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El Gobierno quiere mandar a la cárcel a los grandes evasores, a aquellos a quienes se les constate un fraude superior a los 200.000 pesos. Para lograrlo, se creará un cuerpo especial de fiscales que trabajarán en conjunto con la AFIP. Queremos que la lucha contra la evasión no sea un verso y se convierta en una realidad, afirmó ayer José Luis Machinea al anunciar el proyecto que se enviará al Congreso en la primera semana de enero, en el marco de la ley ómnibus de emergencia fiscal. A su lado, el jefe de los fiscales, Nicolás Becerra, añadió: Vamos a apuntar a los grandes evasores, a los delincuentes de cuello blanco. Vamos a entrar de lleno en el corazón de la evasión. El Gobierno prometió que los primeros resultados del operativo se verán a principios de febrero. El sector de la carne, el fútbol, la comercialización de combustibles y hasta las empresas que diseñan programas de computación para evadir impuestos están bajo la lupa del Gobierno.La ley penal tributaria establece penas de entre dos a seis años de prisión para quien evada más de 100.000 pesos o 20.000 pesos si fuera fraude en la seguridad social. Para los reincidentes y para quien evada más de un millón de pesos o 100.000 pesos en los aportes a la seguridad social, el castigo se eleva a entre tres y medio y nueve años de cárcel. En ese sentido, Machinea aclaró que, al menos por ahora, los controles se focalizarán en los evasores de más de 200.000 pesos. Son muchos, apuntó. Se calcula que, en total, este segmento de contribuyentes involucra a 10.000 personas.La idea del Gobierno es que la decena de fiscales que integren la Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Tributarios lleven velozmente a la Justicia los casos de evasión que detecte la AFIP. Y que, a su vez, mantengan un seguimiento de esas causas. La formación del cuerpo de funcionarios se completará con un fiscal general que los coordinará, y otro de la Cámara Penal Económica.Machinea estimó que la evasión ronda los 25.000 millones de pesos anuales, de los cuales 10.000 millones corresponden a IVA, otros 9000 millones a la Seguridad Social y el resto a Ganancias. Lo que se busca penalizar no es la falta de pago (morosidad), sino el fraude, que es una conducta extremadamente grave, aseguró Ricardo Gil Lavedra, ministro de Justicia, quien también rubricó el convenio junto a Machinea y Becerra. Mediante ese acuerdo, el Gobierno les asegura a los fiscales que contarán con apoyo tecnológico y medios que garanticen el buen funcionamiento del cuerpo.Con este plan, la Alianza busca dar una clara señal de que su gestión no se limita al paquete impositivo que les impondrá una mayor presión a los contribuyentes. Sino que además se encuentra abocada a bajar los costos de los servicios y a perseguir a los grandes evasores. Hasta ahora, el Estado no fue eficaz en el cumplimiento de la Ley Penal Tributaria, señaló Gil Lavedra en simultáneo con la promesa de que a partir de ahora los cambios serán radicales. No nos vamos a quedar con casos puntuales; iremos a fondo, agregó.No son las únicas modificaciones que planean en la Casa Rosada. La cruzada antievasión incluye la futura creación de un nuevo fuero judicial dedicado exclusivamente a atender causas relacionadas con el fraude fiscal incluidos los aportes a la seguridad social y el contrabando. Además, Machinea tiene en carpeta un proyecto para dotar a la AFIP de mayores atribuciones para cazar evasores, como la posibilidad de trabar embargos y concretar clausuras sin la orden de un magistrado. Por otra parte, se analiza un cambio en el sistema de remuneraciones de la AFIP, de manera tal que los funcionarios responsables obtengan un premio por el aumento en la recaudación de impuestos.Ya tenemos individualizada a una empresa que se especializa en diseñar programas informáticos que enseñan a evadir el pago de los impuestos, reveló Machinea. No obstante, los principales cañones del Gobierno apuntan a otros rubros, como los frigoríficos. En la industria de la carne, losfuncionarios saben de la existencia de empresas fantasmas, en cuyos cargos directivos figuran personas insolventes o testaferros, y que son creadas con el objetivo de evadir impuestos. En relación con el fútbol, la mira de los funcionarios está puesta en los empresarios que actúan de intermediarios en los pases de jugadores. No sería la primera vez que los sabuesos se meten en el negocio del fútbol: durante este año, la AFIP investigó a una treintena de futbolistas y técnicos. La lista incluyó a Diego Maradona, Carlos Bilardo, José Luis Chilavert y Daniel Passarella, por citar sólo unos ejemplos. A mediados del 99, Carlos Silvani les pidió a los clubes extranjeros información sobre algunos pases multimillonarios. A diferencia de lo ocurrido en el pasado, Machinea asegura ahora que él tendrá éxito en la cruzada a mediano plazo. Los grandes evasores terminarán en la cárcel, insistió.
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