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Por Luis Bruschtein El ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, comprometió ayer el apoyo del Gobierno nacional al proyecto de ley sobre libertad de prensa para despenalizar lo que la legislación califica como delitos de calumnias e injurias en la labor periodística. El proyecto, resultado de la solución amistosa de una controversia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) entre el columnista de Página/12, Horacio Verbitsky, en representación de la Asociación Periodistas, y el Gobierno nacional, fue presentado con la firma de los senadores José Genoud, del radicalismo, y Jorge Yoma, del justicialismo. Verbitsky, presente ayer en la primera audiencia para debatir el proyecto, expresó su esperanza de que sea aprobado por unanimidad, pese a algunas observaciones que se han planteado en la Cámara alta.La audiencia fue presidida por el titular de la Comisión de Libertad de Prensa, José Romero Feris. Además del ministro Gil Lavedra y de Verbitsky, estuvieron presentes el senador frepasista Pedro Del Piero, Santiago Cantón, relator de la OEA para la libertad de prensa, y Gregorio Badeni, constitucionalista y asesor de la Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina (Adepa). Yoma no pudo asistir porque se encontraba en La Rioja.El proyecto plantea la despenalización de la difusión por cualquier medio de informaciones o juicios de valor que versaren sobre hechos de interés público referidos a funcionarios, personalidades públicas o a particulares, cuando estos últimos se hayan involucrado voluntariamente en cuestiones de relevante interés público. Se entiende como juicio de valor también a las expresiones humorísticas.Y en el caso de la responsabilidad civil, sólo corresponderá cuando el afectado pruebe la falsedad de las mismas y el dolo o culpa grave del autor. O sea: Cuando se demostrare la falsedad de los hechos, la real malicia con que fueron difundidos pese al conocimiento de esa falsedad por el autor o su temerario desinterés por la verdad.Asimismo, quedarían exentos los juicios de valor referidos a funcionarios o figuras públicas y a particulares. También cuando lo que se difunda sea reproducción fiel de información ya vertida por otros medios de difusión o por autoridades públicas o entidades intermedias de cualquier índole, y aun por particulares, si se consigna la fuente.Verbitsky recordó que el proyecto era el resultado del trabajo conjunto entre la Asociación Periodistas, con el respaldo de Adepa y de la SIP, y los legisladores de la Alianza y el PJ. En los últimos años, la Justicia ha tenido fallos contradictorios sobre estos temas señaló, y para evitar estas contradicciones propusimos esta solución amistosa ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El periodista expresó que un camino similar había llevado a la derogación por unanimidad de la figura del desacato del Código Penal en 1993.Cantón destacó que esta legislación constituiría un avance significativo para la libertad de prensa, porque una sociedad que no está plenamente informada no es plenamente democrática. Por su parte, Gil Lavedra advirtió que de esta manera pueden ocurrir algunos excesos, pero entendemos que el remedio está en la libertad y en la sociedad para dar credibilidad a uno u otro. Los fundamentos plantean que se ha seguido una jurisprudencia de la Corte que ha considerado que la tutela legal menor respecto del honor de los funcionarios y de las personalidades públicas es vital para la subsistencia de la república democrática. Badeni fue más allá al proponer que la responsabilidad civil no se aplique en ningún caso. Sobre estos puntos gira la polémica. Gil Lavedra planteó que el Gobierno podría introducir este debate para el período de sesiones extraordinarias, pero Genoud, más cauteloso, expresó que seguirían la ronda de consultas con juristas y organismos relacionados con el tema para que pueda ser aprobado alrededor del mes de abril del año próximo.
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