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Candidato se vende

En medio de la campaña electoral, los publicitarios se pronuncian. Y la conclusión no es nada halagadora.

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El mensaje de Duhalde es el que menos convence a los especialistas.
Le critican poca coherencia y la incapacidad de despegarse de Menem.

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La campaña aliancista genera mejores comentarios y conclusiones.
Pero igual se sigue hablando de “desastres” y de tedio.


Por S. K. y R. C.

t.gif (862 bytes) El rol de los publicitarios en una campaña es curioso: ven al candidato y a sus propuestas como “dentífricos” a vender, pero también son ciudadanos que tienen sus gustos y disgustos personales. En esta campaña, equipos de imagen y producción se miran por encima de trincheras opuestas y se tiran con todo. Página/12 consultó a profesionales destacados que no participan de la batalla y les pidió su opinión sobre lo que ven. La más lapidaria vino de Sergio Cocú, director general creativo de MacCann-Erickson: “Esta campaña es una excelente oportunidad para que la publicidad se luzca, porque no hay candidatos carismáticos”.
“Básicamente me parece un desastre lo que están haciendo”, concurre Juan Cravero, director general creativo de Lautrec Publicidad. “No hay consistencia, las campañas son incoherentes. En el caso de Duhalde, es claro que han cambiado varias veces de creativos y línea.” Estos disgustos por la calidad profesional de las campañas no evitan, sin embargo, los matices: la Alianza, en opinión de los publicitarios, maneja mejor su mensaje y hasta sus debilidades, mientras que el duhaldismo no acierta del todo. “El problema de Duhalde es que no puede constituirse en oposición”, explica Sergio Polaccia, director de la agencia Downtown. “Aunque trata de diferenciarse de Menem, no puede diferenciarse de un partido como el PJ.”
“Los spots de De la Rúa son más efectivos”, continúa Polaccia. “La gente se acuerda de sus avisos y el candidato logró constituirse en oposición. El otro acierto fue aceptar autocriticarse. Todo el mundo decía que era aburrido y él lo asumió públicamente, transformó el defecto en algo que lo ayuda.” A Cocú le parece “genial y buenísima la idea de estos personajes de espalda, en el spot de la Alianza. Toma cosas que están en la cabeza de la gente, y además lo tomaron de una manera muy buena: “¿Qué somos, tarados? Si en 10 años subieron los impuestos...”, encarnada en personajes que van a votar a la Alianza, me parece lo mejor de la campaña, lejos”.
Cravero también ve mejor la campaña aliancista, pero no se entusiasma tanto. “De la Rúa es un poco más consistente: desde el marketing busca pegar el duhaldismo al menemismo”, explica. “Su campaña pretende ser multitarget, es decir masiva. Pero cuando pretendés abarcar todo decís muy poco y cuando decís cosas concretas, segmentás. Creo que es incoherente en su continuidad, un día te dan un golpe bajo, al día siguiente aparecen con una cumbia con un mensaje `todo bien`.”
“Yo creo que si no hubieran hecho ninguna de estas campañas el resultado hubiese sido el mismo”, termina de lapidar Cravero. “Creo intuitivamente que De la Rúa va a ganar, pero más por reacción que por él mismo. El aviso de ‘Soy aburrido’ me pareció pésimo como pieza publicitaria, el de los cien pasos también.”

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