Por Santiago Rodríguez El motivo del
almuerzo era analizar el modo de mejorar el tratamiento que se les da a los residuos de la
Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Pero uno y otro lo aprovecharon para explotar la
imagen que cultivan por estos días: el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, la de
dirigente opositor que no pone palos en la rueda a la gestión de la Alianza, y el jefe de
Gobierno porteño, Enrique Olivera, la de administrador resuelto ante cada uno de los
temas de la ciudad. En ese rol ambos acordaron, además, empezar a trabajar en el diseño
conjunto de políticas de seguridad, transporte y medio ambiente para el área
metropolitana.Lo transcendente de la reunión es que se decidió derribar el muro de
la General Paz, fue el paralelismo que trazó con la caída del Muro de Berlín un
entusiasmado y un tanto exagerado funcionario porteño. Ni Ruckauf, ni Olivera
ocultaron su entusiasmo por coincidir en la necesidad de combinar los esfuerzos de ambas
jurisdicciones. Los problemas de la ciudad no terminan en la General Paz ni en el
Riachuelo; inexorablemente continúan en el conurbano, explicó el jefe de Gobierno
porteño, quien ofició de anfitrión.Los responsables de los dos distritos más
importantes del país habían resuelto reunirse el martes pasado. Ese día Olivera llamó
a Ruckauf y le planteó que debían hablar sobre una postergada convocatoria a licitación
para la realización de un estudio sobre el impacto ambiental de los residuos
domiciliarios que diariamente deposita el Ceamse en suelo bonaerense. El jueves a la
mañana voy a una reunión de gabinete en Ituzaingó. Si me invitás, después paso a
almorzar, le respondió el mandatario provincial. Ayer, Olivera lo recibió en la
Jefatura de Gobierno de la ciudad con fiambre de entrada y pollo como plato
principal.Sobre el Ceamse, Olivera y Ruckauf arreglaron realizar el llamado a licitación
internacional por Internet. Es para que participen todas las empresas del mundo
interesadas, para que sea absolutamente transparente y que se realice al menor costo
posible, precisó Ruckauf. De todos modos pusieron más énfasis en la decisión de
trabajar en políticas conjuntas, tarea que quedará a cargo de los respectivos
ministerios y secretarías. Y, en particular, abundaron en explicaciones sobre los
beneficios que ese trabajo podría traer en materia de seguridad. De qué sirve que
golpee a las bandas si pasan a otro territorio, no solamente a la Ciudad de Buenos Aires,
sino a cualquier territorio del país, planteó Ruckauf. Y precisó que
Olivera todavía tiene que terminar la transferencia de las fuerzas de la Policía
Federal a la ciudad y en cuanto termine este tema, haremos el primer acuerdo de trabajo
interjurisdiccional. Olivera habló de la importancia de encarar una lucha
global contra el delito y reformular ciertas leyes de manera que no existan resquicios por
los cuales el delincuente pueda evadirse.Ruckauf volvió a mostrar esa imagen de
opositor que apoya al gobierno nacional en las cuestiones de Estado. Eso
quedó claro cuando dijo que es muy buena la idea del presidente (Fernando) De la
Rúa de hacer una lucha global contra el delito y la vamos a acompañar en el Consejo
Nacional de Seguridad, donde ambos participaremos junto a nuestros ministros, así como
vamos a apoyar las reformas al Código Penal que propone también el Presidente,
enfatizó. Aseguró también que respaldará las reformas legales para la lucha
contra la gran evasión impositiva, es decir contra los grandes evasores, que son
delincuentes que se llevan millones.
OPINION
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