
BLANCURAS
A los maestros,
gracias de nuevo. Con la alegría de su dignidad satisfecha mejoraron el sabor del fin de
año, desangelado por múltiples motivos. La chispa de su victoria, por módica que se
pretenda, alcanza para iluminar una realidad escarnecida por tantas desilusiones. Les
tomó mil días, para no contar más lejos, obtener un modesto aumento de salario,
alrededor de sesenta pesos mensuales, pero la comparación no mide el tamaño de la
reivindicación sino la desmesura de la injusticia que los atormentaba, la misma que
desalienta a otros millones de argentinos. (Sigue en contratapa)
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