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UNA FUNDACION HOLANDESA HARA ABORTOS EN UN BARCO
Una clínica a punto de zarpar

Idea de una médica holandesa, el buque se propone viajar por países donde el aborto es ilegal. Las intervenciones se harán en aguas internacionales y las mujeres serán llevadas en bote.



Por Andrew Osborn

Desde Bruselas

t.gif (862 bytes)  La primera clínica flotante de abortos aún debe zarpar, pero ya está haciendo olas. Idea de una médica holandesa, Rebecca Gomperts, el barco viajará alrededor del mundo y practicará abortos a una prudente distancia de las costas de países donde la intervención está prohibida. La idea no ha caído bien en Malta –uno de los países a los que probablemente llegue el barco–: las autoridades esta semana describieron el concepto como “horrendo”, mientras que los obispos locales acusaron a la doctora Gomperts de llevar a cabo “tremendos asesinatos”.
Gomperts, sin embargo, no se echa atrás: “Ningún cambio importante ha tenido lugar nunca sin riesgo –dice desde su casa en Amsterdam–. Estamos hablando de un derecho humano aquí: el derecho a planificar los hijos cuando y donde uno quiera”.
La idea de una “clínica marina para mujeres” surgió para Gomperts cuando estaba trabajando como médica en el Rainbow Warrior, el barco de Greenpeace hundido por el servicio secreto francés durante una protesta antinuclear en 1985. La clínica flotante, que se llamará Sea Change, tendrá como blanco los países donde el aborto es ilegal: todos los de Sudamérica, la mayoría de los africanos, un buen número de los asiáticos y Polonia, Malta e Irlanda. Su organización, la Fundación Mujeres en las Olas, ha planeado la iniciativa con precisión militar y parece haber considerado hasta el último detalle.
El único obstáculo ahora es el dinero: aún falta reunir 150 mil dólares para que el barco pueda zarpar. El Sea Change no será grande –50 metros de largo–, pero estará bien equipado: será bastante parecido a los barcos hospitales que se usaron durante la Segunda Guerra Mundial.
La nave anclará a 200 millas de la costa y por lo tanto, argumenta la doctora Gomperts, estará en aguas internacionales y sujeto a la ley holandesa. Las mujeres serán conducidas a bordo en pequeños botes durante la mañana, y la clínica tendrá diez camas y una sala de espera. En otros momentos del día se brindará asesoramiento en anticoncepción.
La tripulación, que incluirá dos médicos y una enfermera, también estará disponible para entrenar parteras locales en técnicas de aborto seguras, y habrá actividades abiertas a las que se invitará a políticos y activistas. Se estima que el barco podrá realizar unos 5 mil abortos por año y, puesto que dos tercios de la población de todo el mundo vive dentro de las cien millas de algún puerto importante, su alcance será amplio. La intervención será gratuita, pero a las mujeres que puedan pagarla se les pedirá que hagan una donación.
Consciente de que el barco es un blanco fácil para campañas antiabortistas, la doctora Gomperts anuncia que los criterios de seguridad serán estrictos. “Nos damos cuenta, dada la posibilidad de actos violentos, de que tendremos que ser muy vigilantes y por lo tanto hemos incluido la seguridad como un ítem significativo en el presupuesto del barco. Habrá sistemas de supervisión con cámaras, personal que rondará el buque las 24 horas y otras medidas que no podemos revelar”.
Es poco probable que el barco sea hundido, agrega, y “el riesgo de dañar a las mujeres atacando el barco sería una muy mala publicidad para los terroristas antiabortistas”.
El barco se quedará en un lugar por un período de hasta seis meses y llegará sin anuncios, para no dar a los activistas opuestos al aborto oportunidad de organizarse. La doctora Gomperts promete que navegará por el mundo hasta que el aborto sea legal en todas partes. “El Sea Change continuará mientras haya necesidad o demanda, es decir mientras haya países donde las mujeres no tienen derechos reproductivos”.
La médica subraya el hecho de que alrededor de cien mil mujeres mueren por año como resultado de abortos mal hechos. “Mujeres en las Olas” quiereen última instancia comprar y equipar un barco, pero entretanto pondrán en marcha este año un proyecto piloto de dos meses.

 

 

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