A.N.I.M.A.L.
y Puya, el poder latino de la nueva generación metálica
Hacerse
cargo
(y hacer correcto)
En
una semana, el cartel rockero de Buenos Aires mostró a las dos
bandas más prometedoras del heavy metal modelo 99 hecho-en-español.
Puya, de Puerto Rico, tocó en el Luna Park junto a los Red Hot
Chili Peppers. A.N.I.M.A.L., local, presentó su nuevo disco en
atiborradas sesiones en Cemento. Celebrando la coincidencia temporal,
el No concretó una reunión entre las promesas de invasión
latina al planeta anglosajón del rock duro.
TEXTOS: PABLO PLOTKIN
FOTOS: TAMARA PINCO.
Para
los aficionados fue nada más el fallo polémico de una pelea
mediocre pomposamente promovida. Los especialistas de box dijeron que
fue todo una vergüenza y le pusieron precio a la cabeza
de los jueces. Andrés Giménez vio algo más. En la
pantalla de su televisor, las luces de Las Vegas brillaban sobre la piel
negra de Félix Trinidad, los camarógrafos parecían
aturdidos y el campeón puertorriqueño le gritaba al mundo
Yo gané, ¿ok?. Oscar De la Hoya, impasible Golden
Boy chicano, respondía a la prensa con una sonrisa blanca y elogiaba
la detreza de su rival. Había algo más... una pelea
de razas, dice el guitarrista y cantante de A.N.I.M.A.L. en el camarín
húmedo del Luna Park. La cumbre latinoamericana del metal joven
sucedió cuando Puya puertorriqueños también,
como el campeón visitó Buenos Aires la semana pasada,
para telonear a los Red Hot Chili Peppers. Es un orgullo nacional,
resume Sergio Curbelo, cantante del cuarteto (en su único disco
editado aquí, Fundamental, hay un tema titulado Trinidad,
tal como reflejó el No hace un par de semanas). Además
de ser tremendo boxeador, el hombre es tremenda persona. Un tipo humilde,
dedicado, que se propone sus metas y las logra. Tú sabes, un muy
buen ejemplo. Una buena representación de lo que es un puertorriqueño,
un latino. Al fin y al cabo, de eso se hablará durante este
encuentro. Del poder latino.
Marcelo Corvalán, bajista de A.N.I.M.A.L, escuchó por primera
vez a Puya en Los Angeles. Apenas nos recibió en el aeropuerto,
un amigo español nos subió a su auto, puso un casete y empezó
a sonar: Bembelé, bembelé..., cuenta.
Dijimos guau, esto es muy bueno, porque fusionaban el
metal con una cosa súper latina. Y A.N.I.M.A.L. estaba llegando
a Estados Unidos, iba a grabar El Nuevo Camino del Hombre y venía
con todo ese rollo naciendo en nuestras cabezas. La primera
vez que los escuché a ustedes fue en Miami, en el MTV latino,
recuerda Eduardo Paniagua, baterista de Puya. Ahí nomás
quedé enganchado.
El idioma
Corvalán: No creo que nosotros hayamos cambiado algo en
el metal latino. Pero intentamos levantar un mensaje, una manera de sentir
y de pensar de mucha gente, desde Argentina hasta México. Difundir
de lo que siempre habló A.N.I.M.A.L: el barrio, la manera de ser,
el sentimiento por la familia, la amistad. Un montón de cosas que
siente el latino. Eso lo ponemos más en la actitud, en nuestra
cultura, que en lo musical.
Giménez: En otro momento nadie habría pensado que
una banda que canta en castellano podría participar de festivales
como el Ozzfest (del que participó Puya). Era una idioma que no
era el más representativo para el rock. Hoy suena como algo exótico,
pero aceptado. Por ese lado tal vez haya algo, que no llega a ser un invento:
es ser punta de lanza de un movimiento donde nadie es primero ni último.
Un movimiento que se está gestando en toda Latinoamérica
para hacer que el idioma prevalezca en una música a la que es difícil
entrar.
Ustedes en Miami y en Puerto Rico, ¿abrieron en ese sentido
algunas mentes del público pesado?
Curbelo: Pues sí, nuestra lírica es en español,
y tratamos de hacer algo diferente. No hay mucha música pesada
en el mundo cantada en español. Y llevarle nuestra cultura a la
gente anglosajona, especialmente, es una manera de decir quiénes
somos. Y esto se hace cada día, en cada gira, cada concierto.
Harold Hopkins (bajista de Puya): Sí, nosotros participamos en
el compilado Spanglish 101, de bandas latinas de distintos aleros. Está
bastante mezclado, ¿tú sabes?, no sólo la pesadera.
Dentro del disco, hay un comentario sobre cada banda. Y cuando habla de
nosotros, dice que el spanglish de Puya se encuentra en la música.
Y eso es lo que tratamos: meter el espíritu latino dentro del hardcore,
del metal.
Korn
Paniagua: Crecimos escuchando música de nuestra tierra,
pero también Sepultura, Pantera, los viejos discos de Metallica.
¿Y qué hay del nuevo metal norteamericano, con
bandas como Korn y Limp Bizkit?
Curbelo: Creo que el único de aquí que escucha Limp
Bizkit y Korn soy yo. Pero en cuestión de bandas nuevas, hay cosas
más interesantes que esas: System of a Down, que hacen algo parecido
a lo nuestro pero con sonidos de su país de origen, Armenia. Me
encanta Deftones, que tiene dos miembros mexicanos. Fear Factory también.
Eso en cuanto a lo que sale en Estados Unidos.
Corvalán: Sí, son cosas que te llegan, como a todo
el mundo. Igual tratamos de no perder la identidad de nuestra música,
que tal vez de por sí tenga algo de originalidad y algo en común
con otras bandas. Así como Puya mezcla el metal con la salsa que
sería la cumbia o el folklore de acá, como hicieron Divididos
y otras bandas, nosotros, de otra manera, hacemos algo de eso. No
tanto en lo musical, sino más en lo representativo, en lo cultural.
Pero de Estados Unidos recibís información siempre, y te
lleva tiempo entender bien quién es cada uno, qué hace,
aunque uno crea saber todo.
Sepultura
Curbelo: Sin duda que Sepultura es un gran ejemplo para Puya. Para
nosotros es un gran honor que nos relacionen con ellos, aunque sea en
una oración. El material que ellos hicieron fue estupendo, de alta
calidad, algo que influye en toda la música pesada. Salieron de
Latinoamérica y se impusieron en el mundo.
Giménez: Nosotros tuvimos la suerte de conocerlos y tocar
con ellos. Cumplimos un sueño. Para todas las bandas latinoamericanas,
Sepultura es Dios. Creo que si no se hubiera dividido, ahora sería
la banda número uno de la música pesada en todo el mundo.
Y hubiese sido mucho más importante para la música latina.
Ellos son los que más impresionan porque todos los integrantes
son latinos, pero Fear Factory, Coal Chamber... Hay millones de bandas
con integrantes latinos. Y lo que resalta es que ahora todos se están
haciendo definitivamente cargo de su condición. No se avergüenzan.
Al contrario, se identifican con eso.
La
raza
Curbelo: Es un orgullo para nosotros ser latinos. Eso no hay que decirlo,
porque se nota, pero lo recordamos para que la gente también lo
sepa.
Ricky Martin dice lo mismo...
Curbelo: ¿Ricky qué?
Corvalán: Aunque te cagues de risa, lo que está haciendo
Ricky Martin es algo muy importante a nivel idioma y cultura. No comparo
la música, ni nada, porque creo que A.N.I.M.A.L. y Puya tienen
una meta muy distinta a la de Ricky Martin. Pero como fenómeno
social, significa algo. No creo en los Grammys, MTV y eso, pero que Ricky
Martin haya estado ahí, puso al idioma latino en la cumbre. Ahora
los yanquis quieren lucir latinos. Cambian el look para que les digan
parecés latino.... Son cosas que trae este cambio de
siglo. En Miami, el español es el primer idioma. En Los Angeles,
el cuarenta por ciento de la gente habla castellano.
Curbelo: Ya en ciudades como Miami, los anglosajones tienen que
aprender a hablar español. Como hay tanta concentración
de raza, si quieren hacer negocio con nosotros, primero tienen que aprender
nuestro idioma. Al igual que ellos nos forzaron a aprender inglés,
ahora nosotros los forzamos a ellos a aprender español.
Corvalán: Creo que es la venganza, la venganza del aborigen.
Después de colonizarnos, nosotros vamos a colonizarlos a ellos
con la lengua. Se la van a tener que bancar. Todo el daño que hicieron...
No es que se lo vamos a devolver, pero al menos les demostramos que pudimos
desarrollarnos y expandirnos, aunque ellos no nos dejaron.
Ozzfest
Hopkins: Estábamos tocando en un anfiteatro, era un concierto
de música pesada, y la seguridad no dejaba mochear a nadie. Parecía
que se estaba perdiendo el espíritu contestatario que se supone
lleva esta música. Yo decía ¡coño, esto
es rock!. Aquí tú tocas y es pura emoción,
sacarlo todo afuera. Y de eso se trata. En Latinoamérica hay una
energía y una vibra que no se siente en otras partes.
¿El Ozzfest es una meta?
Giménez: Sería un logro. No es la vida o la muerte.
Sería una palada más de tierra para la montaña latinoamericana,
una cuestión de raza. Pero si no se da... Tampoco nos quita el
sueño. Toda banda quisiera tocar ahí, es una vidriera muy
grande. A raíz de eso te relacionás con mucha gente, pero
hay cosas muy importantes también, como tocar en Estados Unidos
con Puya, por ejemplo.
Curbelo: Nosotros, en Estados Unidos, no diría que tenemos
el público ganado, pero sí un grupo de gente que es muy
apasionada con nuestra música.
Giménez: Para nosotros se hace difícil: estamos acá,
en la punta del otro lado del mapa, y el mercado norteamericano es muy
exigente. Para entrar, tenés que estar.
El instinto
Sigue tu instinto él te va a guiar (Keep it simple,
track 7 de Fundamental).
Hopkins: ¿Qué puedo decir del instinto? Todo tiene
que salir del corazón, hay que saber mantener las cosas naturales.
A veces menospreciamos las cosas más básicas, pensando en
otras cuestiones, y nos olvidamos de lo más simple: respirar, comer,
follar, reírse, disfrutar del sol.
Curbelo: Hacer las cosas más naturalmente, que salga lo
natural de ti, no ser de plástico.
Corvalán: A.N.I.M.A.L piensa mucho en cómo debe haber
sido nacer en una comunidad aborigen y ver la vida de ese modo. Tratamos
de rescatar eso. Somos una pequeña tribu con nuestra propia manera
de ser, nuestra propia cultura y códigos. Seríamos medio
nómades, como dice Max (Cavalera) en Nomade: vas de
un lado a otro, llevando tu herramienta, que es la música, y a
cambio te dan afecto. Eso te hace ver cosas que nunca las hubieras visto
estando en tu habitación con el Play Station, o trabajando de fletero
en Buenos Aires.
Juego de las semejanzas
y diferencias
Frente a frente
La
historia
En el primer Animal, Polaco Zelazek tocaba el bajo y Aníbal
Alo la batería. Después de que el ex Violadores dejara
la banda por diferencias musicales, hubo una pequeña riña
por el nombre y Andrés Giménez la rebautizó convirtiéndola
en siglas (más que nada por un problema de patente con una
feria de cachorros que llevaba ese nombre). Acosados nuestros indios
murieron al luchar, Fin de un mundo enfermo, El nuevo camino del hombre,
Poder latino y el reciente Usa toda tu fuerza (el primero que grabó
Andrés El niño Vilanova en batería,
reemplazante de Martín Carrizo) son sus cinco discos. |
En
1992, después de trajinar los escenarios de San Juan de Puerto
Rico, los cuatro Puya se mudaron a Miami. A los boricuas les gustaba
Pantera y Public Enemy, pero en tierra gringa les salió la
salsa de adentro y empezaron a mezclar. Gustavo Santaolalla los vio
una noche en el House of Blues de Los Angeles y en octubre de 1998
editaron su primer EP, Puya. Este año grabaron Fundamental,
su primer cd (producido por Santaolalla), y tocaron en el Ozzfest
99. |
El
estilo
Inspirados en el trash, el hardcore y el ánimo latino expansionista
de Sepultura, A.N.I.M.A.L. parece dispuesto a llegar hasta el borde
de la distorsión, la velocidad y la voracidad. En el último
tiempo, León Gieco mediante, se acercaron (tímidamente)
al folklore. |
Puya
combina el metal, la salsa, el hip hop, el rock industrial y el hardcore.
Influidos tanto por Rage Against The Machine como por Rubén
Blades, los puertorriqueños se hacen picantes cuando rompen
el ritmo varias veces dentro de un mismo tema. Y lo saben. |
En
vivo
lA.N.I.M.A.L. traslada la voracidad de sus discos al escenario. Eso
sucede mientras tocan. Entre tema y tema, el mensaje al público
es bastante más liviano de lo que, se supone, correspondería
al poder destructivo-sonoro de las canciones: el afecto,
la amistad, la gratitud. En los últimos shows en Cemento (el
viernes y sábado pasados) tocaron Mariano Martínez (guitarrista
de Attaque 77), Pappo (al que Giménez presentó como
el más grande) y León Gieco (alguien
que nos abrió la mente a otras músicas, como el folklore).
Juntos hicieron una versión de Cinco siglos igual,
coreada por todo el público animal. |
En
sus shows como teloneros de los Red Hot Chili Peppers, los Puya armaron
un repertorio monolítico y pesado, con sólo algunas
dosis de los ritmos latinos que en el disco están extensamente
explotados. El cantante es la figura visual de la escena, bailando,
pudriendo la voz y poniéndose a tono en los pasajes de salsa.
Sin la sección de vientos, el percusionista Eguie Castrillo
es el principal responsable de los cambios de ritmo. Ideales para
Woodstock. |
La
lírica
l...Revolución hoy/ resta pelear, resta seguir firmes/
sobrevivir, sobrevivir, sí/ una actitud debemos llevar/ integridad,
autocontrol, ya/ parado con los pies en la tierra/ ¡Revolución!
¡Revolución!. (Revolución, de
Usa toda tu fuerza). |
El
nacer de una nueva idea esperanza una nueva canción/ Aquello
que pareció algo tan puro/ se marchitó se endureció
al ritmo del progreso/ Entre tanta careta y apariencia se nos sigue
olvidando/ que bien adentro nuestro indio sigue sonando (Solo,
de Fundamental). |
La
conexión
MIGUEL MORA
La
sangre latina hace rato que metió la cola en la música pesada
del Primer Mundo. Este hecho no se vio reflejado en lo musical hasta
hoy con Puya, quizás, pero si la tendencia sigue creciendo...
Tras la irrupción de Sepultura (ahora con sucursal en Soulfly),
son varios los grupos que intentan seguir los pasos. Hasta ahora, la filiación
de algunos músicos de algunas bandas es la única relación
directa y concreta. Desde su primera formación, durante los primeros
años de los ochenta, Slayer cuenta en sus filas a Tom Araya, de
reconocido origen chileno aunque nunca se hizo demasiado cargo de eso.
No responde al castellano, ni le agradan las entrevistas en ese idioma.
Más allá de este particular caso, en Los Angeles y aledaños,
primera capital latina en Estados Unidos, los ejemplos abundan. Claramente,
resaltan Fear Factory y Deftones. Desde su irrupción de la mano
del excelente Demanufacture (1995), Fear Factory fue uno de los responsables
en redefinir el sonido pesado en los noventas y para buscar la conexión
latina, sólo hay que remitirse a los créditos de los temas:
Dino Cazares y Raymond Herrera, guitarra y batería del grupo. En
Deftones, el nombre de su cantante no deja dudas: Chino Moreno.
Nacido Camilo Moreno, su sobrenombre viene de chinito, como a su papá
le gustaba llamarlo. Para seguir con la tendencia, el pinchadiscos del
grupo (ahora miembro estable) se llama Frank (¿Francisco?) Delgado.
Otro infiltrado aparece en Coal Chamber: es su guitarrista
Miguel Meegs Rascon, hijo de padres mexicanos. Gracias a él un
par de temas del primer álbum, llevaron títulos en castellano
(Loco y Maricón Puto, bastante explícitos
por cierto). En Europa, el ejemplo más llamativo (¿el único?)
es el de Drain STH, grupo sueco formado exclusivamente por chicas, cuya
guitarrista Flavia Canel... Es uruguaya. Todavía falta el representante
local. Porque lo de Pappo en Motorhead siempre ha sido una mentira.
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