Por Adrián H. Mouján El presidente Carlos Menem,
luego de un día vertiginoso por las declaraciones de su amigo Lino César Oviedo,
resolvió, previa consulta con el ministro del Interior, Carlos Corach, y el canciller
Guido Di Tella, enviar al ex militar paraguayo a la provincia de La Pampa. Menem adoptó
esta decisión tras recibir un informe del área de Asuntos Jurídicos del Ministerio de
Relaciones Exteriores dictaminando que Oviedo había violado las condiciones del asilo
político que le concedió el gobierno argentino al opinar sobre la situación política
en su país. Aunque la resolución aún no está firmada, el traslado de Oviedo se
conocerá hoy después de la reunión de Gabinete.
A su arribo de Nueva York, donde participó de la Asamblea General de Naciones Unidas,
Menem se desayunó con las declaraciones de Oviedo publicadas ayer en La Nación (ver
aparte) que según relataron sus colaboradores, lo enojaron mucho, por lo que
decidió pedirle a Corach, cuyo ministerio es el encargado de controlar que Oviedo cumpla
con las reglas del asilo, que determinara si el ex general paraguayo había violado o no
las reglas que rigen el asilo. Nadie puede gobernar en la ilegitimidad, sin respaldo
popular (en relación con el actual presidente paraguayo Luis González Macchi, fue
una de las frases de Oviedo que, de acuerdo con una evaluación de Cancillería,
agudizarán la crisis diplomática argentino-paraguaya, según detalló un
colaborador del jefe de Estado.
En su contacto diario con los periodistas antes de ir al encuentro de Menem, Corach dio
algunas pistas sobre lo que podía resolverse en el transcurso del día al señalar que
hay gestiones extraoficiales en el sentido de buscar una alternativa eventual para
el caso de que el señor Oviedo abandone la Argentina. Por esas horas, aún estaba
vigente la oferta del presidente venezolano Hugo Chávez de recibir al ex militar
paraguayo. Ante la pregunta sobre si consideraba que Oviedo había vulnerado las reglas
del asilo, Corach prefirió no exponer su opinión, argumentando que quería conocer el
contexto del artículo y luego esperar una definición de Cancillería.
Ante la ausencia de Guido Di Tella, que permanece en Nueva York, donde hoy podría
reunirse con el canciller paraguayo José Félix Fernández Estigarribia, el titular de la
cartera política se comunicó con el vicecanciller Andrés Cisneros y el secretario de
Asuntos Institucionales de la Cancillería, Daniel Castruccio, para ponerlos al tanto del
pedido presidencial. Minutos después, Cisneros y Castruccio encargaron a los abogados del
ministerio un dictamen evaluando las declaraciones de Oviedo. Mientras tanto, Corach
habló con Di Tella al mediodía, y allí el canciller, quien había recibido el fax con
el artículo periodístico que le enviaron desde Buenos Aires, le dijo a su colega de
Interior que Oviedo había violado las condiciones de asilo, pero apuntó que era
necesario esperar el dictamen jurídico.
Finalmente, el informe llegó a manos de Corach, quien programó una reunión con Menem en
la Quinta de Olivos para la tarde. Ante la repercusión negativa que produce en la clase
política y en la ciudadanía la decisión del gobierno de mantener a Oviedo en la
Argentina, los voceros oficiales anunciaron que en la reunión se decidiría el destino
del ex militar paraguayo.
Menem y Corach charlaron durante cuarenta minutos en la quinta de Olivos, con la
participación telefónica de Di Tella, desde Nueva York. En el paper preparado por
Cancillería se consideraba que varias afirmaciones de Oviedo eran de tipo político, lo
que viola las condiciones de asilado. El jinete bonsai, como se lo conoce al ex general
paraguayo en su país, consideró ilegítimo al gobierno de González Macchi.
También afirmó que había que convocar a elecciones para designar a un nuevo
vicepresidente y no se hizo; los partidos nombran a sus ministros; las instituciones
nofuncionan. También acusó al ex presidente paraguayo Juan Carlos Wasmosy de
haber dejado a mi país (por el Paraguay) en la ruina. En su conclusión, los
juristas consideraron estas declaraciones como violatorias de las condiciones de asilado.
En su encuentro con Corach, Menem decidió reflotar la idea de enviar a su amigo paraguayo
a La Pampa, resolución que ya había adoptado entre el 9 y el 10 de setiembre, antes del
suspendido encuentro del presidente argentino con su par paraguayo, Luis González Macchi.
Pero Menem le hizo una salvedad a Corach: Lo resolvemos mañana (por hoy) en
Gabinete, aunque fuentes oficiales señalaron a Página/12 que hoy la decisión se
trasladaría a papel y luego se informaría oficialmente el traslado a La Pampa, de donde
ya tienen el okay del gobernador Rubén Marín, que va su por su re-reelección y que, por
su carácter de vicepresidente del Consejo Nacional Justicialista no manifestará,
oposición, a diferencia del radical chubutense Carlos Maestro y el peronista
santacruceño, Néstor Kirchner, que ya anticiparon su no.
En la Casa Rosada explicaron que la decisión tomó dos carriles: el político, que
está en manos de Menem, y el diplomático, que lleva Di Tella. En lo que respecta a
Menem, el jefe de Estado volvió a aplicarle sus tiempos a una situación que genera
rispidez con la oposición y con el candidato peronista Eduardo Duhalde. Menem hizo oídos
sordos a los cuestionamientos de Fernando De la Rúa y a las críticas de varios
especialistas en derecho internacional, pero también, al ordenar su traslado a La Pampa,
notificó a Oviedo de su enojo por el exceso verbal del jinete bonsai. Mientras, la parte
que le corresponde a Di Tella está directamente relacionada con un pedido de disculpas
que en la Casa Rosada esperan de Asunción, por las críticas a Menem luego de que denegó
la extradición.
La idea del traslado ya se había analizado durante la estadía de Menem en Nueva York,
donde se manejaron dos posibilidades: mudar a Oviedo al sur, o pedirle que se fuera a
Venezuela, ya que, en un encuentro con Hugo Chávez, el mandatario venezolano había
aceptado recibirlo. Estas posibilidades fueron analizadas por Di Tella y Estigarribia,
según confesaron a este diario fuentes diplomáticas paraguayas. Estas fuentes
consideraron que un traslado de Oviedo al sur constituye una acción positiva y de
carácter transitivo hacia una resolución definitiva que es la que desea el gobierno
paraguayo: la extradición de Oviedo.
Palabra de Lino En la entrevista publicada ayer en el diario La Nación, el ex general
golpista paraguayo Lino Oviedo expresó lo siguiente:
Si se dan las condiciones para volver al Paraguay, puedo asegurar que les
gano las elecciones a todos juntos, como ya pasó anteriormente.
Yo espero de los gobiernos del Mercosur un marco de seguridad jurídica que
me permita regresar al Paraguay para presentarme ante la Justicia con las garantías
necesarias. Lo mismo aguardo de la Comisión Internacional de los Derechos Humanos, a la
que mis abogados ya le hicieron llegar los antecedentes de mi caso.
Opté por callar, fundamentalmente, por respetar normas de este país
generoso. Atiendo solamente a algunos amigos, voy a misa, hago footing y leo diarios
argentinos y paraguayos.
Nunca violé las normas de asilo. Hay que tener el cuero duro, aguantar
sin retrucar lo que se dice de mí.
Nadie puede gobernar en la ilegitimidad sin respaldo popular (se refiere al
presidente de Paraguay, Luis González Macchi). Había que convocar a elecciones para
designar un nuevo vicepresidente y no se hizo; los partidos nombran a sus ministros; las
instituciones no funcionan; la inseguridad aumenta, también las protestas agrarias; los
campesinos sin tierra invaden propiedades y matan 1.200 animales por día; el precio de
nuestros productos es bajísimo mientras aumentan los cultivos de marihuana.
Me enteré de muy buena fuente que el general Barry McCaffrey (el zar
antidrogas norteamericano) comentó aquí que sólo la vuelta de Oviedo puede restablecer
el orden en Paraguay.
Yo cuento lo que pasó en abril de 1996, cuando me pusieron preso porque (el
ex presidente paraguayo Juan Carlos) Wasmosy dijo que intenté derribarlo. Fui su
comandante en jefe del Ejército, lo apoyé en la interna colorada que ganó Argaña y,
después, él fraguó las actas proclamándose triunfador para ser presidente mediante
fraude.
Con respecto al presidente Menem: Es mentira
que yo le haya brindado seguridad cuando corrió el rally del Chaco paraguayo; nuestros
encuentros siempre fueron en un ámbito oficial.
Ha generado mucha roncha
Los ecos por las declaraciones de Lino Oviedo, en las que señalaba sus deseos de retornar
a Paraguay para ser el próximo presidente, seguían rebotando hasta entrada la noche de
ayer en los despachos de los parlamentarios y funcionarios paraguayos. El abogado José
Emilio Gorostiaga, que gestiona la extradición de Oviedo, las calificó como una
violación del derecho de asilo. Los dichos del general han generado mucha roncha,
fueron las expresiones de uno de los legisladores que integra la Comisión Bicameral que
investiga la participación de Oviedo y sus seguidores en el asesinato del ex
vicepresidente Luis María Argaña y de los jóvenes masacrados en la Plaza del Congreso
en marzo de este año. Legisladores de la Comisión Bicameral señalaron a Página/12 que
las negociaciones para extraditar a Oviedo al Paraguay están totalmente estancadas, al
igual que las relaciones bilaterales, no tenemos ninguna expectativa en que el
gobierno de Carlos Menem atienda los reclamos realizados desde Asunción, estamos
dispuestos a esperar el resultado de las próximas elecciones presidenciales en la
Argentina, para dialogar con el nuevo gobierno. Integrantes de la Comisión
Bicameral reconocieron a este diario que tienen probada la autoría de Lino Oviedo
en el asesinato de Argaña, así como la participación de varios de sus seguidores en la
matanza a los estudiantes. |
LA NEGOCIACION POR EL PEDIDO DE DISCULPAS
La pelota está en campo paraguayo
Por Santiago Rodríguez
La
pelota está ahora en campo paraguayo. Así decían ayer en la Cancillería para
graficar el estado en que quedaron las conversaciones entre la Argentina y Paraguay
después de la reunión que mantuvieron en Nueva York los cancilleres Guido Di Tella y
José Félix Fernández Estigarribia. Es que entonces la diplomacia paraguaya accedió a
hacer pública una disculpa por las críticas de funcionarios de ese país contra el
presidente Carlos Menem, pero a último momento exigió un gesto recíproco. El rechazo
argentino a esa demanda hizo fracasar el encuentro entre Menem y su colega Luis González
Macchi.
Di Tella y Fernández Estigarribia podrían volver a verse entre hoy y mañana antes de
abandonar Nueva York. El último contacto lo mantuvieron ayer al mediodía por teléfono y
quedaron en seguir dialogando. El mensaje que recibió el canciller argentino fue el mismo
que su par paraguayo le había transmitido también vía telefónica horas
después de la infructuosa reunión entre ambos que tuvo lugar el lunes pasado:
Mantengamos la pelota en movimiento y esperemos unos días más.
El punto de la discordia ya no es sólo el rechazo argentino al pedido de extradición del
ex general golpista Lino Oviedo, sino también el mote de sinvergüenza que el
ministro de Defensa paraguayo, Nelson Argaña, le puso a Menem a raíz de esa decisión.
Menem se sintió agraviado por ese calificativo y ahora exige una disculpa del
gobierno de Paraguay. El problema es que en Asunción reclaman lo mismo de la Argentina.
Eso quedó claro en la reunión del lunes pasado entre Di Tella y Fernández Estigarribia.
Un diplomático argentino que siguió de cerca el diálogo reveló a Página/12 que los
paraguayos habían aceptado emitir un comunicado de desagravio y que incluso presentaron
un borrador que resultaba del agrado de la Argentina. Se deploraban las expresiones
que agraviaron la investidura presidencial, decía el texto.
Lo que complicó las cosas fue que con el correr de las conversaciones la diplomacia
paraguaya se tomó de que Menem había dicho que algunos políticos de ese país son
ignorantes para reclamar algún lamento de parte de la Argentina. Ya había
una comprensión manifiesta de nuestra parte desde el momento en que aceptamos que el
desagravio no mencionara a ningún funcionario con nombre y apellido, explicaron
ayer en la Cancillería para justificar el rechazo a esa solicitud.
OPINION
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