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Corach ya había
llevado tranquilidad a su sucesor en el Ministerio del Interior, Federico
Storani, tal como adelantó ayer Página/12. Pero los contactos con
Flamarique son un indicio de que las negociaciones en el Senado están
avanzadas.
Claro que Corach no
fue el único que se mostró bien dispuesto. En declaraciones a medios
periodísticos, el senador rionegrino Remo Costanzo también aseguró que
no pondrá "palos en al rueda" al proyecto de la Alianza. En el
Senado la primera minoría es justicialista.
"A río revuelto,
ganancia de pescadores", aseguran en los pasillos de la Casa Rosada,
al entender que las fuertes diferencias internas que persisten en el
justicialismo terminarán favoreciendo la postura negociadora del
Gobierno.
Las posiciones
encontradas no son exclusividad de la Cámara alta. Los mismos diputados
mostraron la última semana que no existe una postura homogénea. Así
quedó demostrado cuando, durante la defensa al proyecto que realizó
Flamarique en la Comisión de Legislación Laboral, el mendocino Arturo
Lafalla dio su conformidad a los lineamientos generales de la iniciativa
oficial. Antes de Lafalla, ya habían acercado su respaldo los
gobernadores Carlos Ruckauf, Carlos Reutemann, José Manuel de la Sota,
Carlos Manfredotti y Rubén Marín.
Flamarique volverá el
miércoles al Congreso para explicar la reforma. La semana pasada, el
diputado de extracción sindical, Saúl Ubaldini, había pedido un cuarto
intermedio a fin de hacerle ganar tiempo a la CGT, donde se está
acordando un reordenamiento interno.
La propia CGT pidió
postergar para la próxima semana su visita a la Comisión de Legislación
Laboral, ya que este miércoles convocó a una reunión de consejo
directivo para consensuar con todas sus corrientes internas el discurso
para dar batalla al Gobierno.
Los caciques
sindicales ya acordaron de palabra que Hugo Moyano anticipe para marzo su
asunción como jefe de la CGT en reemplazo de Rodolfo Daer. El dirigente
camionero desafía día a día al Gobierno y ya prometió un acto a todo
trapo en el microestadio de Ferro para repudiar la reforma laboral.
La apuesta de Moyano
--que busca legitimar de esta manera su acelerado paso a la jefatura de la
CGT-- es a todo o nada. Por eso, sus hombres no pararon de moverse en las
últimas horas para garantizar una presencia masiva en el acto del miércoles.
Es más, aseguraban que si lograban confirmar hoy mismo la presencia de
algunas seccionales del interior, el acto podría trasladarse del estadio
cerrado Héctor Etchart al propio campo de fútbol de Ferro.
OPINION
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