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Por qué el Frente Amplio no le tiene miedo a la ingobernabilidad

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El candidato del Frente Amplio, el socialista Tabaré Vázquez.
Varias veces tuvo que salir a defender el plan que propone.

El posible colega uruguayo de Machinea, el economista Daniel Olesker, asesor de Tabaré, cuenta todo sobre el plan que trae el Frente.

Página/12 en Uruguay
Por Pablo Rodríguez Desde Montevideo

t.gif (862 bytes)  Los planes económicos del Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA), que lidera cómodamente las bocas de urna y los resultados semioficiales para los comicios de ayer en Uruguay, y que seguramente se ha quedado con la mayoría legislativa, se convirtieron en uno de los grandes temas de campaña. Los medios de uno y otro lado del Río de la Plata no dejaron de reproducir una misma polémica: si la izquierda levantará el secreto bancario para los depósitos, si agregará un impuesto a éstos, si piensa implementar un nuevo impuesto a la renta, si los inversores extranjeros huyen o se quedan, si los empresarios están preocupados, etc. En definitiva, si el país será políticamente gobernable y económicamente viable. Sobre estos temas, Página/12 habló con Daniel Olesker, asesor económico de EP-FA y el más probable ministro de Economía de un eventual gobierno de la izquierda. Olesker negó que se levante el secreto bancario, describió la reforma tributaria que piensan llevar adelante y pidió “una renovación” del Mercosur.
–¿Cómo funcionará el impuesto a la renta que proponen?
–El impuesto a la renta de las personas físicas es como el que existe en Argentina: un impuesto al ingreso de las personas. Va a tener un mínimo imponible de alrededor de 15.000 dólares de ingresos anuales, que será el resultado de la suma de todos los ingresos de una persona: intereses de depósitos, rentas de inmuebles, salarios, etc. No se considerarán los gastos de capacitación u otros similares.
–¿Este impuesto incluiría a los depósitos extranjeros en Uruguay?
–Respecto de los no residentes, el criterio depende de la forma de imposición en el país donde se origina la renta. Los países que tienen impuesto a la renta, como se hace en Europa, cobran el gravamen y después se lo dan al país que lo exige. Si el país no tiene impuesto a la renta, habrá que evitar que la medida genere un costo adicional.
–¿Y en cuanto a los depósitos bancarios?
–Lo que se gravaría es el interés, no el depósito; no el stock de capitales, sino el flujo. Esto está incluido en el impuesto a la renta que acabo de explicar. Entonces, con las actuales tasas de interés, que están alrededor de un cinco por ciento anual, los depósitos que deberán pagar este impuesto tienen que llegar a 300.000 dólares.
–Los empresarios parecen preocupados por lo que consideran “las contradicciones de los planes económicos del Frente Amplio”, particularmente en cuanto a la aplicación de este impuesto.
–El proyecto de impuesto a la renta de las personas físicas fue propuesto por el Encuentro Progresista en 1996 en el Parlamento que ahora termina; en ese momento no teníamos mayoría y no se aprobó. Con algunos cambios, se trata de la misma cuestión. En 1998 fue votada en el partido como propuesta central de nuestro proyecto de reforma tributaria. Ahora salió a la luz en este intento de tergiversar las propuestas. Se trata de relacionar este impuesto con una supuesta huida de capitales, cuando prácticamente en todos los lugares del mundo existe este tipo de gravamen.
–Parte de la campaña del Encuentro Progresista-Frente Amplio a nivel económico se basó en un cambio en el Mercosur.
–Sí, hay que modificar parcialmente la agenda del Mercosur. Hasta ahora, ha dominado la visión comercialista. Debemos discutir ahora políticas de complementación productiva, tal como hicieron los ex presidentes Alfonsín y Sarney entre 1985 y 1990 con los protocolos del Tratado de Integración Argentino-Brasileña. Y en ese sentido tenemos esperanza por el cambio de gobierno en Argentina. Tenemos que volver a unestilo de integración donde lo comercial sea el resultado y no el objetivo inicial. Además, debemos asegurar la coordinación de políticas macroeconómicas, para que esta complementación no peligre.
–¿Pondrán a consideración del Mercosur el impuesto para los depósitos extranjeros en Uruguay?
–Claro. La mayoría de estos depósitos son argentinos o brasileros. Queremos evitar que se genere una doble imposición y garantizar al mismo tiempo que el impuesto beneficie al país donde se genera la renta. Pero estamos abiertos a cualquier otra posibilidad que se nos plantee sobre estos asuntos.

 

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