El número dos del FMI, Stanley Fischer, discrepó ayer con el economista jefe del organismo, Michael Mussa, sobre las perspectivas económicas de la Argentina. �El país pasará por un período de prueba de seis meses a un año. Será un proceso duro, pero no hay otra alternativa que aguantarse�, había dicho Mussa el último martes. Semejante pronóstico indignó a José Luis Machinea, quien en respuesta descalificó la autoridad del economista jefe para opinar en nombre del FMI. �No expresa la opinión oficial� del organismo, dijo en tono tajante. Fischer salió a apoyar a su amigo Machinea, luego de un pedido expreso del ministro. Contemporizador, Fischer sostuvo que la economía argentina presenta �signos alentadores� y que �no hay que esperar necesariamente un año para saber qué va a pasar de aquí en más�. Las afirmaciones del vicedirector gerente del Fondo descomprimieron la tensión con el equipo económico, que hizo conocer su molestia por las expresiones previas de Mussa. �Argentina eligió para el largo plazo la convertibilidad, pero cuando hay momentos difíciles no quiere decir que se esté en la dirección incorrecta�, añadió Fischer en Praga, donde se desarrolla la Asamblea Anual conjunta del FMI y el Banco Mundial. Machinea mantiene una relación de amistad personal con Fischer desde hace años y esperaba que el encumbrado ejecutivo aclarara las proyecciones de Mussa. Y así lo hizo. Lejos de estimar que la Argentina pasará un proceso duro, afirmó que �hay signos alentadores� y recordó que la convertibilidad permitió una recuperación más rápida tras la crisis del Tequila que la de otros países de la región, con diferentes regímenes cambiarios. Además, alertó que salir de la convertibilidad �tendría un costo muy alto�. Fischer también le restó importancia a la renegociación de las metas fiscales con la Argentina. �Las pautas fueron revisadas porque las circunstancias cambiaron�, indicó, sin dar más relevancia al tema. Mussa, en cambio, había alertado que �no es prudente permitir que el déficit se amplíe demasiado, para que los inversores externos no se inquieten�. El economista jefe también había dicho que el crecimiento del primer semestre fue �decepcionante�. Fischer hizo una lectura distinta a la de su subordinado, ya que no ve signos preocupantes sino alentadores. Pero el claro gesto de respaldo a la gestión de Machinea estuvo acompañado por las usuales recomendaciones ortodoxas del FMI. Esa actitud es la que ha asumido el organismo en los últimos tiempos. Por un lado apoya a los equipos económicos �como ocurrió anteriormente con el de Roque Fernández� y por el otro los presiona con las medidas que debería tomar, muchas de las cuales aparecen en los acuerdos con el organismo. En esta oportunidad, Fischer aprovechó para pedir �más apertura económica� a fin de �impulsar� el crecimiento del PBI. Por otra parte, señaló que �sería mejor� tener una nueva ley de coparticipación federal con las provincias, aunque avaló que mientras continúa la negociación entre la Nación y los distritos del interior, �se puede avanzar� en acuerdos al estilo de los pactos fiscales. Otro tema que parece obsesionar al Fondo es la privatización del Banco Nación, o al menos su apertura al capital privado. Fischer destacó que el actual gobierno hizo importantes avances en las reformas estructurales, aunque dijo que �falta ver qué pasará con el Banco Nación�. En el pasado, Machinea se pronunció de acuerdo con la venta de una parte minoritaria del paquete accionario de la entidad al sector privado. Pero abandonó esa idea desde que asumió como ministro. Como se ve, el FMI no olvida esa pretensión. Entre las reformas estructurales que el número dos del Fondo elogió estuvo la reforma laboral. Respecto del escándalo de las coimas en el Senado dijo estar informado, pero no hizo ninguna evaluación sobre el tema. Más claro fue al referirse a otro punto por el que Machinea muestra especial interés: la creación por parte del FMI de una nueva línea de créditos contingentes para países emergentes. Fischer reveló que el organismo decidió introducir cambios en las condiciones para que los países puedan recurrir a esos préstamos, tendientes a reducir su costo y facilitar el acceso. No obstante, recalcó que aún no se resolvió cuáles son las naciones que cumplen los requisitos básicos para ser candidatas a los mismos. Machinea pretende que la Argentina disponga de un préstamo con esas características por 11 mil millones de dólares. De ese modo, estima, se desalentaría un eventual ataque especulativo contra el peso y, aún más relevante, se garantizaría a los acreedores el pago de la deuda. Las ventajas añadidas serían una disminución del riesgo país y el abaratamiento de los costos financieros. Fischer ayer dio una señal de que el FMI trabaja en la dirección que prefiere Economía. Para Machinea, mejor que eso fue que Fischer haya manifestado que hay signos alentadores para el futuro, aunque para este año el FMI estime un crecimiento en la Argentina de apenas 1,7 por ciento.
CAIDA INDUSTRIAL POR LA MENOR DEMANDA DOMESTICA La retracción del mercado interno continúa siendo el factor de mayor incidencia sobre el bajo nivel de la producción industrial, mientras que apenas un puñado de sectores escapa a la retracción general por impulso de las exportaciones. Es lo que surge del informe del Indec sobre la actividad manufacturera en el mes de agosto, que ratificó lo ya adelantado por el secretario de Programación Económica, Miguel Bein, pocos días atrás: el retroceso del 3 por ciento de la producción respecto del año anterior.
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