Smash
Mouth, los que no se pelean por el dinero
Gracias,
señor contador
ROQUE CASCIERO
El
nombre de Smash Mouth se hizo conocido en todo el planeta en 1997, cuando
ganó aire de radio y televisión con una pegajosa canción
de verano titulada Walking on the sun. El resto de las canciones
de su debut, Fush Yu Mang, no lograron el mismo impacto, y fueron
a parar a la lista de posibles one-hit-wonders (maravillas de un solo
éxito). Sin embargo, han vuelto con Astro Lounge para
demostrar que tienen más melodías-chicle para instalar
en la cabeza de los adolescentes. Camp, el compositor de la banda, toma
el hecho de haber vuelto a los rankings con All Star casi
como una revancha. Les cerramos la boca con canciones, ironiza.
Y también a los que decían que éramos ska-punk,
porque este disco tiene influencias muy diferentes. En realidad, en
algún momento sentimos una cierta presión por tener otro
hit. Queríamos hacer alguna otra canción que le hablara
a la gente de todas las edades, razas y géneros, entonces nos
salió una que tiene un mensaje positivo con una clase de música
que le gusta a todo el mundo, no sólo a los chicos.
En esa canción dicen que todos pueden ser estrellas.
¿Realmente creés que eso es posible?
Bueno, no tenés que ser una estrella de cine, un atleta
reconocido o una supermodelo, si sabés que lo que hacés
está bien. Ese es el mensaje de la canción. El mensaje
es: no escuches a nadie, hacé lo que te dicta tu corazón.
Pero
volviendo a la cuestión de la fama, el guitarrista que
viaja con su hija de nueve meses, durante la gira en la que abren los
shows de Lenny Kravitz dice que en los Estados Unidos, tener
una canción sonando en la radio no significa necesariamente que
sos una estrella de rock. Simplemente significa que tuviste suerte,
que te sacaste la lotería, porque a la gente le gusta el tema.
Es más adelante, cuando tenés muchas canciones en tu haber
y muchos álbumes publicados, cuando tenés que empezar
a enfrentarte al estrellato. Ahora está empezando a llegarnos
algo de eso. Nuestro cantante no puede caminar por la calle sin que
lo reconozcan. Es un poquito más difícil ir a la panadería.
Hay una máxima que dice que las bandas de rock empiezan
a desarmarse cuando comienza a llegar el dinero en serio. ¿Cómo
manejan eso?
Cada uno de nosotros ha estado quebrado toda su vida... (risas)
Y afortunadamente tenemos un contador decente que se asegura de que
no gastemos demasiado dinero. Cuando vivís en un micro durante
un año con cuatro o cinco personas más, seguro que terminás
peleándote, como te pelearías con tu hermano, pero nunca
por dinero.
400
veces NO
CARLOS
POLIMENI
Fundador y editor del No
Había
gente ilusa que esperaba una revolución productiva, que nunca
llegaría. Fito Páez y Andrés Calamaro eran jóvenes
y pobres. Los comandantes, recién indultados, paseaban bucólicamente,
como abuelitos normales, por las plazas de Palermo. Charly García
había salido de una internación larga y tenía una
carta en la manga, para hacerse de unas miles de rupias: reunir a Serú
Giran. Nadie pensaba que algún día existiría H.I.J.O.S.
La película más joven del cine argentino aún seguía
siendo Hombre mirando al sudeste, de ¡Eliseo Subiela! Pinochet
todavía gobernaba en Chile con puño de hierro. De la Rúa
se disponía a pelear por una banca de senador, y Chacho Alvarez
tenía una de diputado por la Capital Federal. Juan Gelman buscaba
a su nieta o nieto, sólo porque todavía no sabía
que había nacido en Uruguay. Los 90 eran jóvenes y frescos,
no existía Internet, el fax estaba en pañales y en la
redacción de Página/12 había por las tardes un
ruido infernal a máquinas de escribir.
La tardecita de diciembre de 1991 en que Jorge Lanata me propuso pensar,
fundar y dirigir un suplemento joven para el diario, se me presenta
hoy -estoy con gripe, con esa sensación de distanciamiento que
a veces proponen las fiebres como increíblemente lejana,
y a la vez muy próxima. Hablamos aquel día, y muy rápido,
muy al estilo Lanata, de pocas cosas, pero importantes: del estilo,
de los límites, de por qué Página/12 no había
tenido hasta entonces un suplemento joven, de los problemas que vendrían.
Le propuse el nombre, y le brilló la mirada. Te van a odiar,
pronosticó. Quedamos de acuerdo en que comenzaba en febrero.
Cuando le llamé dos días después para preguntarle
no se qué cosa que había quedado pendiente -tenía
que ver con que alguien del diario se oponía, por una vieja interna,
a que se incorporara al staff un redactor me topé con su
ausencia: estaba de vacaciones en Punta del Este. En febrero, Jorge
seguía de vacaciones. El segundo diálogo fue, entonces
con Ernesto Tiffenberg, que me bajó a tierra un par de pretensiones
y me dio dos o tres pistas útiles sobre cómo resolver
problemas inevitables para alguien que se incorpora a un lugar tan ilógico
y especial por difícil de explicar en pocas palabras
como este diario. Desde entonces hasta ahora, han pasado 400 números
del No, y cuatro co-editores: Javier Andrade, Eduardo Fabregat, Fernando
Daddario y Esteban Pintos. La mayoría de los que hoy trabajan
o colaboran estaban en la secundaria el día que salió
el primer número, y algunos terminando la primaria.
Hay varios No, dentro del No, no siempre fáciles de descubrir
desde afuera. Aquél era moderno a su estilo, éste intenta
serlo a su modo. La idea central, sin embargo, permanece inmodificable:
un punto de vista joven para hablar sobre todos los temas sobre
todo aquellos que no tratan los que necesitan disfrazarse de jóvenes
o impostar una juventud que no tienen y una certificación
semanal de que la libertad no se pide. La libertad se ejerce. Si es
una palabra hermosa, dijo una vez Rep, no es una palabra valiente.
El Signo, los hijos de la intendente que no fue
Mi
mamá se la banca
CRISTIAN VITALE
A
pesar de todo, Leo y Gastón Satragno, los hijos de Pinky la
candidata que ganó y después perdió en las elecciones
para intendente del partido de La Matanza están entusiasmados.
Por un lado, con su proyecto de años editaron MCMXCIX (1999),
un nuevo trabajo cuyo sonido tecno y bailable, en esencia, continúa
una línea musical ya identificable con ellos. Y por otro, acaban
de regresar de New York, en donde se presentaron en la disco Limelight,
con un repertorio trance que también incluyó una llamativa
versión del célebre Libertango de Piazzolla
más algunas viejas canciones de Kraftwerk. No podían
creer que una bandita argentina hiciera esos temas. Los tipos se coparon
bailando tango agarraditos y moviéndose rápido, y hasta
hubo un casamiento en el medio de la fiesta, en el que los invitados
se coparon hablando por el Mic cuenta Leo al No.
Dato curioso: en el cuartel musical de los hermanos Satragno conviven
todos los elementos que uno puede imaginar en posesión de Djs,
pero con brutas banderas de Hendrix presidiendo el ambiente ¿Tolerancia,
indefinición, algún complejo?: Nada de eso, siempre
se nos asoció al tecno sin saber tocamos rock and roll en muchas
oportunidades. En los 90 salió esa cosa de tecno versus rock
y a nosotros nos pusieron al tope del tecno, enfrentados a Rata Blanca.
Y sacaban notas a lo bobo para explotarlo comercialmente. Pero lo cierto
es que nos especializamos en el tecno recién cuando apareció
Depeche Mode y escuchamos esa pelotita de ping pong rebotando en un
parlante. Ahí nos dijimos hay que hacer eso, porque
en el rock estaba todo hecho y era imposible superar a los grandes como
Charly García.
Ahora bien, antes de las elecciones Leo y Gastón habían
asegurado que mamá Pinky ganaba seguro en La Matanza.
Esta fue, en aquel momento, la firme respuesta de Leo: Es jodido
ser candidato opositor ahí. ¿Si va a ganar? Seguro, porque
el peronismo de hoy ya no es peronismo. Después de los
hechos, el pibe que posó con su hermano, Rodolfo Terragno y su
madre como los ganadores a eso de las 18.30 del domingo 24
se la bancó piola y contestó: Personalmente hubo
algo que no entendí. ¿Por qué mientras la tele
y la radio decían que iba ganando mi vieja, ya había una
marcha peronista bien organizada yendo a festejar el triunfo a la plaza
de San Justo? ¿Cómo se enteraron? Y... La calle dice cosas.
De todas maneras, la vieja se la rebanca y te podrás imaginar
que al lunes siguiente ya tenía nuevas propuestas. Así
que tenemos política para rato.
Cómo
es hacer rock en todo el país
¡Argentina!
¿Argentina?
CRISTIAN
VITALE
Neuquén
Bares viejos, empedrado, melancolía y alumbrado tenue no forman
parte del paisaje característico. Plantaciones de algodón,
mucho menos. Sin embargo, el movimiento de blues es el más pujante
de la Patagonia. En ajustada mímesis con Memphis La Blusera o
Mississippi, dos grupos hacen lo suyo en las trasnoches de los sábados:
Blues de Garage y La Bifurcada muestran lo mejor del género.
Coexisten con ambos, bandas más duras. Hijos del Caracú,
Esculapio, Escombros y Los Nuestros, contraatacan con retorcidos riffs,
actitud visceral y reminiscencias que van desde Maiden a los Stones.
Están también los clásicos y refinados: La Raza
y también Odisea (casi de culto).
En la veta hardcore aparecen los Nietos de Báez, que rompen con
los sonidos tradicionales. Y definitivamente instalado en el 2000 está,
sin dudas, Adicari. Teloneros de Babasónicos y Juana La Loca
en pretéritas excursiones de los porteños, acaban de ser
elegidos como mejor banda del lugar, en un concurso realizado
por la filial local de Rock & Pop que convocó a 50 grupos.
El trío está integrado por Brooklyn en guitarra y voz,
Tukan Cofré, en batería y Zucku Verdun en bajo y voz.
Tienen un solo trabajo editado, El estado del ser. Y definen
su música como un cóctel de estilos que abarca
del hip-hop al hardcore, matizado con algún toque pop.
Acá hay pocas bandas de nuestro estilo. Casi todo es blues
y heavy. Además, hay un prejuicio muy fuerte. Si vos tocás
jazz o hacés teatro, recibís apoyo de todo el mundo. Pero
si sos rocker, te tildan de gasolero con poca capacidad de consumo y
te cierran las puertas. Somos raros para los rockeros y los no rockeros,
cuenta Brooklyn al No.
En los medios, Carlos Ferreras conduce el programa Uñas
de Acero, en donde se incluye un ranking con las bandas de la
provincia. En los últimos años han surgido montones
de bandas, fenómeno que no está acorde con la cantidad
de habitantes que hay. El problema es que, por la crisis económica,
se han caído lugares clave para tocar. Pero por suerte, hay otros
que no se cansan y siguen. Hacen afiches, conferencias de prensa, editan
trabajos en forma independiente, y los promocionan ellos mismos.