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Sábado 22 de Julio de 2000
Milagrosas
cremas que en cuestión de horas reducen un par de centímetros
nuestro perímetro abdominal; mágicas pociones de dudosa
y arcana procedencia que quitan el hambre, la sed y las ganas de tomar
el desayuno en la cama; sofisticados artilugios que ejercitan nuestros
músculos mientras miramos televisión tirados en el sofá,
quemando así aquellas insidiosas grasas corporales que se interponen
entre nuestra atlética figura y el espejo; dietas de la luna, de
la manzana, del poroto de soja y de lo que venga ... El inventario de
mentiras que se dicen, se inventan y se venden en torno a la obesidad
es infinito, y agota hasta el hartazgo las posibilidades de engaño
y de mala fe. En la mensual de Futuro dedicada a salud, un informe especial
sobre el tema donde se rescatan algunas muy sencillas verdades como: "la
obesidad es una enfermedad crónica, cuya prevención y tratamiento
no descansa sólo en las manos de quien la padece, sino que es necesaria
una firme política por parte del Estado". |
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