Por David Cufré
Fernando de la Rúa
decidió hacer algo más que pedirles a los legisladores que no se tomen vacaciones.
Sacudió el tablero político con una jugada arriesgada. Vetó tres artículos del
Presupuesto que habían sido motivo de arduas negociaciones entre la Alianza y el
justicialismo, cuando el proyecto se trató en el Congreso. A través de esa resolución,
el Poder Ejecutivo canceló el envío de una ayuda especial a La Rioja por 250 millones de
pesos anuales. Suprimió el aumento de los diferimientos impositivos régimen de
promoción agropecuaria en favor de 14 provincias. Y eliminó la prórroga por diez
años a las pensiones graciables otorgadas por diputados y senadores. El decreto con los
vetos es acompañado por la firma de todos los ministros, hecho altamente inusual, en una
demostración de fuerza del Ejecutivo. De la Rúa se plantó ante los legisladores,
propios y extraños, procurando reafirmar su poder. Lo hizo para templar los músculos del
Gobierno antes de pulsear con el Congreso por la sanción de la ley de emergencia fiscal y
con los gobernadores por el ajuste del gasto público en las pro-vincias.
Al mismo tiempo, De la Rúa aprovechó para establecer claras diferencias con su
antecesor, al anular una de las medidas que Carlos Menem tomó a días de dejar el poder.
Específicamente, canceló la ratificación por ley del decreto emitido por el anterior
gobierno que garantizaba a La Rioja una asignación anual indefinida de 250 millones de
pesos. El Presidente pretende cortar de cuajo con las prebendas que durante años
disfrutó la provincia natal de Menem, en lo que constituyó uno de los símbolos de su
gestión. De todos modos, La Rioja recibirá este año 145 millones de pesos adicionales a
lo que le corresponde por la coparticipación de impuestos. Esa partida fue incluida en el
Presupuesto. Y el Gobierno la mantendrá porque reconoce que la provincia podría sufrir
una aguda crisis social si deja de recibir la ayuda de la Nación de un día para el otro.
No hay razón para darle rango de ley al decreto que asignaba 250 millones anuales a
La Rioja. Esto no quiere decir que no se vayan a respetar algunos acuerdos, como el giro
de 145 millones este año. Pero la ayuda no puede ser indefinida. En todo caso, habrá que
analizar cada año cuál es la situación de la provincia, indicó a Página/12 el
secretario de Hacienda, Mario Vicens. También sabemos que la provincia venía
recibiendo una enorme cantidad de recursos, y que podría entrar en crisis si se queda sin
la totalidad de esos fondos en un solo año. Es preciso establecer una transición hasta
que podamos acordar con La Rioja mecanismos eficientes y transparentes de su
administración, añadió el funcio- nario.
Otro de los vetos del Ejecutivo al Presupuesto recae sobre las pensiones graciables que
conceden diputados y senadores. En rigor, el veto es a la prórroga automática por diez
años de los beneficios que caducan este año. El monto de esas pensiones es de 5 millones
de pesos, que podrán ser cubiertos por los legisladores con otros fondos, ya que se
mantuvo la partida de 25 millones para conceder la ayuda económica a particulares. Pero
al suprimir la prórroga, año tras año el stock de pensiones se irá reduciendo. En la
actualidad, alcanza a 312 millones de pesos, de los cuales caen 5 millones este año.
Son decisiones muy equilibradas, muy razonables, y no veo razones que justifiquen un
eventual rechazo del Parlamento, expresó Vicens, anticipándose al probable revuelo
político que podría derivar en una insistencia del Congreso al proyecto votado por ambas
cámaras. El tema que puede parecer más delicado es la eliminación del aumento de
los diferimientos impositivos, pero en el decreto aclaramos que en el transcurso de 180
días el Ejecutivo enviará al Congreso un nuevo proyecto de promoción, añadió el
funcionario. En efecto, eso es lo que puntualiza el Gobierno en los considerandos del
veto. Pero la trascendencia política de la medida es que el Ejecutivo desconoce acuerdos
previos de legisladores de la Alianza con el justicialismo. Y que el Gobierno tendráuna
nueva arma para afrontar la negociación con los gobernadores, en momentos en que presiona
por un mayor ajuste fiscal en los distritos del interior, en respuesta a una exigencia
planteada por el FMI.
El proyecto de Presupuesto estuvo a punto de naufragar en Diputados por la eliminación de
la promoción industrial. Cuando los legisladores de la oposición amenazaban con
retirarse del recinto, se llegó a un acuerdo por el cual efectivamente se dejaron sin
efecto nuevos cupos de promoción industrial, pero se incorporaron autorizaciones a 14
provincias para elevar el monto de diferimientos impositivos de proyectos agropecuarios.
Fue por un total de 300 millones de pesos. Ahora el Ejecutivo suprimió esos nuevos cupos.
El régimen de diferimientos impositivos se ha caracterizado por su falta de
transparencia y eficacia. Entendemos que hay provincias que merecen una promoción
especial.
Pero no mediante el mecanismo de autorizar a las empresas que se radiquen en ellas a dejar
de pagar impuestos, sino a través de apoyo financiero u otras alternativas que deberán
estudiarse, señaló Vicens. En consecuencia, cada provincia deberá sentarse a
negociar con el Gobierno, en lugar de disfrutar automáticamente de los diferimientos
impositivos. Y en ese diálogo el Ejecutivo incorporará otras cuestiones, entre las
cuales la principal es el gasto público de las provincias.
PAGINA/12 ACCEDIO A LA ULTIMA
VERSION DE LA INICIATIVA
La reforma laboral llega al Congreso
Por Diego Schurman
El
Gobierno enviará esta semana al Congreso un proyecto de reforma laboral que extiende de
uno a seis meses el período de prueba de un trabajador y obliga a sindicalistas y
empresarios a renovar los convenios colectivos cada dos años. El justicialismo y la CGT
anticiparon su rechazo a la propuesta a cuya última versión accedió Página/12.
Alberto Flamarique continuó ayer con los retoques del proyecto que podría ingresar
mañana a la Cámara de Diputados. El ministro de Trabajo contó con el asesoramiento de
funcionarios de su cartera, entre ellos el viceministro Jorge Sappia.
Flamarique buscó consenso en los últimos días entre distintos sectores de poder. En la
carta de presentación intentó ganar la primera batalla: eliminó de su vocabulario la
palabra flexibilización y la reemplazó por modernización. Al
fin, un eufemismo que también utilizó Carlos Menem en sus reiterados intentos por
modificar las normas laborales.
Los principales puntos de la iniciativa, que de todos modos es notoriamente más light que
las impulsadas durante la gestión menemista, son los siguientes:
Período de
prueba. Se extiende de uno a seis meses con opción a una renovación por otros
seis meses más. Durante ese período el empleador deberá afrontar todas las
contribuciones a la seguridad social, aunque no tendrá costo de indemnización por
despido.
En caso de efectivizar al trabajador, el empleador obtendrá una rebaja de las cargas
sociales de ese trabajador del 18 al 12 por ciento. Ese beneficio sólo se pondrá en
práctica si simultáneamente no produce despidos en la empresa. Aún se estudia si
incluir multas a aquellas firmas que abusen del período de prueba para la rotación
constante de trabajadores.
Los críticos de esta reforma aseguran que es excesivo probar entre seis meses
y un año a una persona para saber si, por ejemplo, es apto para ser mecánico o empleado
de un comercio. En la misma Alianza aseguran que durante su tratamiento los seis meses
podrían reducirse a tres.
Contribuciones
patronales. Además de la reducción de las contribuciones patronales por cada
trabajador que luego de realizar el período de prueba sea efectivizado, se prevén
rebajas graduales para el resto de la plantilla, siempre y cuando no se produzcan
despidos, El objetivo es que, una vez superada la emergencia fiscal, de las actuales
contribuciones del 18 por ciento se llegue en el 2003 al 12 por ciento.
Convenios
colectivos. Obliga a renovar los convenios colectivos cada dos años. En la
actualidad, de no haber acuerdo de partes sobre el contenido de la renovación, el
convenio mantiene su vigencia en forma indefinida (ultraactividad).
Con el proyecto, de no haber acuerdo entre sindicalistas y empresarios una Oficina de
Mediación y Arbitraje, independiente de la administración central e integrada por
notables, dirimirá y se fijará un nuevo convenio. Para la elección de los
notables podría haber consultas con el Consejo de la Magistratura.
Ambito de
negociación. Descentraliza la negociación colectiva para que se pueda negociar
en ámbitos inferiores al de la actividad, ya sea por empresa, grupos económicos,
conglomerados, áreas territoriales, ramas o articuladas. En todos los casos el sindicato
madre deberá rubricar los acuerdos. La Oficina de Mediación y Arbitraje también tendrá
la potestad de resolver conflictos asociados a la elección del ámbito de la
negociación.
Registración.
Simplifica los trámites de registración. Habrá un formulario único por
empresa por trabajador y ninguna institución de la administración del trabajo a la
seguridad social, pública o privada, podrásolicitar los datos. La idea es abaratar los
costos de entrada de los contratos laborales.
La resistencia de la oposición
Por D.S.
Si no le aprobamos este tipo de reformas a nuestro gobierno menos se la vamos a
aprobar a la Alianza. La diputada Graciela Caamaño dejó sentada ayer la postura
que mantendrá el justicialismo a la hora de analizar la reforma laboral del Gobierno.
Caamaño, integrante de la Comisión de Legislación Laboral de la Cámara baja, apuntó
específicamente contra el período de prueba, al que consideró como una forma de
explotar a los trabajadores.
Durante la gestión de Carlos Menem, la CGT consiguió una reforma laboral que eliminó la
mayoría de los llamados contratos basura, rótulo que también le valió al
período de prueba, pese a ser justamente uno de los pocos que se mantuvo firme.
La embestida contra el proyecto de flexibilización contó con adhesiones previsibles.
Entre ellas la del titular de la CGT, Rodolfo Daer, quien dijo a Página/12 que en el
país no hace falta ninguna nueva reforma laboral.
Fuego
cruzado entre el PJ y la Alianza |
Jorge Yoma, senador
del PJ.
Es revanchismo
El recorte de 150 millones de pesos a la provincia de La Rioja es un acto
más de persecución política y revanchismo por parte del gobierno nacional. El
resentimiento político que le tiene la Alianza al ex presidente Carlos Menem se lo
pretende hacer pagar al pueblo de La Rioja. El presidente Fernando de la Rúa violó todos
los acuerdos que hubo. También incumplió la palabra que dio en la campaña electoral a
la gente de la provincia. Vamos a esperar que el gobierno nacional trate de reestablecer
la tranquilidad al pueblo de La Rioja, pero la decisión es a todas luces lamentable y
habla de la incoherencia de la Alianza. Qué casualidad que se hayan metido con la
provincia de La Rioja, transmitiendo angustia y zozobra a la gente. Eso sí: antes del
veto, nos pidieron el voto a libro cerrado del Presupuesto. Nos pidieron también que
votemos el Pacto Fiscal. Lo que han hecho es lisa y llanamente lamentable.
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Leopoldo Moreau, de
la Alianza.
Abrir el debate
Creo que el presidente Fernando de la Rúa tiene que hacer lo que crea conveniente
para el país. En primer lugar, hay que tener en cuenta que no se están eliminando las
pensiones graciables. Lo que se vetó fue la renovación automática cada diez años de
esas pensiones, que estaba sumando una masa de dinero increíble. En cuanto a los
diferimientos impositivos, creo que los regímenes deben existir, pero creo también que
deberían ser más transparentes de lo que han sido hasta ahora. A partir del veto, se va
a abrir un debate sobre el tema. Por último, los 150 millones de pesos que el ex
presidente Menem había destinado a la provincia de La Rioja constituían un privilegio
inaceptable. Menem no tenía por qué firmar ese decreto, aunque su provincia natal
necesitara dinero. Con ese criterio, tendría que haber aumentado la suma destinada a
Corrientes o a Tierra del Fuego. |
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