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Por Juan Jesús
Aznárez
Desde México D.F.
El nuevo PRI sigue adelante. No lo hemos enterrado ni está
muerto. Francisco Labastida, candidato del gobernante PRI (Partido
Revolucionario Institucional) a la presidencia de México, promete
consolidar la democracia y gobernar con gente decente, un compromiso aparentemente
obvio pero con un significado especial en vista de que lo acompañan
en su campaña personas acusadas de no serlo. El PRI y Labastida
(ex ministro del presidente Ernesto Zedillo) recurrieron a los dinosaurios
para ganar votos ante el empuje del candidato conservador, Vicente Fox.
El más conocido es Manuel Bartlett, ex ministro de Interior y presidente
de la autoridad electoral durante las elecciones de 1988, ganadas por
Carlos Salinas de Gortari y denunciadas como fraudulentas por la oposición
y observadores internacionales.
Usted habló mucho del nuevo PRI, pero incorporó a
Bartlett y otros dinosaurios. ¿Hay miedo a perder?
Desde la contienda interna (noviembre de 1999) establecimos el compromiso
de que los otros tres precandidatos serían incorporados a alguna
actividad, que haríamos un partido incluyente y que les abriríamos
oportunidades. De hecho, Manuel Bartlett y Humberto Roque son candidatos
al Senado. En un partido militan personas con diferentes perfiles, características
y formas de pensar. Cuando el candidato pasa de candidato a presidente,
se convierte en el líder moral de partido y, en ese momento, define
el rumbo que va seguir en el futuro.
Pero parece haber enterrado al nuevo PRI antes de que naciera.
Estamos en una época en que lo nuevo no nace y lo viejo no
acaba de morir. Pero ¿por qué no una alianza con miembros
del partido durante el período electoral?
Fox subió en las encuestas. ¿Deficiente campaña
suya o hartazgo del PRI?
Las últimas encuestas dicen que el margen con Fox se está
ampliando en nuestro favor: entre cuatro y siete puntos. La pregunta debería
ser ¿por qué esta bajando la campaña del señor
Fox? Creo que en la primera etapa bajamos por nuestros propios problemas
de campaña mezclados con dificultades de la economía del
país, que va bien, pero la elevación del nivel de vida de
la gente no tanto. Hemos cambiamos la estrategia.
¿Se puede dar el PRI el lujo de ganar las elecciones sin
recurrir a las viejas prácticas?
Es bueno que recordemos los cambios que ha impulsado el partido
durante estos años. México tiene dos millones de km2 y la
reforma agraria repartió más de la mitad del territorio
nacional. Hay una asociación lógica entre los campesinos
y los gobiernos que hicieron la reforma agraria más profunda de
todo el mundo. Pero hay todavía problemas de pobreza, falta de
empleo, corrupción y grupos marginados entre la población
indígena y rural. Pero uno no puede tomar sólo una parte.
No podemos desechar los cambios que ha habido en México. Hay que
ver lo bueno y lo malo.
Durante la presentación de su programa dijo que si no ganaba
por amplio margen habría caos en México después del
2 de julio.
Cuando advierto sobre los riesgos de serios trastornos después
del 2 de julio no hago sino expresar lo que el propio Fox ha dicho, que
no va a aceptar el triunfo a menos que no sea por más de 10 puntos
de diferencia (cerca de cuatro millones de votos). Extrapolo también
mi propia experiencia personal. Cuando fui gobernador del estado de Sinaloa,
despuésde las elecciones, me hicieron una manifestación
en mi casa, estuvieron a punto de quemarla, mataron unos gatos y embarraron
el patio de sangre y se creó un ambiente de mucha tensión.
Estoy expresando lo que ha ocurrido. Los llamados a la exaltación
corren el riesgo de generar un ambiente de encono dentro del país.
El originó el problema. Es conveniente advertir el peligro a tiempo
para vacunarse.
¿Cómo puede estar tan seguro de que sus seguidores,
ante una victoria de Fox, no vayan a provocar disturbios?
Recurramos a la historia reciente. De los 32 estados hay 11 que
son de la oposición. De la población de los municipios,
más del 50 por ciento está regido por partidos diferentes
al PRI. Y nunca ha habido un movimiento de subversión cuando ha
habido esta alternancia.
Estas elecciones son muy distintas, están en juego cuotas
de poder mayores.
Con todo respeto, le pediría que les planteara la pregunta
a ellos. La gente de nuestro partido tiene una cultura de respeto a la
legalidad.
A pesar de las reformas electorales y el alejamiento del fraude,
¿no se manipulan los programas sociales para ganar votos?
El gobierno aplica, como todos los gobiernos, obras sociales todos
los años y durante todo el año. No hay ningún programa
social que se entregue sólo durante el período electoral.
Las normas de distribución de los recursos se han construido con
los partidos de la oposición. Podrá haber quejas, pero deben
ser fundamentadas. Progresa (Programa para Educación, Salud y Alimentación)
se elaboró como uno de los ataques más de fondo contra el
problema de la pobreza. Ha tenido consecuencias muy positivas. Se han
atacado simultáneamente los problemas de salud, educativos y de
alimentación. Y la distribución de los recursos no puede
ser más neutra. El problema de Progresa es que sólo llega
a 12 o 14 millones. Tenemos 25 millones de mexicanos en condiciones de
pobreza extrema, y les tenemos que dar atención. Por eso me parecen
perversos los ataques de la oposición.
Unidos contra el
fraude
Sospechado, como siempre, por innumerables denuncias
de fraude, el proceso electoral mexicano se acerca a la fecha
clave del 2 de julio, cuando se realizarán las primeras
elecciones presidenciales que el gobernante PRI podría
perder. Ante ese panorama, la oposición llegó a
un acuerdo que apunta a reducir al máximo los espacios
para las maniobras fraudulentas. El documento busca coordinar
a la oposición para frenar actos ilegales del régimen
priista, instalar una mesa para concentrar las denuncias antes,
durante y después de la elección y presentar las
quejas en forma conjunta ante la autoridad electoral.
No tenemos por qué aceptar la información
controlada desde Los Pinos (residencia presidencial), comentó
Vicente Fox, principal competidor del oficialismo. Vamos
a defendernos en estas elecciones, para que éste sea un
proceso transparente y recto, agregó Cuauhtémoc
Cárdenas, tercero en las encuestas y a quien, según
varias denuncias, le fue robada la victoria en 1988
a manos del priista Carlos Salinas de Gortari.
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