La
campaña de la gaseosa más famosa reaviva un ¿viejo?
debate
Lo
hago o no lo hago,
esa es la cuestion
Rockeros,
ex rockeros, bailanteros y demás músicos han puesto sus
voces al servicio de la publicidad, lo que les reporta cierto espacio
gratuito de difusión y una no despreciable cantidad
de dinero, aun a pesar de los prejuicios. Aquí, algunos de los
participantes y la productora responsable de la serie de avisos musicales
cocacoleros, dicen lo suyo.
CRISTIAN VITALE
En
plena era guarra, Javier Calamaro hacía jingles. Y por eso,
dicen, se peleaba con el Gitano Herrera. El guitarrista detestaba
la música comercial y le tiraba mierda a su compañero
en los ensayos. La disputa, ideológica hasta cierto punto,
encuentra ejemplos en toda la historia del rock argentino. Siempre
hubo preconceptos rockers en contra de la música utilizada
como instrumento para vender. Pero, poco a poco y en silencio, la
conveniencia fue ganando la contienda. Hoy, a cambio de un dinerillo,
muchos músicos jinglean a gusto ridiculizando a los puristas.
Mucho de lo que aprendí en la música se lo debo
a la publicidad. Gracias a ella toqué bossa nova, jazz, tango
y gané plata. Creo que existe un paralelismo evidente entre
el rock and roll y los jingles, yo la pasé muy bien haciéndolos.
Con Ariel Rot, nos cagábamos de risa, íbamos a hablar
con los caretas de las agencias y les decíamos vamos
a hacer la mejor música para Sedal, Impulse o Lux, hasta
que no aguanté más a los publicistas y corté,
le cuenta Javier al No.
Excluyendo quizás a Led Zeppelin o Pink Floyd del circuito
jinglero, los Rolling Stones, Beach Boys, Ramones y muchas bandas
más han vendido sus canciones al mercado por jugosísimas
cifras. En Argentina, Andrés Calamaro, Spinetta y Virus formaron
parte de la primera campaña publicitaria de lanzamiento de
la FM Rock and Pop, en 1985-86. Por la época, Raúl Porchetto
ganaba éxito de rebote con la melodía de Bailando
en las veredas al servicio de Jockey y Jaf aprovechaba toda
oportunidad hasta el punto de ser considerado por Pappo como un
buen cantante de jingles.
A esta altura, creo que sólo puede negarse a grabar jingles
algún barbón, un folklorista psicobolche o un rockero
con posiciones anarquistas, dice Pipo Cipolatti, partícipe
de la última campaña publicitaria que lanzó Coca
Cola el año pasado y que aún suena en R&P y otras
radios. Junto a La gaseosa nacional -.tema cantado por
Pipo conviven nombres para todos los gustos: Willy Crook hace
You just need a coke, Diego de los Auténticos Decadentes
con El club de mis amores, Cucho, su compañero,
canta Qué sería de mi vida, Adrián
Otero hace lo propio en Un sánguche de mila (elegido
el mejor jingle de 1998), Lía Crucet entona una bailantera
Qué voy a hacer, Hilda Lizarazu Burbujas.
Y Para bailar y bailar, remake de un viaje jingle de la
gaseosa, completa la lista.
CCCI, la agencia de Camilo Iezzi (ex Twist) y Carlos Cutaia (ex Pescado
Rabioso y La Máquina de hacer Pájaros) fue la encargada
de convocar a los músicos: Somos pocos los que hacemos
jingles y venimos del palo del rock -.cuenta Iezzi. Aunque nos
divertimos mucho, creo que seguimos teniendo un glam medio extraño
para la publicidad: jamás podríamos hacer Trenet
y chau manchas. Somos conscientes de que la publicidad te reusa,
que es la cosmetología del sistema. Pero te permite tocar cualquier
estilo de música sin tener que disfrazarte de tal. Charly
García y Mosca de Dos Minutos- estuvieron a punto de
participar de la campaña. Pero, por diversas razones, se quedaron
afuera. Charly habló con Cutaia y le dijo que no tenía
problemas en interpretar un tema si Pepsi usó No
voy en tren voy en avión, cómo me voy a negar
a vos que sos mi amigo, te cobró mil pesos menos y listo
recuerda Camilo parafraseando al maduro rocker, y agrega- nosotros
usufructuamos el tema de la amistad, todos los músicos están
seguros de que no vamos a bastardear su imagen. En ningún momento
usamos el nombre, ni la imagen de ellos, simplemente hacemos una auto
parodia lúdica.
Con el Mosca parece que la cosa fue difícil: Lo llamé
para cantar un tema que no era de Dos Minutos. Le dije que nos íbamos
a divertir y le pedí que tire ideas sobre cómo y cuándo
tomaría Coca, pero fue complicado: están más
ligados al palo de la cerveza. En los pasillos de las agencias
se cuchichea que los músicos no venden su voz a cualquier producto.
Pasaque las letras de los jingles las componen las empresas y, a veces,
no conforman a los artistas. En cuanto a los números, por lo
general los músicos ganan más plata que las productoras:
Cifra breve pero elegante, de cuatro dígitos, nunca cinco,
revela Pipo. Es que el cachet es muy variable, depende de las exigencias.
Hay jingles que pueden producirse en 10 minutos y otros que requieren
de 10 o 15 bocetos. Lía Crucet, voluminosa estrellas tropical,
se negó a decir cuánto ganó. Fue la única
que Coca contrató directamente y la única que no está
ligada al rock. Con su tengo calor y su pollerita transpirada a punto
de desprenderse, la cantante de cumbia debutó en jingles: Me
pidieron directamente los empresarios. Vinieron a buscarme y la propuesta
me pareció fantástica. Me hizo acordar a la época
de La Movidita, que sonaba en todos los medios y no solamente
en los de cumbia. Realmente me parece enriquecedor que el rock y la
cumbia se acerquen a través de una campaña publicitaria.
Entonces, ¿quién tenía razón: Javier Calamaro
o el Gitano Herrera?
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Lia
Crucet fue la estrella bailantera elegida especialmente por los
responsbles de la campaña Coca Cola. Ella, orgullosa, sacó
pecho...
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El
Mosca fue tentado pero todo se complicó... Cuando cayó
en la cuenta de que él -- y la mayoría de sus amigos--
prefieren la cerveza.
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Willy
Crook puso su mejor voz de hombre de la noche para susurrar que
vos "sólo necesitas una Coca", sobre un fondo bien
cool.
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Javier,
el Calamaro amigo de Charly García, se ganó la vida
un buen tiempo con el kiosko de los jingles. Y mal no le fue...
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