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Pesimismo de los operadores de la city
Poco para contar

Recesión, elecciones, retiro de empresas líderes del recinto y
la suba de la tasa de interés internacional son parte de un
panorama desolador para los financistas. Se dolarizan los depósitos.

Por Claudio Zlotnik

No es el mejor el clima que se vive en el recinto de 25 de Mayo y Sarmiento. Los inversores extranjeros están disminuyendo su participación, al tiempo que las perspectivas son de un mercado cada vez más reducido con el retiro de cotización de importantes empresas del panel líder. Pese a que el balance del primer semestre fue positivo –las acciones subieron en promedio cerca de un 20 por ciento–, las expectativas no son alentadoras. Son varias las causas del desaliento: la recesión económica, los ruidos políticos por la campaña electoral, la virtual salida de YPF del recinto y la suba de la tasa internacional de corto plazo. La evolución del sistema financiero ayuda también a entender la debilidad del mercado accionario.
Durante el último mes, de la mano del incremento del denominado “riesgo país” y de la presunción de alza de la tasa en los Estados Unidos –algo que quedó confirmado el último miércoles–, se encareció el costo de financiamiento del Gobierno. A fines de mayo, Economía había colocado un bono en euros a tres años de plazo a una tasa del 10,1 por ciento anual (461 puntos básicos por encima al rendimiento de los títulos estadounidenses a igual plazo). Un mes más tarde, y ante una colocación similar, Roque Fernández debió pagar una tasa del 11,4 por ciento (560 puntos básicos adicionales a los bonos de Estados Unidos).
Algo parecido viene ocurriendo en las operaciones pactadas con los bancos. Las tasas, que dicho sea de paso venían en declive por lo menos para los plazos fijos, describieron un salto en la última semana. Así, por un depósito en pesos a treinta días, las entidades pasaron de pagar, en promedio, del 7,07 al 7,40 por ciento anual. En tanto, las tasas de los préstamos a compañías de primera línea a un mes de plazo subieron del 9,90 al 10,25 por ciento anual en pesos, y del 8,4 al 8,6 por ciento anual en dólares.
Así y todo, y si bien los mayores rendimientos les sirven a las entidades para retener a los ahorristas, no menos cierto es que la recesión está frenando la expansión de los depósitos. En lo que va del año, las colocaciones aumentaron apenas en 2050 millones, el 2,6 por ciento. Si la tendencia se confirma, a fin del ‘99 terminará con un incremento de depósitos totales de la mitad de lo verificado un año atrás. Incluso, podría darse el caso de un aumento en las colocaciones dolarizadas pero una contracción en las de moneda doméstica. Entre principios de año y fin de junio, los depósitos en pesos cayeron en casi 1600 millones. Pero, al mismo tiempo, los dolarizados aumentaron en 3300 millones.
De todos modos, en medio de la recesión, la campaña electoral, la política monetaria de Alan Greenspan y la compra de YPF por parte de Repsol, para los financistas, los activos argentinos se encuentran devaluados. Y no pocos piensan que despejadas algunas de esas incertidumbres, el mercado puede dar una sorpresa.