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UN PAIS ENTRE EL AJUSTE Y LAS MOVILIZACIONES POPULARES
Todo el poder al dólar en Ecuador

Ecuador empezó a ensayar una receta de futuro incierto contra el déficit y la hiperinflación: dolarizar la economía. Pero el país está envuelto en protestas sociales, y no es claro si el modelo podrá funcionar. Aquí, tres perspectivas contrastantes.

Una escena de los disturbios que se vivieron en Quito contra el gobierno de Mahuad.
Las señales más ominosas vienen del Frente Patriótico (FP), una agrupación de sindicatos y estudiantes.

na17fo01.jpg (13208 bytes)

t.gif (862 bytes)  A favor: 58 por ciento de la opinión pública, 90 de los 120 congresistas y un Banco Central depurado. En contra: el 41 por ciento de la población, grupos sindicales y de izquierda y las agrupaciones indígenas. Estas son las fuerzas respectivas de la batalla que el presidente ecuatoriano Jamil Mahuad tendrá que librar para implementar su plan de “dolarizar” la economía de su país. El Banco Central ya aprobó en la madrugada de ayer (tras la renuncia del titular del directorio, Pablo Better) fijar la tasa de cambio en 25.000 sucres por dólar. La medida impulsada por Mahuad busca detener la caída de una moneda devaluada en 220 por ciento desde 1999 y bajar las altísimas tasas de interés. Washington “ve con buenos ojos” esa decisión, declaró ayer la embajadora Gwen Clare. El ministro de Finanzas Alfredo Arízaga aseguró que la conversión de sucres en circulación debería haber concluido en “entre tres y cuatro semanas”, tiempo durante el cual el Congreso aprobaría leyes de conversión de deudas y depósitos. Pero ese plazo podría resultar excesivamente prolongado para un gobierno asediado por protestas populares. Las señales más ominosas vienen del Frente Patriótico (FP), una agrupación de sindicatos y estudiantes. Su líder, Luis Villacís, aseguró que hoy se realizarán movilizaciones masivas en todas las ciudades del país contra una medida que “sólo pretende ahorcar al pueblo”. Los sindicatos de transportistas continuaban ayer el paro que desde el domingo paraliza Guaya, la provincia más importante del país. Los líderes de esos sindicatos fueron arrestados ayer por violar la ley de emergencias que rige desde el jueves. En la capital Quito, los sindicatos estatales se manifestaron en contra del paquete de ajuste que se espera del Congreso. La protesta más dramática vino de los empleados de los servicios sociales, quienes tomaron su propia sede y paralizaron el trabajo allí. Para completar el frente anti-Mahuad, un “parlamento popular e indígena” se congregó ayer en Quito y llamó a un “levantamiento” para el 15 de enero. Su demanda es la misma que la del FP: la renuncia del presidente y la renovación del Congreso y la Corte Suprema. Al margen de esta tormenta, el presidente preparaba ayer los detalles legislativos de la dolarización. Modesto Correa, del directorio del Banco Central, informó que el gobierno deberá presentar proyectos de ley de transformación de deudas a dólares, de modernización y privatización y de flexibilización laboral. “Necesitamos leyes que bajen las tasas de interés, que están a niveles espeluznantes”, recalcó ayer Mahuad por TV. El presidente obtuvo el apoyo del conservador Partido Social Cristiano (PSC) y el populista Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). Desde el exilio, el líder del PRE, Abdalá Bucaram, manifestó su apoyo a la medida. Junto a su partido Democracia Popular, Mahuad gozaría de una mayoría de 60 escaños en el Congreso. Desde que anunció el domingo su plan de dolarización el domingo, el mandatario vio revitalizada su “credibilidad”, que, según la encuestadora privada Market, saltó del 7 al 26 por ciento. Habría sido ese nivel de respaldo en el Congreso y la opinión pública lo que habría decidido a Pablo Better a llamar al directorio del BC para aprobar el inicio de la dolarización. Al principio, Better había defendido la anterior política de una banda cambiaria flotante, la que se considera provocó la caída en picada del sucre desde febrero de 1999. Pero ante la amenaza de Mahuad de que la próxima sesión de Parlamento estaría dedicada a la “reestructuración del Banco Central”, Better claudicó y llamó al directorio en la noche del lunes, para después renunciar apenas se reunió. Pasadas siete horas, los cuatro miembros restantes aprobaron el pedido del gobierno de fijar la tasa de cambio en 25.000 sucres por dólar. Ayer la gerente del banco, Virginia Fierro, y el subgerente, Patricio Proaño, siguieron el camino de Better. También renunció el miembro del directorio Mario Prado, pero por otros motivos. El Congreso comenzó ayer a estudiar la “reorganización” del directorio. La gerencia fue asumida por Miguel Dávila, un ferviente apóstol de la dolarización. El ministro de Finanzas Arízaga detalló ayer los siguientes pasos de la dolarización. “En el momento en que la ley de dolarización sea aprobadapor el Congreso, todos los depósitos en los bancos tanto en cuenta corriente, cuenta de ahorros como en pólizas de acumulación, se transformarán automática en depósitos dólares”, explicó. Según sus cálculos, circulan 423 millones de sucres que deberán ser convertidos en dólares. Dado que las reservas suman más de 1000 millones, se mostró completamente confiado en que no habrá problemas. Pronosticó que al terminar esta semana las actuales tasas de interés de 180% bajarán por debajo del 20%. Mahuad anunció por su parte ayer que el sucre seguiría como moneda nacional, usada para transacciones menores, para evitar la necesidad de aprobar una enmienda constitucional.

 

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