The Guardiande Gran Bretaña
Por Ian BlackDesde Londres Unidades de vanguardia de las
fuerzas multinacionales de pacificación lideradas por Australia llegarán a Timor
Oriental durante el fin de semana, después que la ONU decidió ayer con inusual celeridad
conferirles un fuerte mandato que, sin embargo, requiere la cooperación de los militares
indonesios. Trabajando sobre un borrador británico de propuesta británica hasta las
primeras horas del día de ayer, el Consejo de Seguridad de quince miembros resolvió
unánimemente permitir que la fuerza utilice todas las medidas necesarias para
detener el derramamiento de sangre en la ex colonia portuguesa. La resolución describe
entre los objetivos de la tropa asegurar la sede de la ONU en Dili, proteger a los
refugiados, garantizar la llegada de la ayuda y el trabajo conjunto con las tropas
indonesias. El texto no detalla cómo estará conformada la fuerza, sus reglas de
operación, el momento de su arribo ni el modo de su despliegue, que estaban en discusión
en Nueva York y Darwin anoche. Pero, como se esperaba, estará comandada por Australia,
que se está preparando para contribuir con hasta 4.500 efectivos. El resto de las 8.000
tropas comprenderá contingentes de una variedad de países asiáticos y occidentales. El
subcomandante será un militar malayo. No sucede muy a menudo que las Naciones
Unidas trabajen tan rápidamente dijo el enviado británico, sir Jeremy Greenstock. Espero
que esto signifique que el Consejo tiene claro lo que tiene que hacer. La velocidad
con que actuó el Consejo refleja la preocupación internacional por el estallido de
violencia en Timor Oriental después que la misión de la ONU organizó el referéndum del
30 de agosto sobre la independencia, que produjo un voto abrumador a favor del Sí. Se
espera que la fuerza esté integrada por soldados de la Asociación de Naciones del
Sudeste Asiático, de diez miembros, incluyendo a Tailandia 30 a 40 hombres, Singapur 21
médicos militares y Filipinas, que enviará un batallón de avanzada y una unidad
sanitaria. Fiji, Corea del Sur 400 hombres, Bangladesh, Pakistán, Canadá hasta 600
soldados, Nueva Zelanda hasta 700 hombres, una fragata y aviones, Portugal, Francia 500
hombres, una fragata con misiles teledirigidos y tres carros terrestres, Brasil y
Argentina también ofrecieron tropas. Gran Bretaña enviará 270 gurkas. El presidente
Bill Clinton prometió enviar cientos de soldados de Estados Unidos para manejar puentes
aéreos, logística, comunicaciones e inteligencia. China enviará policía
civil.Indonesia, que la semana pasada, y mientras la violencia aumentaba, se mostraba
desafiante, sorprendió a algunos observadores en Nueva York por su aquiescencia a una
dura resolución del Consejo. Nuestra evaluación es que la actitud de los
indonesios no es la de crear problemas sino de resolverlos dijo anoche un diplomático
occidental. Es un giro significativo de 180 grados.Ali Alatas, el ministro del
Exterior indonesio, dijo que el punto central de sus conversaciones en Nueva York era
determinar la relación de la fuerza con los militares indonesios, que tienen a 20.000 de
sus hombres basados en el territorio. José Ramos Horta, premio Nobel de Timor Oriental,
dijo que esto era totalmente inaceptable, dado que la ONU ya había cometido
el error de confiar en las fuerzas de seguridad indonesias para garantizar la paz en el
territorio. Anoche se decía que el Consejo de seguridad exigía que sólo se desplegaran
tropas que no hubieran estado previamente en Timor Oriental.Los funcionarios dijeron que
el rol de la fuerza de la ONU cambiaría de impositora de la paz a su administradora
cuando la ONU se haga cargo de la administración del territorio en noviembre, según el
acuerdo logrado enmayo entre Portugal e Indonesia. Australia, cuyas relaciones con
Indonesia se deterioraron durante la crisis, no está mencionada en el texto de la ONU.
Alatas enfatizó que los vecinos asiáticos de Yakarta disponían de una capacidad
única para prestar sus servicios en la fuerza. La rama australiana del Consejo
Internacional de Juristas dijo que los abogados estaban reuniendo evidencia para
entregársela a un tribunal de crímenes de guerra de la ONU, semejante a los creados
después de las guerras en Ruanda y la ex Yugoslavia.Traducción:Celita Doyhambéhère.
COMO ESPERAN EN JAKARTA A LA FUERZA DE LA ONU
Entre la resignación y el desafío
Por John Gittings Desde Jakarta
Un clima
de resignación reinaba ayer en la capital indonesia, que hace sólo algunos días
adoptaba una postura desafiante ante la indignación internacional por los excesos del
ejército y los paramilitares en Timor. El portavoz de las fuerzas armadas indonesias,
general Sudrijat, declaró que Indonesia debía aceptar la decisión si no quería
transformarse en el villano de la comunidad internacional. Pero mientras
llovían desde los países de Asia y otras regiones ofertas para contribuir a la fuerza de
paz de 8000 soldados, rápidamente se notaron preocupantes ambigüedades sobre el papel de
las Fuerzas Armadas Indonesias (TNI) en Timor. El status de los miembros de TNI
será como asesores y fuerzas de enlace, informó ayer el ministro de Información
indonesio, Yusuf Yosfiah, sin agregar más explicaciones. El canciller indonesio, Ali
Alatas, afirmó en Nueva York que la relación entre la fuerza de paz y el ejército
indonesio era el tema central que todavía había que resolver. El líder timorense
exiliado, José Ramos-Horta, advirtió que las guerrillas proindependencia en Timor
Oriental no permanecerían pasivas si el Ejército indonesio no se retiraba del
territorio. Si la fuerza multilateral se despliega en el terreno, y el ejército
indonesio sigue estando allí, va a ser imposible controlar las emociones de nuestro
pueblo, dijo. Pero diplomáticos en la ONU insistieron que se le requeriría a
Indonesia enviar a Timor Oriental tropas que no hubieran estado desplegadas allí hasta el
momento o asociadas con el fomento a los grupos paramilitares proindonesios. No se
puede confiar en que los que ahora están en Timor garanticen la seguridad,
consideró un funcionario en Nueva York. En Jakarta, hubo varias protestas callejeras
contra las atrocidades de los militares indonesios, contra el liderazgo de Australia
de la fuerza de paz de la ONU, y contra un plan de seguridad estatal pero la ciudad
estaba mayormente en calma. El rol prominente de Australia ha despertado el resentimiento
de los nacionalistas. El ministro para Asuntos Políticos y de Seguridad, Feisal Tanjung,
dijo que el contingente australiano podría enfrentarse a riesgos en Timor
Oriental. Un grupo paramilitar que se identificó como el Comando de la Lucha
Pro-Integración (PPI) dijo que la fuerza debía esperar una dura recepción. El PPI
va a devorar los corazones de quienes vengan a Timor Oriental, dijo el líder del
grupo, Filomeno Kornai, a periodistas en Timor Occidental, que sigue siendo parte de
Indonesia. En Dili, los miembros restantes de la misión de la ONU informaron que se
observó a los paramilitares salir de la ciudad en camiones llenos de bienes saqueados.
Indonesia reiteró que tiene planes para el reasentamiento de todos los refugiados de
Timor Oriental 150.000 según la declaración de ayer en otras partes de
Indonesia. Esto sería una violación de la resolución del Consejo de Seguridad, que pide
el retorno seguro de los refugiados a Timor Oriental.
OPINION
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