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--¿Considera
que el rumbo del gobierno es progresista?
--Era el único camino posible que tenía
para transitar. No hay ninguna duda de que había que poner las cuentas en
orden. También no es menos cierto que eso sólo no alcanza, hay que
promover el crecimiento. Lo que planteamos es que es necesario un pacto
entre la política, la producción y el trabajo. Hay que mirar de qué
manera hacemos reformas estructurales, terminar con la concentración económica.
Uno de los puntos centrales es resolver el problema de la competitividad
de nuestra producción. --¿Piensa,
como algunos sindicalistas, que hay que salir de la convertibilidad?
--Salir de la convertibilidad con una
devaluación es un disparate. Mantenernos en estas condiciones también es
un disparate. Habrá que hacer un gran esfuerzo de imaginación. No basta
con poner en una columna las ventajas de la convertibilidad y en otra sus
desventajas, aunque es algo que en algún momento habría que hacer. No
habría que desechar la posibilidad de una moneda única en el Mercosur.
Aquí el único país que ha perdido competitividad día a día es la
Argentina. No sólo por la paridad cambiaria sino también por los
sucesivos ajustes que no dieron ningún resultado. Hay quienes dicen que
la solución pasa entonces por devaluar o dolarizar. Pero quiénes
plantean esto: la derecha, que preparó esta trampa. El próximo paso que
tienen previsto es la dolarización, una decisión que estratificaría la
exclusión social. Es lo que quieren los economistas de derecha, los de
FIEL.
--Economistas de FIEL como el ministro
Ricardo López Murphy...
--Espero que hoy López Murphy sea más un
hombre de De la Rúa que un economista de FIEL. Hay que incitar al debate.
Insisto, la moneda única del Mercosur podría ser el camino.
--¿Pero eso no sería un objetivo para el
largo plazo?
--Mucho más largo es mantener una economía
que va agonizando. Lo que no podemos es seguir cruzados de brazos frente
al mercado. Los políticos no pueden tenerle miedo al mercado.
--¿La reforma laboral es una solución
para la desocupación?
--No sé si es una solución para el
desempleo. Es cierto que hay que redefinir las relaciones laborales. Pero
es inequitativo un período de prueba de seis meses más otros seis meses.
No puede ser que alguien que trabaja 364 días y lo echan no tenga ninguna
indemnización. Además, generalizar, establecer los mismos plazos para
labores especializadas y otras que no lo son no es bueno. La filosofía
general de la reforma es correcta, pero el punto del período de prueba
debe ser examinado.
--¿El justicialismo apoyará el proyecto
del Gobierno?
--El justicialismo no va a poder evitar el
debate. La gente va a reclamar que se debata y se va a discutir.
--En el bloque de senadores la Alianza parece haber dos posiciones:
una que encarnaría Chacho Alvarez, más dura con el PJ, y otra el
mendocino José Genoud, más proclive a la negociación. ¿Cuál le parece
más adecuada?
--Más allá de cualquier teoría, el
resultado de las elecciones indicó que la búsqueda de consensos es
imprescindible. Por eso el menemismo está quedando aislado. La sociedad
ha madurado y el resultado de las elecciones marcó un equilibrio de
poder. Hay que dialogar con todos los sectores y buscar los consensos, ya
no hay espacios para fundamentalismos.
--Cuando en su momento el jefe de la SIDE,
Fernando de Santibañes, planteo su propuesta educativa, usted salió a
responderle con dureza. ¿Cómo ve ahora el rumbo de la política
educativa?
--Los radicales tenemos una filosofía
solidaria. Los sectores conservadores, en cambio, ven a la solidaridad
como beneficencia. Hay una diferencia básica de actitudes que se nota en
diferentes campos, uno de ellos es en la educación. En su momento, cuando
De la Rúa nombró a Juan Llach ministro yo dije lo que tenía que decir,
no porque no fuera radical sino por las definiciones que tenía en su
libro. Pero ahora veo que se ha adecuado a la Carta de los Argentinos de
la Alianza. --¿Le
preocupa que De la Rúa se rodee de personas de otra ideología?
--Me parece lógico que De la Rúa escuche
todas las voces. No queremos un presidente dogmático. Si un partido político
le tiene miedo a la opinión de una persona, quiere decir que ese partido
está muy débil.
--¿Por qué no apoyan la propuesta del gobernador Carlos Ruckauf
de darle mayor poder a la Policía?
--Es que se trata de un nuevo parche. La
improvisación que tuvo el PJ a lo largo de 12 años está provocando que
los síntomas salgan a la luz. Ni Cafiero ni Duhalde nos llevaron en su
momento el apunte, nosotros presentamos una propuesta que era la reforma
seria que debía hacerse. Pero Duhalde creyó que tenía que competir con
la Alianza en la misma franja, se puso el ropaje de progresista y lo
convocó a Arslanian. --¿No
es necesario modificar las leyes para mejorar la seguridad?
--El problema no pasa por endurecer la ley
sino por hacerla cumplir. La impunidad en la provincia es justamente lo
que la ley Ruckauf no toca. Ruckauf armó esa ley encerrado con un grupo
de encuestadores, por eso nosotros queremos abrir el debate a la gente y
convocamos a una audiencia pública en la Legislatura. Se terminaron los
golpes mediáticos. --¿Pero
la gente no votó mayor dureza cuando votó a Ruckauf?
--El problema no es la dureza de la ley sino
que nadie la aplica. A los fiscales nunca les dieron elementos. No sólo
hay que darle poder, también los recursos necesarios. Y estamos hablando
de uno solo de los problemas de la seguridad de la provincia porque hay
otros. Por ejemplo, el colapso del sistema penitenciario. Si se endurecen
las leyes y se hace más complicada las excarcelaciones (con lo que
estamos de acuerdo), ¿dónde van a poner a los presos? Prometieron
construir nuevas cárceles, pero no cumplieron. Lo que hay que tener en
claro es que esto es política de Estado, no electoralista. Hay que hacer
una reforma policial definitiva. --¿Si no apoyan los proyectos de Ruckauf, no le dan
argumentos al justicialismo para no apoyar las leyes de De la Rúa en el
Senado?
--Nuestra intención es ayudar a la gente. La
gente le dio a Ruckauf la posibilidad de gobernar, pero a nosotros nos votó
para legislar, por algo tenemos mayoría en las dos cámaras. Igualmente
siempre garantizamos la gobernabilidad en la provincia.
--¿Entiende que cuando Ruckauf habla en contra de los marxistas
del Frepaso está buscando meter una cuña dentro de la coalición?
--No sé si quiere meter una cuña, más bien
pienso que apunta a recrear la alianza populista de derecha que lo hizo
ganar en octubre. --¿La derrota no dejó a la Alianza huérfana de liderazgos
que le sirvan de conducción en la provincia?
--Al contrario, la derrota nos dejó una
lección: es necesario darle mayor importancia a la organización. Hay que
mostrar más a nuestros equipos que exhibir liderazgos. Incluso se podría
decir que Ruckauf ganó sin tener un liderazgo partidario.
--¿Considera que la UCR provincial tuvo el lugar que se merecía
en la estructura del gobierno nacional?
--No creemos que el Gobierno deba
estructurarse por zonas geográficas. Celebramos la conformación del
gabinete porque está compuesto por gente honesta. Como partido sabemos
que tenemos la responsabilidad de apoyar al gobierno en su marcha, porque
un eventual fracaso de la Alianza abriría un descreimiento en la sociedad
que podría desembocar en un Chávez. El partido debe cuidar al gobierno,
pero también el gobierno debe cuidar al partido, porque es su sustento
cuando debe enfrentar intereses poderosos. OPINION
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