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Haider es el líder del partido más popular de Austria, el Partido de la Libertad (FPOE). Hoy, ese partido entrará al gobierno de la mano de los sobrios conservadores de Wolfgang Schuessel y su OEVP. Nada extraño en todo esto, excepto que Haider reivindica la Gran Alemania, las Waffen SS, las políticas de empleo del Tercer Reich y teme los efectos de miles de inmigrantes robando empleo a los austríacos. En pocas palabras, es un neonazi. Este dato siempre pareció importar más en el extranjero que en Austria, donde pese a fuertes presiones europeas el presidente Thomas Klestil anunció que este viernes jurará como gobierno a la coalición neonazi-conservadora, que tiene a Schuessel como jefe de Estado. Klestil exigió tan sólo que los socios firmaran una carta de "los valores fundamentales de Europa" y descartaran a dos ministros neonazis impresentables. Haider no será parte formal del gobierno, y seguirá como gobernador de Carintia. El día decisivo para el dúo Haider-Schuessel comenzó ayer cuando a las 11.30 ambos llegaron al Hofburg (palacio presidencial) para entregar su lista de ministros al presidente. El miércoles ya habían comparecido allí para presentar su programa de gobierno, que, según Haider, le había "gustado bastante" a Klestil. Como había sucedido ese día, una multitud le gritó ayer "cerdo nazi, fascista" a Haider, y "Judas, traidor" a su camarada conservador. Otro grupo saludó la apoteosis de su héroe al grito de "¡Bravo, Haider!". Dentro del recinto, Klestil les pidió a los socios que se suscribieran a una suerte de carta de buenas intenciones. Fue así como el neonazi Haider puso su nombre a declaraciones como, "Austria asume su responsabilidad por los crímenes del monstruoso régimen nacional-socialista", "el nacionalismo y la intolerancia causaron la guerra y la hecatombe"; y "el carácter único del crimen del Holocausto, sin ningún equivalente en la historia, nos exhorta a una vigilancia permanente frente a toda forma de dictadura y totalitarismo". Tras la firma, Klestil pidió un tiempo para "reflexionar sobre las próximas etapas". Al salir del palacio presidencial los socios ya sentían que estaban a un paso de la victoria, y convocaron a una conferencia de prensa para presentar sus propuestas. Schuessel reveló un programa conjunto titulado "Futuro en el Corazón de Europa", que incluía ajustes presupuestarios y "una nueva era de privatizaciones". Haider destacó que habría un subsidio para las familias con hijos menores de tres años. Poco después, Haider recibió un llamado de la presidencia: debía volver de inmediato al Hofburg. Llegó a las 17.30. Su partido podía entrar al gobierno, pero había un problema. En la lista de Gabinete había dos nombres inaceptables. Ambos, por supuesto, eran del FPOE. A) Thomas Prinzhorn (Infraestructura), conocido por acusar al Partido Socialdemócrata (SPOE) de brindar "hormonas" a los inmigrantes para que "tengan más hijos" y por amenazar con dejarle "la cabeza sangrando" a Klestil éste no daba luz verde al gobierno negro-pardo. B) Himlar Kabas (Defensa), responsable del uso de en la campaña del FPOE del término uberfremdung (sobre-extranjerización), acuñado por Joseph Goebbels. Haider purgó a ambos sin más de su Gabinete. El equilibrio de fuerzas allí sigue siendo fifty-fifty, sin embargo, y el FPOE ostentará, entre otras, las carteras de Finanzas, Acción Social y la vicecancillería. Tras el arreglo con Haider, Klestil "le informó al Doctor Schuessel que debía comparecer el viernes 4 de febrero del 2000, a las 12 del mediodía, a la oficina presidencial para juramentar a sus ministros". El presidente ya se había justificado antes, afirmando que "juntos los partidos tienen una mayoría en el Parlamento y en una democracia parlamentaria hay que respetar las mayorías". Después de esto llegaron las primeras señales de un futuro más solitario para Austria, pero poco intimidatorio para Haider. EE.UU. dijo que "reexaminará" sus relaciones, y dentro de la Unión Europea (UE) los gobiernos francés, belga y portugués reiteraron sus amenazas del lunes: en particular, ningún "contacto oficial bilateral a nivel político", los embajadores sólo serán recibidos "a nivel técnico" y no se apoyarán candidaturas de austríacos para organizaciones internacionales. El premier portugués y presidente de turno de la UE, Antonio Guterres, aseguró que el resto de la UE pronto imitaría la medida. El gobierno israelí informó que mañana su embajador abandonaría el país. Pero con su partido como miembro seguro del próximo gobierno, ayer a la noche Haider se mostró mucho menos reservado sobre lo que viene. En una entrevista televisiva reveló que se reducirá la cuota de inmigrantes y que se impondrán medidas más "duras" contra extranjeros ilegales y criminales. También habría un plan para limitar el número de niños extranjeros en las escuelas a menos del 30 por ciento, lo que "será un alivio esencial para los padres de los niños que comparten esas clases". Interrogado sobre sus declaraciones filonazis, Haider abandonó todo disfraz: "No tengo la intención de ir por ahí pidiendo perdón por Dios y el Mundo".
OPINION
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