Por Martín Granovsky, Mario Wainfeld y Sergio Moreno El
presidente Fernando de la Rúa apela a la continuidad de la Alianza y no a
la carta de Domingo Cavallo, está conforme porque las cosas al menos no
han empeorado y reconoce que la realidad no dio cuenta de las expectativas
iniciales. Esas son tres de las conclusiones de una larga conversación
que mantuvo con Página/12 antes del fin de semana, cuando el viaje
a España ya parecía un lejano recuerdo, los piquetes se ubicaban cerca
de la Capital Federal y Cavallo se lanzaba como postulante a la
vicepresidencia.
El
despacho, uno de los dos que usa De la Rúa en la Casa Rosada, es amplio y
rectangular. En una punta está su escritorio. Grande, cómodo, sólido. Más
grande que el de Carlos Menem, que De la Rúa colocó en un hall contiguo
con un cartelito de museo indicando usuario y fecha de mandato. Antes del
ping pong de preguntas y respuestas, el Presidente se mostró feliz con el
resultado del viaje a España y el apoyo del rey Juan Carlos y el
presidente del Gobierno José María Aznar. Pero no lucía eufórico.
Después, durante el reportaje, De la Rúa eligió un tono pausado, más
bien bajo, hizo varias veces su típico gesto de mirar la punta de la
corbata que tan nerviosos pone a los ministros y solo se puso enfático
cuando habló de Domingo Cavallo y de las acusaciones sobre la existencia
de un entorno que rodea al Presidente. Sentado al medio de una mesa larga
puesta en paralelo al río, De la Rúa cuidó cada palabra, cada matiz,
cada gesto, y apeló a la mano levantada en gesto de "Paren" las
veces que quiso terminar una respuesta antes de la inminente interrupción.
--A diez meses de
gestión, ¿está conforme con lo que ha hecho el gobierno hasta ahora?
Alguna inconformidad habrá porque hizo cambios de Gabinete, pero, ¿cómo
calificaría a su gobierno?
--No me pidan que ponga nota. Area por área, introdujimos grandes
cambios. La gestión es positiva. Pero como todo se mide por los
resultados económicos, y yo siento que este es un punto central, debo
decir que la expectativa de una mayor inversión y un crecimiento más rápido
se ha demorado. --¿Qué lo pone más
nervioso? ¿"Chacho", Ruckauf o los mercados?
--De "Chacho" sólo tengo palabras de afecto y el
sentimiento de su renuncia. Fue un gran compañero del gobierno, con una
gran solidaridad interior. Hablábamos todos los temas, y comprendía muy
bien la situación. A él le ha tocado también exponerla ante sectores
empresarios y del trabajo. En cuanto a los mercados, tienen que ver con la
tasa de inversión. Y no importa la diferencia entre mercados nacionales y
externos. Lo importante es el grado de confianza que se genere. Pero en
eso faltó mayor poder comunicacional, porque había una opinión muy
adversa de muchos sectores para crear esa confianza que generase la
inversión. --O sea que usted no tiene una versión autocrítica sobre el rumbo
económico ni la decisión de modificarlo, sino más bien reparos por la
forma en que se comunicó, o por la herencia recibida.
--Una economía necesita condiciones de competitividad y generación
de confianza, expectativas favorables.
Lo ideal sería lograr resultados espectaculares, y que todos estemos
felicitándonos y diciendo: "Qué bien, estamos creciendo como España".
Pero en la situación que vivimos tenemos que mantenernos a flote con
signos positivos y no negativos. Por eso hace pocos días anunciamos la
reducción del impuesto a los intereses.
--Volvemos a la pregunta de antes, Presidente. ¿La renuncia de
Chacho no lo puso nervioso?
--No,
nerviosismo no, pero sin duda su renuncia creó un cimbronazo. Yo dije que
no había crisis institucional en cuanto a que el gobierno seguía
funcionando, pero sí que había un problema político. Y lamento su
alejamiento. --¿Fue una equivocación?
--Debo decir que... que respondió a una decisión muy personal. Y
no fue bueno para el Gobierno. --¿Qué es lo que perdió al no tenerlo a "Chacho" al lado?
¿Qué es lo que siente que le falta?
--Una persona con la que tenía mucha confianza, con quien compartíamos
una gran visión del país. Esto significaba un acompañamiento real y
comprometido con la marcha del gobierno. --¿Tiene algún temor de que "Chacho" pase a la oposición?
--Bueno, lo importante es lo contrario, que la Alianza esté
fortalecida. Y lo está. Ha mostrado su unidad de funcionamiento. Creo que
en eso "Chacho" ha contribuido: la gente del Frepaso continúa
en sus funciones y los bloques parlamentarios responden en conjunto. --¿Es buena la iniciativa de Alvarez de fundar un Movimiento de
Participación Ciudadana? ¿Ayuda al gobierno o lo perturba?
--Al
Gobierno no lo afecta, pero no voy a abrir juicio sobre las decisiones políticas
que tome. Sí espero que sigamos en esta acción de contribución, porque
en el fondo es una responsabilidad conjunta ante el pueblo, que nos votó
juntos. Mantener la Alianza es clave para seguir gobernando. --¿Y Ruckauf lo pone
nervioso, doctor?
--No, la verdad que no, no entiendo la relación. Pero hablemos
mejor del justicialismo en su conjunto, con sus distintas vertientes y
opiniones. Yo he planteado una nueva política, basada en el diálogo. El
diálogo que inicié tuvo un gran éxito. Con el justicialismo hay que
hablar con todos inevitablemente, porque los gobernadores tienen su rol,
el partido el suyo, los bloques legislativos el propio, así que es algo más
amplio que Ruckauf.
--La pregunta por Ruckauf apunta a que los piquetes en la
provincia de Buenos Aires...
--En
estos meses hemos solucionado los piquetes o los cortes de ruta. Son
reflejos de las carencias sociales y de las carencias de recursos en las
provincias y en la Nación. Pero la mayoría de los recursos para atención
social la tienen las provincias. La Nación tiene una parte
comparativamente pequeña. De todas maneras, como el problema es la gente
no quiero entrar a discutir de quién es la responsabilidad primaria. Pero
la provincia tiene el Fondo de Reparación Histórica e importantes
recursos, y deberes que atender. Hace unos meses concurrimos juntos a La
Matanza, así que habría que hacer un balance de quién cumplió y quién
aportó. --¿El gobierno opina que la provincia no atendió las necesidades?
--Debiera tener las cifras para hablar con precisión, pero la
información es que la provincia no hizo algunas cosas. --Doctor, cuando usted formó ese gabinete que duró un día, el jueves
5 de octubre, ¿qué lo llevó a armarlo de esa manera?
--La única renuncia que se produce ahí es la de (Alberto)
Flamarique, contra quien no había imputación alguna. Ese día (el
viernes 6) renuncia al ver que perdió el apoyo de su partido. Los demás
se mantienen. Subsiste Chrystian Colombo, subsiste Jorge De la Rúa. --¿Qué lo llevó a diseñar el gabinete de esa manera? --Del
cambio de gabinete se hablaba desde antes del viaje a China. No hubo
tiempo suficiente para reestructurarlo antes del viaje. Quizás hubiera
sido bueno. Al regresar, el punto central era fortalecer la economía,
despejar las dudas sobre el gobierno y dotarlo de mayor eficiencia. Y
advertía que se planteaban dudas como si hubieran opiniones diversas en
el gobierno y había que unificar el mensaje. Bueno, se hizo lo necesario
para dar ese paso. Por otra parte, Flamarique era del Frepaso, y se había
pensado en darle algún destino. Quizás me equivoqué al pensar que podía
ser un buen destino la Secretaría General. Yo hablé sobre las
designaciones con Alvarez y no encontré objeciones. Lo que pasa es que en
los diarios del viernes 6 se le dio una interpretación de que era un
fortalecimiento mío ante Alvarez, cuando solo queríamos fortalecer el
gobierno ante la sociedad. --Página/12 hizo la tapa con una foto suya y el título "El
Estado soy yo". --Sí,
lo recuerdo. Cuando vi esa interpretación dije: "Acá algo anda
mal". Porque el mensaje era otro. Antes yo había guardado una gran
reserva sobre los nombres, y con la única persona con la que abrí un análisis
de esto fue con "Chacho", quien incluso vino a la jura. De
ninguna manera significaba un fortalecimiento ante Alvarez. Al contrario.
--Usted tiene una gran esperanza en Chrystian Colombo, ¿no? --Lo
fui conociendo a través de la gestión. Él empezó colaborando, cuando
yo estaba como Jefe de Gobierno, en las reuniones sobre la Ley de
Coparticipación. Y todos hemos encontrado en él el carácter de un
hombre que va para adelante, que resuelve las cosas. Por eso dije que
nuestro gran objetivo era la ejecutividad. --¿Hay pocos así? --(Sonríe).
Hay distintos perfiles, distintas personalidades. Colombo había ganado un
gran respeto en el Banco Nación, en las provincias, con los gobernadores,
con sus programas para las pymes y de viviendas. Lo que el presidente
espera es que los ministros se jueguen como equipo, no que vean su propio
perfil personal. El gobierno da un lugar no para el interés personal sino
para hacer las cosas que el país demanda. --¿Enrique Nosiglia es un buen consejero? --No,
no voy a decir que es un consejero o un amigo. --¿Qué rol está jugando en el gobierno? --Ninguno.
Está en el partido, en el Comité Nacional. Hace cinco meses que no lo veía.
Lo vi los otros días en la reunión del Comité Nacional y en la
inauguración de la planta de "La Nación". Y sin embargo he
visto artículos que hablan de manejos de Nosiglia, de cosas ocultas. Y
eso que el Gobierno es muy abierto. Hasta trascienden análisis de las
reuniones de Gabinete. En España prestan juramento de mantener el
secreto. --¿Lo cumplen?
"La
elección para vice no está planteada" Por M.G., M.W. y S.M. --Usted dijo hace poco que
extrañaba a Alvarez. ¿Extraña también a Fernando de Santibañes? --preguntó Página/12 al Presidente Fernando
de la Rúa.
--Tengo una gran estima y confianza por De Santibañes, y por eso
lo designé. Siempre digo que no hay que magnificar la situación de cada
persona: lo importante es el gobierno. Aquí el Presidente tiene la
plenitud de sus funciones y la capacidad de decisión. Para que quede
claro lo que digo: no tengo entorno, ni influyentes, ni personalidades que
sean factores determinantes. Soy yo el que decido. Dialogo, escucho, hablo
con los ministros, trato de que funcionen como un equipo y apuro las cosas
cuando se demoran. Por ejemplo he reclamado que 30 o 40 decretos que
estaban demorados en la Jefatura de Gabinete me los trajeran enseguida
para firmarlos todos, porque hay que cambiar el circuito burocrático que
generan esas demoras. Así que estamos acelerando las decisiones en se
sentido.
--¿Por qué aceptó la renuncia de De Santibañes?
--Primero esclarecí de manera amplia y completa las cuentas y
recursos que administraba. --Nicolás Gallo dijo que él siempre había tenido "diferencias
ideológicas" con De Santibañes.
Afirmó que cuando era ministro de Infraestructura proponía políticas
activas, y De Santibañes se oponía.
--La
verdad es que nunca se dio una discusión en el gabinete entre Gallo y De
Santibañes. No correspondía, además, porque De Santibañes
era secretario de Inteligencia y Gallo ministro de Infraestructura.
--Tampoco De Santibañes
iba mucho a las reuniones de gabinete...
--Bueno, depende de si eran reuniones ampliadas o no. Les digo,
igual, que Gallo es un gran amigo. Quiero elogiar su acción en el Plan de
Infraestructura, que vamos a llevar adelante, y decirles que fue una gran
pérdida, pero era necesario fortalecer el rumbo de la economía y mostrar
una decisión unívoca. --¿Cavallo está
descartado del gobierno?
--Por favor: sin comentarios. No voy a admitir que una vez más me
pregunten sobre la estabilidad del ministro de Economía. No voy a hacerle
el juego a la confusión. --¿Y Cavallo en otra
función? Preguntamos por el gobierno, no por el Ministerio de Economía.
--Ya está contestado.
--¿Va a convocar a elecciones para vicepresidente?
--No
está planteado, y según la Constitución es una decisión del Congreso. --Doctor, volviendo a la
historia del último mes. ¿Por qué a la luz de la crisis política
desatada en la propia Alianza con el radicalismo y el propio Alvarez
pidiendo la renuncia de De Santibañes, usted lo retuvo tanto?
--Había
planteado su renuncia. Fui yo el que le reclamó que previamente dejara en
claro todas las cuentas. --¿Ya están claras?
--Sí. Consta en el acta que el juez verifica la correspondencia
entre una cosa y otra. Abrir las cuentas de la SIDE fue una decisión histórica. --¿Pero para usted está
aclarado el accionar de la SIDE en este supuesto soborno?
--Con eso que tuvimos a la vista, sí. --¿Qué evaluación hace
del informe que presentó el síndico general, Rafael Bielsa, respecto a
las cuentas?
--Que se equivocó. Me trajo un papel diciéndome que había
descubierto la cuenta, y resulta que esa cuenta figuraba en el informe al
juez. Entonces yo mismo le dije: "Mire, esa cuenta oculta que usted
dice haber descubierto está informada al juez. Acá tengo las
copias". Fue un error. Por eso él no menciona más ese punto. Lo
malo es que toma esas cuentas reservadas y las hace públicas. --En el balance
costo-beneficio, a dos semanas de la salida de De Santibañes, ¿no cree
que hubiese sido conveniente cortar antes y evitar la crisis profunda que
se produjo en el gobierno?
--Hubiese hecho cualquier cosa para evitar el alejamiento de
Alvarez. Pero al tomar la decisión yo no hice cálculos de costos o
beneficios. Lo malo hubiera sido que se alejara y quedara flotando la duda
sobre lo que había pasado. --¿Usted cree que la
opinión pública...?
--Ah, esto es más complejo. La opinión pública tiene una opinión
formada sobre las cosas que no siempre tienen por qué coincidir con la
realidad. --¿Hubo coimas en el
Senado?
--No lo sé. El mismo "Chacho" Alvarez, que lo planteó
mucho, del tema de los sobornos dice una frase así: "Si se
comprueban que los hubo". Por las versiones periodísticas puede
haber una presunción y una sospecha de lo que piensa la opinión pública.
Y dos formas de verlo. En mi caso, el jurista dice: "Bueno, es
necesario ver las pruebas".
--¿Y el político?
--El
político dice: "Existe una creencia de la opinión pública". --Con Jorge Gómez en el
gobierno de la ciudad no esperaron las pruebas.
--Sí, pero no se olviden que ahí nosotros habíamos promovido la
denuncia. Andábamos detrás de la investigación. Si no procedimos antes
fue porque el juez pidió reserva. Teníamos un conocimiento directo. Esa
es la diferencia. De esto, lo que puedo asegurarles es que por todo lo que
he verificado y me he informado de las distintas cuentas, hacia el Senado
no salió nada del gobierno. Además no tendría sentido, por el trámite
de esa ley, conflictivo y peleado. Excluyo totalmente que del gobierno
haya salido algo. --Usted fue senador. ¿Nunca
en su estancia en esa casa sintió, vio, sospechó, que estaban dadas las
condiciones para prácticas de corrupción?
--No, no lo he comprobado, pero si uno repasa la historia,
versiones no comprobadas hubo en distintas épocas y en otras partes. Como
la que hubo en Brasil con las acusaciones contra el Congreso. --Usted en el Senado convivió con muchas de las personas que están
sospechadas en este momento. --Yo
jamás vi nada. Era común decir que funcionarios del Gobierno y
legisladores cobraban puntos adicionales de sueldo para completar el
salario. Después algunos lo han declarado a réditos. --Como Augusto Alasino. ¿Eso está bien o está mal?
�Se fabuló sobre mi familia�
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