. Pero más allá de lo que McCaffrey diga resulta inverosímil pensar que en su gira sudamericana el tema de Colombia y una supuesta opción militar no fue un asunto central de discusión. En ese sentido, no parece extraño que en su reunión, fuera de la agenda oficial, con Montesinos, la crisis colombiana haya tenido un lugar de privilegio. El 30 de julio, Página/12 informó de una reunión secreta en la que Fujimori les informó a los altos mandos militares peruanos de un supuesto plan de la CIA para intervenir militarmente en Colombia bajo la cobertura de la lucha contra el narcotráfico. Con una frontera de 1600 kilómetros con Colombia, el apoyo de Perú para una supuesta acción regional en Colombia es vital para Estados Unidos.
Por lo pronto, preparado para una salida que no le disgustaría, Fujimori ha reforzado la frontera con Colombia enviando 2000 nuevos soldados. Las fuerzas militares en la zona fronteriza han aumentado en tal medida que ahora las precarias escuelas son usadas como barracas para los soldados. Y los militares peruanos reciben entrenamientos de comandos norteamericanos en las estrategias de la llamada lucha de baja intensidad. En la tragediacolombiana, Fujimori ha decidido desde el inicio jugar el papel del duro de la película. Y junto a él, su asesor Montesinos no ahorra esfuerzos, ni filtraciones a la prensa amiga, para hacerle creer al auditorio que él es el estratega ideal para llevar a la práctica ese discurso de dureza.

 


 

EN MEDIO DEL PARO Y DE ATAQUES DE LAS FARC
Interviniendo a un ejército

t.gif (862 bytes) Estados Unidos “no interviene en Colombia”. Esa es la línea oficial, pero cada vez más armas y equipos estadounidenses encuentran su camino hacia el descalabrado país sudamericano, donde ayer las guerrillas de las FARC –con las que el diálogo está interrumpido desde que empezó, hace más de un año– aprovecharon el segundo día de paro general de actividades para ocupar otra central hidroeléctrica –donde mantenían cautivos a 50 trabajadores– mientras un ataque en la región petrolera oriental de Casanare habría resultado con un saldo de 50 guerrilleros muertos.
Ayer, fue el turno de entregar personalmente al presidente Andrés Pastrana seis helicópteros “Super Huey” para ser empleados en actividades antinarcóticos, que según la embajada norteamericana “han sido repotenciados a un costo de 1,4 millón de dólares cada uno, para reunir las capacidades técnicas requeridas en la lucha contra las drogas. Ahora son comparables a un helicóptero bimotor y pueden operar a altas alturas”. La embajada anunció además que otros cuatro helicópteros se encuentran en proceso de repotenciación en EE.UU., pues el proyecto contempla un total de 25 helicópteros Super Huey y seis Blackhawks UH-60, de los cuales tres llegarán a Colombia en noviembre.
Pastrana, en el acto de entrega de los helicópteros, reclamó la ayuda norteamericana para erradicar y reemplazar los cultivos de coca. “El campesino colombiano no quiere vivir en la ilegalidad, necesita de una alternativa de producción para volver a la legalidad y, de esta manera, contar con su propia forma de vida”, suplicó. Además pidió a Washington que otorgue a Colombia ayudas preferenciales económicas, como las que brinda a Centroamérica. “Le pedimos al gobierno de Estados Unidos que nos tienda la mano para poder dar estas preferencias, especialmente a los habitantes del Eje Cafetero afectado por el terremoto (de 6 grados Richter el pasado 25 de enero, que dejó más de 1200 muertos y 200.000 damnificados), y de esta manera podamos mantener el empleo y generar más”, puntualizó. Finalmente anunció que una estrategia combinada de combate al narcotráfico, erradicación y sustitución de cultivos ilícitos diseñada por su administración será presentada próximamente al gobierno y al Congreso de Estados Unidos, “para trabajar conjuntamente sobre los problemas de las drogas y atender los originados por la situación económica”.

 

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