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Exclusivo: paso a paso, en imágenes,
la gira de Andrés Calamaro junto a Bob Dylan
Un fotógrafo del No registró, viajando por España, cada momento del devoto telonero y columnista estrella de este suplemento, en días de gloria. Instantáneas de la ruta, en taxi, tren y hasta en un campo de cebollas, todo Calamaro, en la semana del lanzamiento del doble y gordo Honestidad brutal.
Fotos de Jorge Larrosa
Escribe Andrés, en vivo y en directo
desde al lado de Dylan
Tocamos en Valencia, lo que fue el ecuador y podría ser el mejor concierto de esta gira compartida. Podría durar para siempre: subalternos, en una gira impecable, histórica y ... gringa.
¡¡Cosa de medir la talla de nosotros!!
La idea fue mía y fue buena, si bien es cierto que EL dio el pulgar después de escuchar, parece ALTA SSSS ... Corremos riesgos, tres acústicas rancias y una leyenda después, en una nueva gira, de pura inspiración y perfección. Y si resulta un repertorio generoso: única, el mejor EL. Como corresponde, ayer, le dimos la vuelta al repertorio nuestro. España, de noble madera, nos recibió, casi, como si no existiera nadie más. Nunca faltó: el respeto y la ovación: grassss ... cias.
A EL también le gusta cuando abrimos la noche, más ambiente, amistad espontánea y más concierto. Resulta una gran broma seria, llena de historias, y sueños cumplidos. Puede ser hasta peligroso, porque es inevitable despertar. Pero siempre existe un detalle nuevo, un paso más cerca, más confianza, ni siquiera tardaron en llegar las insospechadas demostraciones de calidez y humanidad de parte de quien, como si no hubiera hecho suficiente, hizo de su mal carácter un mito. INfieles: devuelve inspiración y buen humor, sonrisas y punteos que recuerdan a Willy Nelson, en acústico, y a un bluesy Berry, en la eléctrica.
Somos los bandidos de la gira, la buena-mala semilla. Falta poco para que ocurra cualquier cosa, algún sueño jamás soñado: entonces despertarse no sería una obligación ... Una pequeña audiencia privada, una humilde entrega en mano de la copia prevista de Honestidad Bruta (L). Lo vemos desde el escenario, nos ve si bajamos al foso. Vemos a dios, y es nuestro amigo. Elvis debería estar vivo!! (nunca miento, además).
Como soy mitad músico, y mitad mártir de mí mismo: somos barcos amigos. Ahora navegamos juntos y en el último show, con o sin despedida, desapareceremos: él sigue, yo sigo. EL sigue tocando, yo entierro y desentierro un disco poco habitual. Ayer escuché un Higway 61, que fue el rock n roll más verdadero y caliente que escuché en mi vida! Ya fue suficiente como para no créerselo, pero espero, ya no en sueños, cualquier milagro próximo. Además de los momentos grandiosos de ellos, LOVE SICK perfecto, BLOWIN ... Inmejorable, la mejor gira de la mejor banda alrededor de Dylan en mucho tiempo. Yo creí que sabía algo del MAESTRO, inspirador de Beatles, Cohens, Claptons o Stones ...
Pero no sabía, aunque lo sospechaba, que el áspero genio, resultaría cálido, elegante, sobrio, tierno, caballero y compañero.
Me quedo con lo imposible, y lo que venga.
¿Quién inventó, acaso, la honestidad brutal? LOVE YOU ALL.
ANDRES
Programa Andrés
El martes fue el día elegido para el lanzamiento de Honestidad Brutal y las disquerías se pusieron a tono con lo que es, seguramente, uno de los acontecimientos discográficos del año. Ya a varios metros de la puerta del Tower Records de Santa Fe y Riobamba se escuchaban las nuevas canciones, muy pegadizas, por cierto. Parece que el disco no paró de sonar en todo el día. Habían pasado cinco horas de la llegada del kilométrico álbum al local y ya se habían vendido unas sesenta copias en esa sucursal, más otras veinte en la de la calle Florida, de acuerdo con lo que le contaron al No los empleados de la disquería. Además, Honestidad... estaba disponible en cuatro listening stations de cada sucursal. El lanzamiento superó el revuelo que había generado 13, de Blur, que hasta el momento era el más exitoso de 1999 para la cadena norteamericana.
En Musimundo (a unos metros de Tower), la cosa venía más tranquila: no se respiraba demasiado clima Calamaro. Se vendía, sí, pero no había tanto afiche ni tampoco había monopolizado los parlantes. De todas maneras, la llegada de Honestidad... estuvo a la altura de las expectativas del público en la semana previa: todos los días entraba gente a preguntar qué día salía el disco nuevo de Calamaro. Y se vivieron situaciones curiosas. Una pareja acaramelada compartiendo los auriculares, por ejemplo, besándose entre canción y canción, y suspirando con cada verso romántico. Brutal.
P.P.
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