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EL EJERCITO Y LOS RASTROS DOCUMENTALES DE LA REPRESION
Ahora, todo a la Justicia

El jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, ordenó la búsqueda en todas las unidades militares de toda documentación referida a la lucha antisubservia. El lunes tendrían el resultado.

En el Regimiento de Patricios, los militares se dedicaron a hurgar en archivos y lugares apartados.
�Si después de esto aparece algo, los responsables serán los jefes de cada lugar�, explicó el Ejército.


Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes) Recién el lunes llegará a la Secretaría General del Ejército, a cargo del general Eduardo Alfonso, la documentación que ayer pudieron haber encontrado sobre la represión ilegal. Por orden del titular de la fuerza, general Ricardo Brinzoni, todas las unidades militares del país dedicaron el día a la búsqueda �exhaustiva, no sólo en sus archivos sino en cualquier lugar de una dependencia militar�, explicaron. �Por ahora no tenemos nada�, repetían anoche los oficiales en el Edifico Libertador y a lo sumo arriesgaban que hoy habrá un primer informe.
�Si después de esto aparece algo, los responsables serán los jefes de unidad, de regimiento y de cuerpo que no hayan buscado ni informado adecuadamente�, explicó un alto oficial del Estado Mayor del Ejército. Brinzoni sostiene que en la �institución� no hay nada y consideró que a lo mejor podría aparecer algo en la casa de algún oficial retirado que haya actuado en los 70.
El ex titular del Ejército, Martín Balza, aseguró en reiteradas oportunidades que en la fuerza no sobrevivió ninguna documentación que dio marco al terrorismo de Estado porque en 1983, el entonces general Cristino Nicolaides dispuso la �incineración� de todo ese material.
A pesar de esa afirmación, la Justicia en distintas causas elevó pedidos a la fuerza para que aportara los documentos existentes sobre el tema. �No hay listas de desaparecidos�, repitió Balza.
Hace dos semanas, el juez federal Claudio Bonadío, quien investiga una de las tres causas relacionadas con el Operativo Cóndor, solicitó el �Plan de Capacidades Orden Interna�, es decir el despliegue operativo del Ejército durante la dictadura y las modificaciones específicas dado que los manuales se adaptaron en esa época a la lucha antisubversiva. El secretario general del Ejército respondió que �no obran copias de planes militares que fueron ejecutados� y tampoco hay archivos de �los reglamentos de entrenamiento de los oficiales en actividad sobre la lucha con fuerzas regulares o irregulares�. Bonadío consideró �irrespetuosa� la contestación teniendo en cuenta que el Ejército se caracteriza por resguardar todo. El juez citó entonces a Brinzoni, quien declaró por escrito y aseguró a la prensa que no tenía constancias sobre el Plan Cóndor. Una respuesta llamativa dado que hasta el propio Departamento de Estado de Estados Unidos desclasificó los documentos secretos que prueban la existencia del operativo de represión conjunta en el Cono Sur.
Cuando Brinzoni anunció la decisión de vender la sede del ex Batallón 601, corazón de la Inteligencia Militar, el juez Adolfo Bagñasco le solicitó al Ejército que tome recaudos para resguardar la documentación de ese edificio ubicado en Viamonte y Callao. �Llevo a su conocimiento que la búsqueda efectuada en el citado organismo no ha permitido ubicar documentación que coincida con lo requerido�, respondió el general Alfonso y, al mismo tiempo, anunció la búsqueda efectuada ayer. El coronel Enzo Molino es el jefe del ex 601, ahora denominado Central de Reunión de Inteligencia Militar, y todas las miradas de los organismos de derechos humanos se concentran en cuál será el informe que elevará a sus superiores.
La Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Alicia Oliveira, presentó un oficio el martes pasado ante la jefatura del Ejército advirtiendo que �es imposible realizar en forma acabada y seria la tarea que se pretende en sólo una jornada� y sugirió que se convoquen a expertos y organismos para buscar y analizar la información. El director del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), Martín Abregú, también recomendó la participación de �expertos en material documental �historiadores, archivistas, profesionales con experiencia en investigación de violaciones a los derechos humanos� y de la de quienes conozcan los recorridos burocráticos de la información del Estado�. Los uniformados hicieron caso omiso de las sugerencias y apelaron a sus propios �instructivos�. El libro de nacimientos del Hospital de Campo de Mayo, hallado hace pocas semanas en el marco de uno de los juicios de la Verdad, en el que se detectaron irregularidades que abren caminos para buscar el registro de nacimientos ilegales, es una muestra de los documentos que podrían encontrarse con una búsqueda idónea y minuciosa. �Todo lo que se encuentre será enviado a la Justicia�, aseguró el jefe del Segundo Cuerpo con asiento en Rosario, general Pacífico Luis Britos. Los militares apuestan a cerrar ese capítulo y no tener que seguir dando explicaciones sobre los �documentos del pasado�.

 


 

OTROS EX JERARCAS DEL PROCESO CITADOS POR BAGNASCO
Tres más camino a prisión

Por Adriana Meyer

Los ex generales del Ejército Juan Bautista Sasiaiñ, Santiago Omar Riveros, y Jorge Olivera Rovere fueron citados por el juez federal Adolfo Bagnasco para prestar declaración indagatoria en la causa que investiga la práctica sistemática de apropiación de los hijos de los desaparecidos durante la dictadura. Los tres serán interrogados por la responsabilidad mediata que tuvo el Ejército en ese plan tras lo cual podrían quedar detenidos. A fines de marzo estaría concluida la instrucción de este proceso, tras lo cual el juzgado empezará a preparar la elevación a juicio oral.
El general de brigada Sasiaiñ estuvo a cargo de la zona 11 bajo cuya jurisdicción estuvieron los centros clandestinos Pozo de Banfield, Comisaría 5ta. de La Plata, La Perla y La Cacha, entre otros. El general de división Riveros fue comandante de Institutos Militares y tuvo a su cargo el Hospital Militar de Campo de Mayo, mientras que Rovere mandaba sobre la zona de Capital Federal, es decir, sobre Automotores Orletti. En todos esos campos de concentración fueron verificados partos clandestinos. Sasiaiñ, Riveros y Olivera Rovere deberán presentarse el 16, 21 y 24 de marzo respectivamente, y podrían quedar detenidos.
Sasiaiñ estuvo procesado por los delitos de lesa humanidad cometidos entre febrero y diciembre de 1976. También fue responsable de los centros clandestinos que funcionaron en la Unidad Penitenciaria 1 de Córdoba y en el Hospital Militar de esa provincia. La Corte Suprema de Justicia lo desprocesó en mayo de 1988, en aplicación de la ley de Obediencia Debida. Riveros fue responsable máximo de la zona IV, entre setiembre de 1975 y febrero de 1979. Riveros llegó a defender la represión ilegal ante la Junta Interamericana de Defensa y provocó un escándalo internacional. No fue beneficiado con la ley de Punto Final y en 1988 pretendió ampararse en la ley de Obediencia Debida pero la Cámara Federal de San Martín le negó el beneficio. También el entonces procurador general de la Nación, Andrés D�Alessio, se opuso a concederle la excepción que le evitaba comparecer por diez casos de homicidio y otros veinte de torturas. Finalmente fue indultado por el ex presidente Carlos Menem, en 1989.
Olivera Rovere no fue beneficiado con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y continuó procesado hasta que obtuvo el indulto. Está procesado por el juez español Baltasar Garzón, en la causa por genocidio. La investigación iniciada en 1996 a partir de la denuncia de las Abuelas de Plaza de Mayo demostró que existió una práctica sistemática por la cual los ex jefes militares se apropiaron de los hijos de los desaparecidos en la Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionaba una maternidad clandestina. El capítulo �Ejército� abarca los nacimientos ocurridos en la Zona I, a cargo de Carlos Suárez Mason, quien ya está procesado.

OPINION

 

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