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Más de medio millón de personas bajo la línea de pobreza; ciento cincuenta mil, en indigencia absoluta. Corrientes. Un reciente estudio, sobre la base de datos oficiales, revela el resquebrajamiento profundo del que emergen las recientes sacudidas sociales. En el último año se perdieron más de 8000 puestos de trabajo; de los que no han perdido el suyo, un tercio carece de toda protección social, y otros tantos son empleados de la quebrada administración pública. Los datos más escalofriantes conciernen a la infancia: el 71 por ciento de los chicos vive en la pobreza, once de cada cien nacen con peso insuficiente y cuatro de cada diez no reciben las vacunas obligatorias, otro indicador del "comportamiento ineficiente del Estado provincial". El estudio fue efectuado por la consultora Equipos de Investigación Social (Equis), que dirige Artemio López, sobre la base de datos del Indec, Siempro (dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación) y el Banco Mundial. Lo primero es la desocupación: entre los meses de octubre de 1988 y 1999 se destruyeron 8140 puestos de trabajo en la provincia. La tasa de desocupación trepó en ese lapso desde el 12 al 13,8 por ciento, pese a que 2640 personas se retiraron del mercado de trabajo, desalentadas por la imposibilidad de conseguir empleo. En números absolutos, hay en la provincia 44.500 desocupados, sobre una población económicamente activa de 322.760 personas. La población total de la provincia es de 909.107 habitantes, según los datos de octubre pasado. La subocupación es del 9,4 por ciento, lo cual lleva el total de personas "con severos problemas de empleo" (desocupados y subocupados) a 74.850, en octubre pasado: es el 23,2 por ciento de la población económicamente activa. Pero además, entre los que están ocupados, un 34,8 por ciento (69.000 trabajadores) carece de beneficios sociales, "síntoma evidente de precarización laboral y trabajo en negro", según el informe. Y el 35 por ciento de los trabajadores se desempeña en la administración pública. La distribución del ingreso en la provincia es una de las más regresivas del país: el 27 por ciento de la población debe conformarse con el 6,8 por ciento del ingreso, mientras que el 6,2 por ciento se apropia del 29,5 de la plata. El 15 por ciento de la población recibe 36 pesos por mes y por persona; el privilegiado 6,2 por ciento obtiene 2590 mensuales per cápita. Tomando el 40 por ciento más pobre de la población, su ingreso promedio es de 60 pesos por mes. La distribución del ingreso en la provincia es la sexta peor del país en términos de regresividad. A mediados de este año, el Banco Mundial hizo un relevamiento sobre pobreza e indigencia en la provincia: sus resultados ubican al 57,3 por ciento de la población por debajo de la línea de pobreza, fijada en 490 pesos para un hogar de cuatro miembros. Son 510.975 personas. Entre éstas, 150.930 están por debajo de la línea de indigencia, situada en 240 pesos por mes para cuatro personas, "con lo cual, sin asistencia externa, enfrentan severos riesgos de alimentación y sobrevida". El 10 por ciento de la población vive en condiciones de "hacinamiento" --tres o más personas por cuarto--; el 18,9 por ciento (172.000 personas) carece de servicios sanitarios adecuados y el 8,6 por ciento (78.000 personas) habita "viviendas no aptas", con paredes de chapa o cartón. "La situación de la infancia es crítica", según los datos del Banco Mundial: nada menos que el 71,2 por ciento de los menores de 14 años (195.000 chicos) están por debajo de la línea de pobreza; el 23,4 (64.000 chicos) es indigente. Estos últimos, "si la ayuda social no es eficaz, enfrentarán severos problemas de sobrevida, pues no tienen ingresos suficientes para acceder a alimentos capaces de suministrar las calorías necesarias para realizar movimientos moderados". En la capital correntina, 11 de cada cien chicos correntinos nacen con peso insuficiente. El porcentaje exacto es 11,4, y pesan menos de 2500 gramos en el momento de su nacimiento. Es el segundo índice más elevado del país, sólo superado por la vecina Resistencia, con 12,3. Otro indicador de "la ausencia de política estatal en materia de prevención y protección a la infancia" es la falta de vacunación en los más chicos: el 40,8 por ciento de los menores de 6 años no ha recibido la vacuna triple, y al 38,5 por ciento no se le aplicó ninguna dosis de la vacuna Sabin. Es el segundo peor valor, sólo superado por Santiago del Estero, y refleja "un comportamiento sanitario ineficiente del Estado provincial, en abierta contradicción con todas las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales", señala el estudio de Equipos de Investigación Social.
"El pueblo está reventado y no se le
puede pedir nada"
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