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Corregir las privatizaciones puede ser una batalla dura

No existe en los contratos un plan de inversiones con metas precisas que obligue a las empresas. Los problemas en el ENRE.

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El Presidente discutió el cuadro de situación con el jefe de Gobierno porteño.
“Estoy preocupadísimo, veo una situación muy peligrosa”, dijo Enrique Olivera.

Por Cledis Candelaresi

t.gif (862 bytes)  Reprocharles legalmente a las distribuidoras eléctricas haber invertido poco y mal, o destituir al directorio del Ente Nacional Regulador de la Electricidad son misiones más arduas que las que el Gobierno podría encarar para corregir otras privatizaciones. Edenor y Edesur no tienen un plan de inversiones obligatorio y la cúpula del ENRE fue integrada por concurso, aunque desde la Alianza éstos puedan ser objetables. Fernando de la Rúa apostaría a promover renuncias. Las privatizaciones eléctricas utilizaron un criterio innovador. No existe un plan de inversiones con metas físicas y montos precisos diseñado por el Estado, sino que la gestión privada se evalúa por la calidad del servicio que presta, medida, a su vez, por la estabilidad en la tensión o la cantidad de cortes.Carlos Bastos, el ex secretario de Energía que privatizó Segba, opina que esa flexibilidad evita el riesgo de tener que renegociar los contratos, ya que el concesionario puede ir adaptando sus planes a las nuevas necesidades sin requerir autorización. La contrapartida es que las empresas tienen libertad para invertir cómo y cuánto consideren mejor, con el único riesgo de sufrir penalidades en caso de que su prestación no alcance ciertos estándares técnicos de calidad.Sin embargo, varios informes de la Auditoría General de la Nación sobre el desempeño del ente de control lo acusan de no haber cumplido, siquiera, con su obligación de controlar el servicio en base a aquellos parámetros. Esos documentos van más allá y le objetan haber omitido un control preventivo sobre las inversiones privadas, algo que hubiera resultado útil para advertir los baches del programa de obras que ejecutaron Edenor y Edesur.Junto al Enargás, el ENRE es el único organismo de control creado por ley y cuyos directorios están integrados por concurso. Esto limita la posibilidad de descabezarlo, a diferencia de lo que sucede con el resto de los entes, creados por decreto.Sin embargo, el gobierno de De la Rúa no se resignó a que Juan Legisa, un peronista histórico y de firmes lazos con el partido de Carlos Menem, siga al frente del ente, escoltado por otro justicialista como Alberto Devoto y la duhaldista (y ex asesora de Edenor) Esther Fandiño.La primera objeción aliancista es que los concursos de esos directores fueron definidos por jurados políticos. La segunda es que tienen el mismo status que un secretario de Estado y, por lo tanto, que son removibles por “razones de conveniencia o necesidad”, ya que no estarán amparados por la estabilidad que beneficia a gran parte del plantel público.Pero tanto Economía como Infraestructura preferirían un recambio de directorio menos traumático que el que se produciría invocando aquellos argumentos: para reemplazarlos por controladores de su confianza, el Gobierno intentará que Legisa y los otros renuncien. Paralelamente, abriría una negociación con las adjudicatarias, para que hagan algunas inversiones imprescindibles para evitar los apagones.El contrato de concesión le ofrece a De la Rúa una herramienta de presión para promover ese diálogo: las prolongadas interrupciones del servicio (quizás como la de febrero) pueden ser invocadas como causal de rescisión del contrato. Opción que por ahora parece lejana.

 

AYER OTRO CORTE DEJO SIN LUZ A 10.000 PERSONAS
Siete apagones en sólo 17 días

t.gif (862 bytes) 10.100 clientes más un cliente que vale por miles fueron víctimas de los cortes eléctricos de ayer. Los primeros pertenecen a Edenor, en Barrio Norte y Palermo, y estuvieron a oscuras entre una hora y media y dos horas y media. El que vale por miles es Metrovías: la línea C de subtes quedó interrumpida durante 45 minutos en la hora pico de la mañana, cuando salió de servicio una subestación de Edesur. En los últimos 17 días se produjeron siete apagones, que afectaron a más de 3.500.000 domicilios. Ayer a las 7.09 salió de servicio la subestación Melo: “Fue un inconveniente en el terminal de un cable de media tensión –dijo a este diario Fernando Lavore, vocero de Edenor–; estamos investigando las razones”. El desperfecto en Melo, a su vez, “arrastró a parte de la subestación Güemes”, a raíz de que esta última “tenía un cable que la conectaba con Melo”, lo cual a su vez se debía a que, antes, “habíamos tenido otro problema, de mucha menor importancia, en Güemes”, por lo cual habían tenido que derivar energía a Melo. A las 7.49 el servicio había vuelto a 7900 de los clientes afectados, y a las 9.40 se normalizó el resto. Según el vocero de Edenor, se trató de “fallas accidentales, que ocurren siempre”, y “actualmente los cortes no duran más de una hora y media o dos, mientras que en otras épocas habitualmente se extendían a cuatro y ocho horas”.El corte del servicio en la línea C de subterráneos duró desde las 7.17 hasta las 8. Según Daniel Martini, vocero de Edesur, la interrupción se debió a “la apertura de un interruptor en la subestación Santa Fe”, cuya energía está íntegramente destinada a Metrovías. “Estamos investigando por qué se abrió el interruptor: habitualmente esto sucede como protección cuando hay un cortocircuito o falla en la red”.En los últimos 17 días se registraron siete apagones: el 30 de noviembre, dos millones de usuarios de Edesur y Edenor quedaron a oscuras; al día siguiente les pasó lo mismo a varios miles de clientes en el noroeste del país; ambos episodios se debieron a caídas de torres de alta tensión, que en ese momento las empresas y la Secretaría de Energía atribuyeron a “sabotajes”. El 3 de este mes, casi medio millón de personas quedaron sin luz por una falla técnica en Edesur, y el 5 hubo 400.000 a oscuras. El martes pasado, 70 mil usuarios de la Capital sufrieron la interrupción del servicio por más de una hora, y anteayer, más de medio millón de abonados a las dos compañías fueron afectados.

Un conjuro al fantasma de los apagones
DE LA RUA ORDENO QUE SE INVESTIGUEN LAS PRIVATIZACIONES ELECTRICAS

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