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CARLOS MENEM ACUSO A LA ALIANZA DE CREAR "UNA CRISIS DE INGOBERNABILIDAD"
Todo sea por volver al centro del ring

El ex presidente reunió a su ex gabinete donde se criticó al Gobierno. Luego emitió un documento que no fue consensuado con los asistentes. Los senadores disintieron con algunos párrafos del texto. Mensaje para la Alianza y para la interna del PJ.

Carlos Menem se quejó ante sus ex ministros y secretarios de que nadie da la cara por él.
“Tienen que salir a defender nuestra gestión. Soy yo, siempre, el único que sale”, dijo.

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Por Adrián H. Mouján

t.gif (862 bytes) “Tienen que salir a defender nuestra gestión. Soy yo, siempre, el único que sale. No podemos permitir que la Alianza le haga creer a la gente que recibieron el país como yo lo recibí en el ‘89.” Con esta frase, Carlos Menem trazó el lineamiento que sus funcionarios y amigos siguieron ayer en la reunión del denominado “Gabinete de las Luces”, donde los más incondicionales menemistas se dedicaron a despotricar contra el gobierno de la Alianza. Luego del encuentro, se dio a conocer un duro documento donde se acusa al oficialismo de “amenazar con crear una crisis de gobernabilidad de características similares a las que padecía el país, al borde del abismo, que heredáramos en julio de 1989”. También surgió la idea de pedir el juicio político del vicepresidente Chacho Alvarez por supuestas “presiones” al juez federal Claudio Bonadío, que investiga a Víctor Alderete, y demandar al Gobierno por “discriminación política, en los despidos de ex funcionarios”. Hasta hubo tiempo para que el ex titular del PAMI bromeara sobre su sucesora: “¿Saben cómo le dicen a (Cecilia) Felgueras? Blancanieves mala: porque vive persiguiendo al enanito”.
Después de unas vacaciones en Punta del Este y La Rioja, Carlos Menem reunió a sus ex ministros y secretarios de Estado, con la intención de frenar la catarata de críticas que desde la administración De la Rúa se lanzan sobre el estado en el que recibieron el país. Pero fundamentalmente, Menem intentó regresar al centro del escenario político del que fue desplazado tras su alejamiento del poder. La Alianza lo ha evitado cada vez que pudo, privilegiando el diálogo con los gobernadores Carlos Ruckauf, Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota, situación que crispa los nervios del ex presidente. Por esa razón, algunos asesores le propusieron a Menem que convoque a una reunión del Consejo Nacional el 4 de febrero, e inclusive el ex jefe de gabinete, Jorge Rodríguez –que no integra ese órgano partidario–, lanzó públicamente la fecha. A pesar de eso, varias conversaciones rápidas con el gobernador pampeano Rubén Marín y con los senadores Eduardo Menem y Eduardo Bauzá, desinflaron la iniciativa. En el ala política del menemismo explicaron que aún no se había comenzado con la ronda de contactos con los gobernadores, ya que Bauzá recién regresó el martes del exterior.
Tras la reunión del ex gabinete, realizada en Matheu 130, se dio a conocer un documento, titulado “Quien no tenga cabeza para prever, deberá tener espaldas para aguantar”, tomando una frase de Juan Domingo Perón. Ese documento –que se difundió a pesar de la cautela que pidieron los senadores Eduardo Menem, Eduardo Bauzá y Jorge Yoma (ver aparte)– incluyó críticas de toda índole a la Alianza.
El texto, que comienza con la apocalíptica frase sobre la “crisis de ingobernabilidad”, se explaya en un reclamo de reconocimiento a la gestión menemista. “La prevalencia de un espíritu faccioso impide a las nuevas autoridades comprender lo que es obvio: las transformaciones realizadas en la Argentina en la década del ‘90 colocaron al país en un nuevo piso histórico, cualitativamente más alto, a partir del cual es necesario enfrentar y resolver los desafíos propios de esta etapa histórica que vive el mundo”, reza la declaración.
El menemismo consideró que con las críticas a su gestión, la Alianza “pretende disimular ante la opinión pública la adopción de medidas que conllevan un elevadísimo costo social”, y enumeran el impuestazo y los recortes financieros a las provincias que “amenazan con reproducir estallidos sociales similares al de Corrientes”. Para el menemismo estas medidas, sumadas a la reforma laboral, “son ejemplo de una política equivocada, cuyos resultados habrán de agravar seriamente las tensiones sociales y potenciar la tendencia hacia la acción directa por parte de los sectores perjudicados”.
El senador Yoma fue uno de los voceros del enojo de Menem. Tras la reunión anunció que el bloque de senadores justicialistas rechazará el paquete de leyes de Emergencia Económica que envió el Poder Ejecutivo al Parlamento. “La derogación de convenios colectivos la vamos a rechazar, la suspensión de los juicios contra el Estado también la vamos a rechazar y las cesantías de los contratados, también”, le dijo el legislador riojano a este diario.
Respecto del proyecto que obliga a la renovación de los convenios colectivos, Yoma recordó que Armando Caro Figueroa debió dejar el Ministerio de Trabajo, “luego de que los senadores y diputados del justicialismo se lo rechazáramos. Si se lo rebotamos a Caro, ¿cómo no se lo vamos a rechazar a De la Rúa?”.
Luego fue el turno del diputado Daniel Scioli, que anunció un hipotético pedido de juicio político contra Carlos Chacho Alvarez (ver aparte).
Según algunos de los asistentes, en el encuentro Menem se mostró relajado, aunque dejó traslucir su bronca cuando exigió mayor participación de sus ex funcionarios en la defensa de su gestión. También apretó los dientes al reclamar al titular del Instituto contra la Discriminación (INADI), Víctor Ramos que habrá una investigación sobre los despidos de trabajadores estatales que son militantes justicialistas (ver aparte). Otro momento en el que hubo una pizca de humor fue cuando tomó la palabra el ex embajador en Portugal, Jorge Asís, quien pidió permiso para frenar a “estos traficantes inescrupulosos de trasparencia administrativa. Porque estoy indignado, fastidiado y quiero terminar con esta vocación por la mentira”, se explayó con su habitual verborragia el escritor.
Luego, los ex ministros de Trabajo Antonio Erman González y José Uriburu consideraron que la mezcla de la reforma laboral con la quita del fondo de las obras sociales era un “coctel explosivo para la relación entre empresarios y sindicatos: estas son medidas contra los sindicatos y los trabajadores”. Sorpresivamente, el ex canciller Guido Di Tella tomó la palabra y luego de exhibir y mencionar varios reportajes que concedió su sucesor Adalberto Rodríguez Giavarini, emitió una sentencia lapidaria: “Este gobierno no tiene política exterior. No saben qué hacer, no tienen ninguna estrategia”.
Llegó entonces el turno del actual diputado nacional y ex secretario de Desarrollo Social José Figueroa, quien se quejó porque “Graciela (Fernández Meijide), cuando me fui dijo que había recibido la secretaría ordenada y ahora anda diciendo que me va a investigar, que dejamos todo hecho un desastre. Y lo único que hace es hablar, porque no ha hecho nada: le reclamaron medicamentos, agua y alimentos de zonas que sufren sequía y no envió nada, lo que envió a Corrientes era insuficiente, esta mujer no trabaja”.
Curiosamente, la ex secretaria de Medio Ambiente, una de las estrellas del “gabinete de las luces” prefirió no abrir la boca. Sólo mantuvo algunos cuchicheos con el ex presidente.

 

Un pedido al Inadi

Como parte de la ofensiva menemista para recuperar el protagonismo y frenar las denuncias por corrupción que se erigen sombrías sobre el futuro de varios ex funcionarios, Carlos Menem le pidió al titular del Inadi, Víctor Ramos, que investigue si el gobierno aliancista violó la ley antidiscriminación al despedir empleados estatales que militan en el justicialismo. Ramos, que asistió a la reunión del “Gabinete de las luces”, que se realizó en la sede partidaria del PJ, les pidió a los ex ministros que presenten los casos y que él los “iba a revisar y le iba a dar paso a la Justicia, si la denuncia es veraz”.
“La Alianza está persiguiendo política e ideológicamente a trabajadores que entraron por concurso, y que son peronistas o gremialistas”, se quejó Menem, quien aseguró que ex empleados de la Secretaría de la Función Pública fueron despedidos, luego de que De la Rúa los felicitara por su trabajo para evitar el Y2k. A la finalización del encuentro, Ramos aseguró que si en sus investigaciones detecta casos de violación a la ley, hará las correspondientes denuncias a la Justicia.


Avanzada contra Chacho

Por la mañana, el diputado justicialista Daniel Scioli anunció que presentaría un pedido de juicio político contra el vicepresidente Chacho Alvarez, argumentando que éste había dicho que el juez Claudio Bonadío –que procesó a Víctor Alderete– debía condenar al ex titular del PAMI para demostrar su independencia y que esa afirmación constituía “una presión del Poder Ejecutivo sobre el Judicial”. Pero por la tarde, el legislador dio marcha atrás y anunció que presentará un proyecto de declaración de repudio, aunque los juristas del menemismo, encabezados por César Arias, ya revisaban reportajes concedidos por Chacho a los diarios, las radios y la televisión desde su asunción.
Scioli le dijo a Página/12 que “la declaración de repudio la vamos a presentar en el recinto, y luego se la vamos a llevar al Consejo de la Magistratura, al ministro de Justicia (Ricardo Gil Lavedra), y al presidente (Fernando) De la Rúa”. La amenaza no amedrentó a Alvarez, quien reiteró la afirmación que realizó a este diario en un reportaje publicado el 9 de enero pasado. La movida de Scioli fue frenada por los asesores jurídicos de Eduardo Menem y Eduardo Bauzá. Colaboradores de ambos senadores señalaron a este diario que “el pedido de juicio político es un tema en estudio, vamos revisar todos los diarios, los tapes de televisión y los casetes con radio”.


 

DESACUERDOS EN EL MENEMISMO POR EL DOCUMENTO
Los senadores se opusieron

Por A. H. M.

t.gif (862 bytes) El ex secretario de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, y Jorge Raventos, el ex vocero de Guido Di Tella, fueron los encargados de redactar “Quien no tenga cabeza para prever, deberá tener espaldas para aguantar”, el documento que el menemismo dio a conocer ayer, y en el que acusó al gobierno delarruista de generar una “crisis de ingobernabilidad”. Según confiaron a Página/12 colaboradores de Menem y de Castro, el ex jefe de Estado llamó al ex funcionario el lunes pasado y le pidió que comenzara trabajar en el texto. Tanto Jorge Yoma como Eduardo Bauzá y Eduardo Menem manifestaron su rechazo a algunos párrafos del documento, marcando nuevas diferencias entre los ultramenemistas y el ala política de ese sector.
Entre el lunes y el martes, Castro y Raventos trabajaron afanosamente en el texto que el martes por la noche le llevaron a Menem a su casa de la calle Esteban Echeverría en el barrio de Belgrano. Allí Menem le dio algunos retoques y lo pulió. Pero en ningún momento sacó del texto los párrafos en los que se acusa al gobierno aliancista de “crear una crisis de ingobernabilidad de características similares a las que padecía el país, al borde del abismo, que heredáramos en julio de 1989”. Este párrafo fue el que molestó a Eduardo Menem, Bauzá y Yoma.
“Ese documento es muy poco feliz. No estoy de acuerdo para nada con esa frase en la que dice que está en juego la gobernabilidad. Además no tiene nada que ver con lo que Menem dijo en la reunión”, afirmó Yoma, quien aseguró que recién “lo pude leer luego de la conferencia de prensa: me lo ocultaron”. Al ex jefe de gabinete Eduardo Bauzá tampoco le pareció feliz el párrafo y en declaraciones a este diario consideró que el texto debió haber dicho que “sí creemos que el gobierno está forzando la interpretación de la realidad para hacerle creer a la gente que la crisis económica actual heredada es similar a la del ‘89, y desde ese lugar buscan forzar la aprobación de leyes con contenidos claramente anticonstitucionales como por ejemplo la de emergencia económica”.
Yoma también cuestionó el anteúltimo párrafo que señala: “Resulta inadmisible y políticamente suicida que la gravitación indebida de un grupo de dirigentes, algunos de ellos renegados del peronismo, pueda llegar a frustrar esta oportunidad histórica para volver a llevar a la práctica la definición del general Perón de que ‘para un argentino nada mejor que otro argentino’”. Sobre este punto, Yoma señaló que “para nada estoy de acuerdo con este párrafo. ¿A qué peronistas renegados se refiere?”. Este párrafo constituye una clara referencia a Chacho Alvarez y a otros ex dirigentes peronistas que desde el Frepaso cuestionaron duramente al menemismo.

 


 

“Un intento para ser protagonista”

En nombre del Gobierno, Carlos “Chacho” Alvarez refutó la andanada menemista. “Pregúntenle a la sociedad qué piensa de Menem y Daer”, desafió.

El vicepresidente Alvarez fue la cara del contraataque.
“Reutemann, Ruckauf y De la Sota, un nuevo polo de referencia.”

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Por F.C.

t.gif (862 bytes) Fernando de la Rúa prefirió el silencio. Al vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez, entonces, le tocó ser la voz oficial que salió a responderle a la nueva andanada del menemismo contra el Gobierno. Dijo que lo de “la crisis de ingobernabilidad” sólo era “un intento por recuperar protagonismo político” de parte de Carlos Menem, que intenta crear un polo de poder dentro del PJ. La reaparición en escena del ex presidente sirvió para alegrar a los despachos más encumbrados del Gobierno, que estratégicamente tiene resuelto mantener cortado todo diálogo con Menem. El vicepresidente aprovechó la volada y metió en la misma bolsa a los dirigentes de la CGT que se oponen a la reforma laboral.
Chacho debía salir a contestar porque, temprano, desde el menemismo habían anticipado que pedirían su juicio político debido a unas declaraciones suyas sobre el juez federal Claudio Bonadío y su investigación sobre los negociados del ex interventor en el PAMI, Víctor Alderete. Alvarez respondió que la oposición había hecho “una interpretación caprichosa” de sus dichos y reiteró lo que venía opinando: que era “una paradoja” que Alderete deba ser investigado por un juez “que estaba en la famosa servilleta de Corach”. También agregó que estos jueces están ante la disyuntiva de “ser independientes y actuar conforme a la ley o mantener viejas lealtades”.
La reaparición de Menem en medio de la discusión por la reforma laboral le facilitó a Chacho la tarea de emparentarlo con los dirigentes sindicales. Pelearse con uno y otros en la Rosada le produce la misma placentera sensación. Piensa que son dirigentes que perdieron predicamento ante la sociedad y que tenerlos en la vereda de enfrente sirve para prestigiar al Gobierno (ver página 7).
Así, Alvarez recordó que los sindicalistas “acompañaron el proyecto de Menem y hacen oposición dentro del esquema del ex presidente”, a quien acusó de buscar la vuelta a los primeros planos con el objetivo de “conformar otro polo de poder emergente en su partido”. Y siguió: “¿Cómo les fue en estos diez años a los trabajadores en la Argentina? Pregúntenle a la sociedad qué piensa de Rodolfo Daer y qué piensa del presidente de la Nación y entonces tendremos un cuadro muy clarito”.
Otro de los puntos que respondió Alvarez fue la denuncia por “discriminación” a los peronistas dentro del Gobierno. “Eso es una falta de respeto a un Gobierno que tiene una enorme legitimidad popular”, consideró. Por último, Chacho dividió claramente entre el polo opositor que intenta conformar Menem a su alrededor y el otro, mucho más simpático para el Gobierno, al que privilegia como canal de diálogo, que es el que encarnan “esta suerte de trío que integran los gobernadores (por Carlos Reutemann, Carlos Ruckauf y José Manuel de la Sota) y que son un espacio de referencia nuevo”.

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