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Por Inés Tenewicki ![]() Esta vez, Necochea se ofrecerá como escenario del Segundo Encuentro Nacional de la Canción Infantil, un evento que tuvo su primera versión el año pasado en la ciudad de Buenos Aires y que resultó un punto de cruce eficaz para cantautores, compositores, educadores musicales, recopiladores e instituciones relacionadas con la creación, difusión y circulación de música para chicos. Los organizadores de este encuentro María Teresa Corral, Carlos Gianni, Daniel Viola, entre otros coinciden en que la finalidad de la reunión es conocerse, saber qué está haciendo cada uno, promover distintos estilos de música no comerciales, difundir los discos de todos los grupos participantes y presentar una oferta de diversidad artística al público de esa ciudad. Si bien la convocatoria apunta a la creación musical y no a la pedagogía, porque la idea del encuentro no es cómo enseñarles música a los chicos, se calcula que el 80 por ciento de los participantes serán docentes, y que en su mayoría concurren para conocer nuevos materiales. María Teresa Corral, reconocida compositora, autora de El rondó de la gallina y La murga y el picaflor, entre otros CD, define a esta reunión de interesados en la música para chicos como un mostrador. De un lado están los que hacen la música, del otro los que la reciben. Nosotros ofrecemos el mostrador, la unión entre ambos, explica. Y si se trata de intermediar entre los creadores de música y los chicos, la escuela parece ser uno de los objetivos indirectos de los organizadores. En el aula a veces se pone música de fondo, entonces la música es fondo y nunca figura. Además, en la escuela se suele valorizar la ejecución sobre la audición, se queja Carlos Gianni, autor de la música de La Familia Fernandes y otras obras de Hugo Midón. Para Daniel Viola, coordinador del encuentro, varios preconceptos limitan a la escuela en su rol de difusora de la buena música: Uno de los prejuicios es que en la escuela tiene que haber silencio. Otro, que la música que no es para bailar o aplaudir no sirve. Y hay otro según el cual es más importante enseñar la biografía del autor que escuchar la música que creó. Sin embargo, hay síntomas de cambio. Ferias del disco, recitales en escuelas organizados por el Ministerio de Educación, talleres de creación musical lo corroboran. Estas iniciativas no son ajenas al espacio logrado por el Momusi (Movimiento de Música Infantil), un ámbito alternativo de músicos, autores, intérpretes y docentes dedicados a la creación y difusión de la música para niños que inició sus actividades en 1997 y que va por la cuarta temporada de recitales gratuitos. El ciclo desborda la sala del Centro Cultural San Martín cada mañana de domingo, y este crecimiento se ve también en la cantidad de grupos participantes. Queremos ir incorporando cada vez más músicos, porque no se compite por el público, sino que se amplía el mercado, asegura Daniel Viola. Para María Teresa Corral, la idea del Momusi es bailar todos en la misma pista: antes nos mirábamos de balcón a balcón. Este movimiento reúne a distintos grupos de buen nivel musical que, sin embargo, se encuentran excluidos del mercado masivo de la música para chicos debido, en parte, a su falta de presencia en los medios masivos. Coordinadora del Momusi junto con el actor Daniel Viola, María Teresa Corral destaca que la intención deeste movimiento es la de recuperar y ampliar el campo de acción para que públicos más vastos accedan a mensajes musicales diversos. Actualmente, los integrantes del Momusi son Los Musiqueros, Caracachumba, Sonsonando y 5 Encantando, pero actúan como invitados Vocal 5, Graciela Pesce, Indio Universo, La Chicharra de Córdoba, entre otros. Grupos diversos en cuanto a estéticas, procedencias e identidades, que ![]()
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