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Es importante destacar que la Alta Corte no está juzgando la facultad de Straw para decidir la extradición, sino solamente su proceder. La pregunta es si el ministro, al decidir provisionalmente rechazar la extradición de Pinochet en base a informes que no fueron divulgados a los querellantes, realizó una decisión "injusta, parcial e irracional". Los recursos contra la decisión del ministro piden que Straw dé a conocer los informes médicos para que los países querellantes puedan opinar al respecto y posiblemente participar, con médicos propios, en un nuevo examen. Esta sería la única manera para replantear la extradición, porque sólo así se podrá saber si Pinochet está realmente incapacitado para someterse a juicio, la pregunta clave del caso.
Así, la Alta Corte tiene básicamente
tres fallos entre los que elegir. Primero, puede darle la razón a Straw y
decidir que puede liberar a Pinochet sin difundir el informe médico a los
países que pidieron la extradición. Segundo, podría opinar que el
ministro se extralimitó y que deberá entregar el informe. Por último,
pueden hacer esto y decidir además que Straw deberá concederles tiempo a
los querellantes para estudiar posibles alegatos cuestionando el informe. ¿Qué sucede después? Si la Corte se vuelca en contra de Straw y emite una orden judicial para que entregue el informe, el ministro podría apelar el fallo alegando el derecho de privacidad de Pinochet. Es posible que la defensa del ex dictador intente hacer algo similar. Pero si los jueces fallan a favor de Straw, existe la posibilidad de que el caso quede cerrado y que Pinochet vuelva a Chile. La pregunta clave será si la Alta Corte permitirá que se apele su decisión en la Cámara de los Lores. Esto puede ocurrir si los jueces consideran que la actual situación no está prevista adecuadamente por la ley británica. En esos casos los que deben pronunciarse son los "law lords", la máxima instancia judicial de Gran Bretaña. "Un
proceso impredecible" |