Por Cledis Candelaresi
Reprocharles
legalmente a las distribuidoras eléctricas haber invertido poco y mal, o destituir al
directorio del Ente Nacional Regulador de la Electricidad son misiones más arduas que las
que el Gobierno podría encarar para corregir otras privatizaciones. Edenor y Edesur no
tienen un plan de inversiones obligatorio y la cúpula del ENRE fue integrada por
concurso, aunque desde la Alianza éstos puedan ser objetables. Fernando de la Rúa
apostaría a promover renuncias. Las privatizaciones eléctricas utilizaron un criterio
innovador. No existe un plan de inversiones con metas físicas y montos precisos diseñado
por el Estado, sino que la gestión privada se evalúa por la calidad del servicio que
presta, medida, a su vez, por la estabilidad en la tensión o la cantidad de cortes.Carlos
Bastos, el ex secretario de Energía que privatizó Segba, opina que esa flexibilidad
evita el riesgo de tener que renegociar los contratos, ya que el concesionario puede ir
adaptando sus planes a las nuevas necesidades sin requerir autorización. La contrapartida
es que las empresas tienen libertad para invertir cómo y cuánto consideren mejor, con el
único riesgo de sufrir penalidades en caso de que su prestación no alcance ciertos
estándares técnicos de calidad.Sin embargo, varios informes de la Auditoría General de
la Nación sobre el desempeño del ente de control lo acusan de no haber cumplido,
siquiera, con su obligación de controlar el servicio en base a aquellos parámetros. Esos
documentos van más allá y le objetan haber omitido un control preventivo sobre las
inversiones privadas, algo que hubiera resultado útil para advertir los baches del
programa de obras que ejecutaron Edenor y Edesur.Junto al Enargás, el ENRE es el único
organismo de control creado por ley y cuyos directorios están integrados por concurso.
Esto limita la posibilidad de descabezarlo, a diferencia de lo que sucede con el resto de
los entes, creados por decreto.Sin embargo, el gobierno de De la Rúa no se resignó a que
Juan Legisa, un peronista histórico y de firmes lazos con el partido de Carlos Menem,
siga al frente del ente, escoltado por otro justicialista como Alberto Devoto y la
duhaldista (y ex asesora de Edenor) Esther Fandiño.La primera objeción aliancista es que
los concursos de esos directores fueron definidos por jurados políticos. La segunda es
que tienen el mismo status que un secretario de Estado y, por lo tanto, que son removibles
por razones de conveniencia o necesidad, ya que no estarán amparados por la
estabilidad que beneficia a gran parte del plantel público.Pero tanto Economía como
Infraestructura preferirían un recambio de directorio menos traumático que el que se
produciría invocando aquellos argumentos: para reemplazarlos por controladores de su
confianza, el Gobierno intentará que Legisa y los otros renuncien. Paralelamente,
abriría una negociación con las adjudicatarias, para que hagan algunas inversiones
imprescindibles para evitar los apagones.El contrato de concesión le ofrece a De la Rúa
una herramienta de presión para promover ese diálogo: las prolongadas interrupciones del
servicio (quizás como la de febrero) pueden ser invocadas como causal de rescisión del
contrato. Opción que por ahora parece lejana.
AYER OTRO CORTE DEJO SIN LUZ A
10.000 PERSONAS
Siete apagones en sólo 17 días
10.100
clientes más un cliente que vale por miles fueron víctimas de los cortes eléctricos de
ayer. Los primeros pertenecen a Edenor, en Barrio Norte y Palermo, y estuvieron a oscuras
entre una hora y media y dos horas y media. El que vale por miles es Metrovías: la línea
C de subtes quedó interrumpida durante 45 minutos en la hora pico de la mañana, cuando
salió de servicio una subestación de Edesur. En los últimos 17 días se produjeron
siete apagones, que afectaron a más de 3.500.000 domicilios. Ayer a las 7.09 salió de
servicio la subestación Melo: Fue un inconveniente en el terminal de un cable de
media tensión dijo a este diario Fernando Lavore, vocero de Edenor; estamos
investigando las razones. El desperfecto en Melo, a su vez, arrastró a parte
de la subestación Güemes, a raíz de que esta última tenía un cable que la
conectaba con Melo, lo cual a su vez se debía a que, antes, habíamos tenido
otro problema, de mucha menor importancia, en Güemes, por lo cual habían tenido
que derivar energía a Melo. A las 7.49 el servicio había vuelto a 7900 de los clientes
afectados, y a las 9.40 se normalizó el resto. Según el vocero de Edenor, se trató de
fallas accidentales, que ocurren siempre, y actualmente los cortes no
duran más de una hora y media o dos, mientras que en otras épocas habitualmente se
extendían a cuatro y ocho horas.El corte del servicio en la línea C de
subterráneos duró desde las 7.17 hasta las 8. Según Daniel Martini, vocero de Edesur,
la interrupción se debió a la apertura de un interruptor en la subestación Santa
Fe, cuya energía está íntegramente destinada a Metrovías. Estamos
investigando por qué se abrió el interruptor: habitualmente esto sucede como protección
cuando hay un cortocircuito o falla en la red.En los últimos 17 días se
registraron siete apagones: el 30 de noviembre, dos millones de usuarios de Edesur y
Edenor quedaron a oscuras; al día siguiente les pasó lo mismo a varios miles de clientes
en el noroeste del país; ambos episodios se debieron a caídas de torres de alta
tensión, que en ese momento las empresas y la Secretaría de Energía atribuyeron a
sabotajes. El 3 de este mes, casi medio millón de personas quedaron sin luz
por una falla técnica en Edesur, y el 5 hubo 400.000 a oscuras. El martes pasado, 70 mil
usuarios de la Capital sufrieron la interrupción del servicio por más de una hora, y
anteayer, más de medio millón de abonados a las dos compañías fueron afectados.
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Un conjuro al fantasma de los apagones
DE LA RUA ORDENO QUE SE INVESTIGUEN LAS PRIVATIZACIONES
ELECTRICAS
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