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EL GOBIERNO APELO A UNA ENCUESTA PARA MOSTRAR EL DESPRESTIGIO SINDICAL
De la Rúa  se siente acompañado

El Gobierno difundió una encuesta en la que más de ocho de cada diez personas creen que los gremialistas se oponen a la reforma laboral para defender sus intereses. La CGT y el MTA repudiaron la denuncia mediática y advirtieron sobre medidas de fuerza.

Los dirigentes del MTA, Hugo Moyano y Juan Manuel Palacios, criticaron al Gobierno ante la prensa


t.gif (862 bytes) El Gobierno dio un golpe de efecto para enfrentar el rechazo cegetista a la reforma laboral: dio a conocer la depreciada opinión que la gente tiene sobre la dirigencia sindical. Fernando de la Rúa inauguró la megarreunión de Olivos --a la que concurrieron ciento cincuenta funcionarios (ver aparte)-- con la lectura de una encuesta realizada por Mora y Araujo & Asociados, que muestra que el 84 por ciento de los consultados cree que "los sindicalistas se oponen para defender sus propios intereses", mientras que sólo el 7 por ciento supone que lo hacen "para defender los intereses de los trabajadores". De la Rúa interpretó la evaluación de los números: "Es bueno, porque así sabemos que no debemos sentirnos solos en esto". Las voces de la CGT y el MTA no se hicieron esperar; tampoco descartaron medidas de fuerza.

  De la Rúa dio la bienvenida a los funcionarios con dos encuestas más que favorables para la gestión de la Alianza. Según el informe de la consultora Mora y Araujo, "la opinión pública expresa un sentimiento fuertemente contrario a la dirigencia sindical en las controversias actuales sobre las medidas propuestas por el Gobierno". El otro punto relevado por la encuesta es la conveniencia de la negociación descentralizada, punto principal --junto a la extensión del período de prueba-- de la reforma laboral. El 71 por ciento de los consultados cree que "se pueden obtener las mejores condiciones salariales y de trabajo" cuando los sindicatos de cada lugar negocian con las empresas de su región, y sólo un 5 por ciento considera mejor que la cúpula del sindicato negocie centralizadamente con la cúpula empresarial.

  Otra de las encuestas presentadas antes del asado le dio a De la Rúa una dosis extra de autoestima: está ubicado como el político de mayor imagen positiva y los que le siguen en el ranking lo miran desde lejos (ver aparte). La difusión de los resultados busca legitimar públicamente la sanción de la reforma laboral y emprende una batalla mediática para confrontar a los gremios, al poner en evidencia su escasa representación social. La semana pasada, el vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez había lanzado una pregunta: "Averigüen cuál es la imagen que la sociedad tiene de Daer", anticipando por dónde se impugnaría a la CGT. La respuesta ya llegó y va a ser explotado por el Gobierno.

  El jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, también aludió al sondeo de opinión: "Va a jugar un papel importante en la discusión final en el Congreso", pronosticó. También está previsto que el ministro de Economía, José Luis Machinea, acompañe al Congreso a su par de Trabajo, Alberto Flamarique, para explicar la reforma a los legisladores. El encuentro será el próximo martes a las 19, mientras que la primera reunión de la comisión de Legislación del Trabajo se producirá 24 horas después.

  Por su parte, el sindicalismo respondió inmediatamente, pero lo hizo con distintos tonos. "Hay que terminar con el estado de confrontación. Cuando hay voluntad política, de los disensos se pueden construir los grandes consensos que necesita el pueblo argentino", propuso, conciliador, Rodolfo Daer, titular de la CGT. Daer se entrevistó ayer con la Conferencia Episcopal Argentina, presidida por monseñor Estanislao Karlic. "No vinimos a buscar el apoyo de la Iglesia a nuestros reclamos sino una mediación para bajar los decibeles de la discusión y, con la autoridad moral que tienen los obispos, reivindicar el diálogo social", aclaró (ver aparte).

  En otro matiz --menos amigable--, Hugo Moyano, del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), declaró que "si esta ley perjudica a los trabajadores, haremos lo mismo que hicimos con el gobierno anterior: movilizaremos a la gente e iremos al Congreso". Y agregó que la Alianza intenta "llevar a los dirigentes a que sean degradados injustamente", en referencia a las repercusiones de las encuestas. El MTA, que encabeza Hugo Moyano --del gremio de los camioneros-- y Juan Manuel Palacios --del gremio de los colectiveros--, dio su apoyo a la CGT contra el proyecto de reforma laboral oficial y manifestó que no descartan medidas de fuerza. "Vamos a utilizar las herramientas necesarias para la defensa de los intereses de los trabajadores. No se descartan paros ni movilizaciones, no hay que tenerle miedo, sí hay que tener miedo a los efectos económicos de la política del Gobierno", pronosticó Palacios. A eso se referían cuando aclararon que el MTA "va a mantener su forma de ser, su forma de conducirse como lo hizo con el gobierno anterior".

Informe: Verónica Gago

 



LA CGT Y EL MTA BUSCARON EL APOYO DE LA IGLESIA
Obispos atentos pero cautelosos

Por Washington Uranga
La delegación de la CGT encabezada por Rodolfo Daer e integrada, entre otros, también por Hugo Moyano y Juan Manuel Palacios del MTA, llegó ayer por la mañana hasta la sede del Episcopado en la calle Suipacha con la indisimulada pretensión de obtener un respaldo o, cuando menos, una promesa de mediación de la Iglesia en relación al debate planteado por la reforma laboral. Los dirigentes obreros fueron recibidos por el presidente de la Conferencia Episcopal, Estanislao Karlic y por el vicepresidente segundo del organismo, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Poco más de una hora duró el encuentro tras el cual los obispos se limitaron a decir, a través de un breve comunicado, que "escucharon con atención" las inquietudes de los dirigentes gremiales y Daer sólo pudo asegurar que "los obispos seguirán deliberando".

  La entrevista entre la dirigencia sindical y la presidencia del Episcopado se concretó después de insistentes pedidos por parte de la CGT. "No podemos negarle un encuentro a la CGT" aseguró una fuente episcopal que sin embargo se encargó de aclarar que lo mismo habría ocurrido si otro sector, los empresarios o el gobierno, hubieran formulado el pedido con la misma urgencia que lo hizo Daer. Para la cúpula que encabeza Karlic es una cuestión de coherencia mantener las puertas de la Iglesia abiertas para colaborar en el diálogo social, aunque para ello sea necesario --como sucedió ahora-- abrir la propia sede episcopal cerrada en esta época por vacaciones.

  Poco antes de las once de la mañana los dirigentes sindicales fueron llegando de manera individual a la sede de la Conferencia Episcopal. El primero fue Juan José Zanola y luego de Daer arribaron también Palacios, Armando Cavallieri, Oscar Lescano y Domingo Petrecca, entre otros. Moyano llegó media hora después de comenzada la reunión. Los obispos aguardaban en un despacho del primer piso de la sede episcopal y no se asomaron para recibir a los visitantes evitando toda posibilidad de tomar imágenes del encuentro. Los camarógrafos y fotógrafos tampoco pudieron acceder al lugar de la entrevista. Fue el subsecretario del Episcopado, el sacerdote Eduardo Pérez, quien condujo a los dirigentes obreros hasta el salón de la reunión.

  Inmediatamente después de finalizado el encuentro el propio Pérez distribuyó un escueto comunicado de dos párrafos en el que no se hace ninguna mención al contenido del diálogo, se limita a decir que la presentación de los dirigentes obreros fue escuchada "con atención" y agrega que "la entrevista está enmarcada dentro del servicio que quiere brindar el Episcopado a todos los responsables de la construcción del bien común".

  Daer insistió en que no fueron a pedir apoyo a los obispos sino a solicitarles que hagan uso de "su autoridad moral" para respaldar el "diálogo social" y una "mediación para bajar los decibeles de la discusión". Entre los miembros de la jerarquía hay memoria de que el propio Daer no apoyó, durante el gobierno anterior, la llamada "mesa del consenso" impulsada por el presidente de Pastoral Social, cardenal Raúl Primatesta, con propósitos similares a los que hoy reclama el secretario general de la CGT. Probablemente será Pastoral Social el ámbito que la Iglesia elegirá para, sin prisas, colaborar en un diálogo multisectorial que incluya en la agenda los puntos reclamados ahora por la CGT.

OPINION
El consenso del Gobierno
Por Manuel Mora y Araujo

 

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