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Por Fernando Almirón 
“¡¿Qué tengo que ver yo?!”, respondió
ayer ofuscado Carlos Menem cuando le preguntaron si la detención
de Víctor Alderete se podía interpretar como un ataque por
elevación hacia su persona. “Es una pregunta capciosa y de muy
mala fe”, agregó el ex mandatario que de todos modos no dejó
de defender a su funcionario, tal como lo vino haciendo desde que comenzaron
a acumularse en la Justicia las 17 causas que involucran al ex presidente
del PAMI con hechos de corrupción. Menem remarcó que contra
Alderete existe “una persecución en el ámbito político
por parte de la Alianza”. Reiteró que espera el pronunciamiento
definitivo de la Justicia para emitir una opinión final sobre el
tema. Menem y su compañero en desgracia se vieron horas antes del
arresto de Alderete. Este “sabía que iba preso, estaba quebrado,
y se despidió esta mañana de Menem de lejos, con un gesto”,
confió a Página/12 un testigo de la escena.“Estamos en pleno período instructorio. La causa no ha terminado. Vamos a esperar a que en definitiva se dicte la sentencia correspondiente. Yo confío en la Justicia y en Alderete”, dijo Menem al abandonar la sede partidaria en el barrio de Once tras inaugurar un encuentro entre PJ y la Democracia Cristiana chilena. Ahí fue donde se vio con el ex presidente del PAMI cuya captura era cuestión de minutos. El ex presidente criticó a la Oficina Anticorrupción, que impulsó la causa por la que ayer fue detenido el ex secretario de la Tercera Edad. “Hay cosas en las que no confío –le dijo a los periodistas– cosas que ustedes se olvidan como hombres de los medios, como reclamar su derogación ya que la Oficina Anticorrupción es una comisión especial prohibida por la Constitución, similar a la Conarepa (Comisión Nacional de Responsabilidad Patrimonial) que pusieron en marcha los militares en 1976”, dijo al recordar el cuerpo creado en la dictadura militar para investigar actos de corrupción cometidos durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón. “Menem no hace bien en salir ahora en defensa de Alderete”, opinó un legislador que estuvo presente en la reunión que el ex mandatario mantuvo el miércoles con una treintena de diputados que respaldan su liderazgo en el peronismo. “Está cayendo en la trampa del Gobierno que quiere tapar el ajuste actualizando las denuncias de corrupción que eran cosa de todos los días en el último año de su gestión”, agregó la fuente con cierta preocupación. “¿Por qué respalda tanto a Alderete?”, le preguntó este cronista a Menem mientras observaban –el día de la elección presidencial de octubre– los avances en la construcción de la casa que el ex titular del PAMI levantó justo frente a la residencia que el ex mandatario tiene Anillaco. “Porque la política me enseñó que el valor más alto es la lealtad”, respondió Menem. Alderete llegó al menemismo por derecha. En 1973 fue candidato a diputado nacional por la Nueva Fuerza, el partido de Alvaro Alsogaray. Años después se afilió a la Unión del Centro Democrático (UCeDé), también liderada por el veterano liberal. Su llegada al gobierno nunca fue bien vista por los peronistas de la Casa Rosada que miraban con desconfianza a este empresario pequeño que decía trabajar 12 horas por día mientras le rendía culto al entonces presidente durante las 24 horas. Ahora se lamentan por el alto costo político que el justicialismo debe pagar por un no justicialista. El ex presidente fue casi la única voz peronista que salió en defensa de Alderete. Funcionarios y legisladores justicialistas parecieron entrados en el cono de silencio apenas se supo que el juez federal Adolfo Bagnasco había dictado orden de captura contra Alderete. El único que se dignó acompañar al ex presidente fue el diputado Claudio Sebastiani quien anunció que impulsará entre los 30 legisladores menemistas elevar un proyecto de resolución para “pedir que se termine la persecución de los ex funcionarios del gobierno de Menem”. “La detenciónde Alderete fue oportunista y un acto de venganza por la posición de los senadores del PJ al condenar el ajuste”, aseguró Sebastiani.
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