Por Washington
Uranga
Desde Mar del Plata
Contabilizar presencias y ausencias se convirtió en el principal
dato político de la jornada inaugural del encuentro de Pastoral
Social que comenzó ayer en Mar del Plata. Hugo Moyano y Juan Manuel
Palacios volvieron a ratificar con su presencia las buenas relaciones
que mantienen con el presidente de Pastoral Social, Raúl Primatesta,
y con su secretario, Guillermo García Caliendo, quien parece haber
sorteado por lo menos momentáneamente los embates de
un sector del Episcopado que exigió su renuncia después
de su encendida oratoria en el acto organizado por la CGT disidente el
pasado 5 de junio en la Plaza de Mayo. Ninguna de las principales cabezas
de la CGT oficial ni de la CTA aparecieron por Mar del Plata. Tampoco
hombres del Gobierno y del oficialismo, a pesar de que se anunció
que fueron cursadas invitaciones al vicepresidente Carlos Alvarez, a Raúl
Alfonsín en su condición de titular de la UCR y a los ministros
José Luis Machinea, Rodolfo Terragno y Alberto Flamarique. Sí
estuvo presente el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe
Solá, quien está cargo del Ejecutivo provincial por ausencia
de Carlos Ruckauf, el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirschner,
y el diputado justicialista Mario Cafiero.
En el campo estrictamente eclesiástico el cardenal Primatesta sólo
contó con la compañía de parte de los obispos de
la Comisión de Pastoral Social. Además del obispo local,
José María Arancedo, cuya presencia era obligada porque
comparte la organización del encuentro, estuvieron también
el obispo de Viedma, Marcelo Melani, y el auxiliar de Bahía Blanca,
Néstor Navarro. Fueron notorias las ausencias de Jorge Casaretto
y Rafael Rey, dos de los obispos miembros de Pastoral Social que, en público
y en privado, se mostraron más molestos tanto con la decisión
que a título personal tomó Primatesta de respaldar
el acto de Moyano como con la posterior intervención de García
Caliendo como orador en éste.
Primatesta y García Caliendo han venido desarrollando en Pastoral
Social una estrategia denominada mesa del consenso destinada,
según se ha sostenido, a generar espacios de diálogo entre
los diferentes sectores sociales más allá de la coyuntura
y con la finalidad de celebrar acuerdos sobre un modelo de país.
La agenda no explicitada de esta estrategia está destinada también
a mantener abiertos los caminos del diálogo y la negociación,
tomando en cuenta que la gravedad de la crisis social puede necesitar
en algún momento de aceitadas relaciones entre las partes para
encontrar alternativas y acuerdos ante la emergencia.
Mientras Moyano y sus seguidores han asumido con entusiasmo que la Iglesia,
a través de Pastoral Social, genere este espacio de encuentro,
las mayores resistencias han surgido desde el Gobierno y desde la CGT
de Daer. Dentro de las propias filas del Episcopado, tanto a través
de su presidente Estanislao Karlic, como de algunos miembros de Pastoral
Social que no coinciden totalmente con la perspectiva de Primatesta, se
quiere mantener a la Iglesia en un lugar más distante, sobre todo
para salvar cualquier compromiso que pueda entenderse con alineamiento
con alguno de los sectores o intromisión eclesiástica en
espacios que no le corresponden. La pastoral social no puede ocupar
el lugar que le corresponde a las diversas mediaciones políticas
y profesionales, en una comunidad democráticamente organizada,
precisó Arancedo en el acto inaugural con Primatesta sentado a
su lado y García Caliendo a pocos centímetros. La
Pastoral Social de la Iglesia no desplaza ni ocupa el lugar de nadie,
sino por el contrario, quiere estar al servicio de toda la comunidad,
para ofrecer la verdad cristiana sobre el hombre y la sociedad,
subrayó Arancedo poniendo el énfasis en una perspectiva
que aleja a la Iglesia de las discusiones coyunturales para ubicarla,
en todocaso, en el plano de la defensa de los valores y de los principios
y como reaseguro de éstos. Advirtiendo que no se busca rehuir responsabilidades
concretas de acción éste es el lugar en el que prefiere
ubicarse también Karlic y los demás miembros de la Comisión
Ejecutiva y también el presidente de Cáritas, Jorge Casaretto.
Primatesta arremetió contra la globalización
que instrumentaliza al hombre para quitarle su dignidad y
su libertad y su intervención fue premiada con un prolongado aplauso
con el que parte del auditorio quiso demostrarle apoyo en un momento en
el que recibe críticas de adentro y de afuera. Por la noche el
propio Primatesta recibió a Moyano y a Palacios, quienes quisieron
presentarle ideas económicas alternativas a las del
Gobierno. Del encuentro participaron también Solá, Kirschner
y Mario Cafiero.
OPINION
Dilema para �boinas
blancas�
Por Jorge Gaggero *
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Un ex gobernador de la
provincia de Buenos Aires, antiguo correligionario de los boinas
blancas, advertía con lucidez a principios de la década
del 90 acerca del círculo vicioso empobrecedor y la creciente
dependencia que suponían las propuestas de intentar salvar
la crisis con más endeudamiento, sin resolver con eficacia
las cuestiones de la producción y el empleo. Este político
de armas tomar vaticinaba que el negocio de los prestamistas
externos ofrecer crecientes sumas a tasas cada vez más
usurarias llevaría al país a una situación
de difícil retorno. Proponía un programa alternativo
al del establishment, simple aunque algo grandilocuente en su formulación
(como era y es todavía usual en su colectividad política).
Entre otras medidas, sugería:
Desterrar el lujo
y los consumos suntuarios de las familias de altos ingresos.
Prohibir la importación
prescindible y reducir los impuestos que gravan la producción.
Eliminar buena parte
del cuerpo diplomático.
Suprimir la escuadra
naval y dos terceras partes del ejército, incomprensibles
en un país que vive en paz con todo el mundo.
Obligar a los empleados
públicos (los militares incluidos) a inclinarse sobre
la tierra para ganar el pan con el sudor de la frente, cumpliendo
la sentencia bíblica.
Este dirigente veía un sombrío futuro en caso de no
rectificarse el rumbo. Cada cinco años profetizaba
tendrán una crisis y la vulnerabilidad irá
creciendo en proporción geométrica, hasta que llegue
el día en que los usureros del otro lado del mar sean dueños
de todo....
Cuando no tengan más bienes que entregar en pago imaginaba
entregarán su recaudación impositiva, luego su administración
tributaria... y concluirán por ver flotar sobre sus ciudades...
la bandera del imperio que protege la libertad (de su metrópoli)
pero que ha esclavizado al mundo (con su moneda), una cadena
más fuerte y segura que el grillo de acero más pesado
que haya usado jamás ningún tirano.
¿Adivinó el apellido de este profeta laico? No, no
se trata de Oscar El Bisonte Alende, y menos del Titán
Alejandro Armendáriz, sino de Carlos DAmico, un ex
mandatario bonaerense que fue protagonista de la revolución
del 90 (1890), el movimiento popular armado que fracasó
en su intento de voltear al régimen falaz y descreído
instaurado por Roca (y administrado entonces por Juárez Celman),
pero galvanizó el nacimiento de la Unión Cívica
y terminó por llevar a Yrigoyen al gobierno. En ese alzamiento,
los seguidores de Alem e Yrigoyen se identificaron, por primera
vez, cubriéndose con boinas blancas.
Un siglo más tarde, el financista Fernando de Santibañes
impulsa una audaz actualización doctrinaria en
la UCR. Lo está intentando desde la jefatura de la SIDE,
con los recursos de la inteligencia estatal y también los
de la privada: cuenta con el valioso auxilio de Miguel Angel Broda
y Jorge Castro, dos intelectuales con fuerte respaldo y admiradores
como él de la dupla Roca-Juárez Celman,
de Menem y del rigor americano.
¿Lograrán estos modernizadores que la Alianza se
doble pero no se rompa? ¿Lograrán su ideal del
servicio público, limitando su ejercicio a los ciudadanos
con fortuna personal? ¿O, por el contrario, será la
tendencia socialdemócrata (que no atina a honrar sus raíces
de izquierda) la que retomará el control del
rumbo?
Los votantes que instalamos hace sólo seis meses a un nuevo
gobierno nacional esperamos con cierta ansiedad que se resuelva
el dilema de los boinas blancas y se defina entonces,
de una buena vez, la histórica pulseada que mantienen los
herederos de Alem con los de Juárez Celman.
Las citas de DAmico son de su libro Buenos Aires, sus hombres,
su política (1860-1890).
* Economista.
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