OPINION
Nuevos aires y viejos argumentos
Por Sergio Moreno |
Fernando de
Santibañes está en el lugar que nunca imaginó ocupar en un gobierno presidido por su
amigo Fernando de la Rúa. El Presidente quería -y durante la transición envió los
suficientes mensajes para que nadie se hiciese el desentendido a una persona de
máxima confianza para manejar la SIDE. Durante años, la sede del espionaje civil
argentino fue utilizada para el seguimiento y hostigamiento de la oposición de turno,
llegando al paroxismo durante la última dictadura cuando, directamente, de la Secretaría
dependía el campo de concentración porteño Automotores Orletti, base argentina del
Operativo Cóndor (por el cual se secuestraba, torturaba y repatriaba a sus países de
origen a los extranjeros buscados por las principales dictaduras del Cono Sur).
Recuperada la democracia, durante el gobierno de Raúl Alfonsín la SIDE no escapó a las
turbulencias propias de la transición: a pesar de la gestión civil de la época, y de
sus intentos de renovación, fue una caja de resonancia de las maniobras
desestabilizadoras del poder militar que no se resignaba a la retirada.
Con el menemismo llegó Juan Bautista Yofre al sillón del Señor Cinco. No por efímera,
su gestión de apenas seis meses resultó inocua. El Tata, como le dicen al ex periodista,
fue acusado hasta por sus sucesores en la Secretaría de haber militarizado el organismo,
reincorporando a muchos de los uniformados y civiles varios de ellos acusados de
violar los derechos humanos que la administración anterior encabezada por el
difunto Facundo Suárez y su segundo, Ricardo Natale, habían cesanteado.La llegada de
Hugo Anzorreguy a la SIDE cuya titularidad mantuvo largos ocho años no varió
esa situación. El abogado desarrolló la curiosa teoría de que es mejor tenerlos
adentro y controlarlos, a que anden sueltos armando cualquier quilombo, según
explicó varias veces a Página/12 uno de sus más estrechos
colaboradores.
Parece que todo eso llegó a su fin. Fernando de Santibañes anunció a este diario que
nadie que haya violado los derechos humanos trabajará de ahora en más en la SIDE. De
hecho, el secretario de Inteligencia está revisando cada uno de los contratos que fueron
firmados antes del traspaso del poder.Enrique Coti Nosiglia, amigo de
Santibañes y uno de los consejeros de De la Rúa en temas de seguridad, impulsó sin
embargo el nombramiento del general (R) Ernesto Bossi al frente de la Central Nacional de
Inteligencia (CNI), dependencia encargada de coordinar los distintos organismos de
espionaje. El argumento de Nosiglia para patrocinar la designación del militar que
supo propiciar los ascensos de algunos de sus pares acusados de violar los derechos
humanos y la intervención del Ejército en tareas de inteligencia interior
consistía en que su pupilo sería el encargado de limpiar la Secretaría de
torturadores y represores formados en la dictadura. La argumentación presagiaba una dura
faena que el militar acometería laboriosamente y que llevaría un tiempo para lograr su
cometido.
Tal como se desprende de sus declaraciones a Página/12, el flamante jefe
de la SIDE concretó en apenas 15 días el ciclópeo trabajo que le esperaba a Bossi. Con
ello, seguramente, hizo más democráticos los aires que se respiran entre los espías,
pero obligará a Nosiglia a improvisar argumentos más imaginativos para respaldar el
nombramiento de su protegido. |
Escoba nueva espía
bien y barre mejor
Santibañes dijo que echará de la Side a
represores contratados por Anzorreguy
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