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Josefina, la cantora

El género gauchesco. Un tratado sobre la patria.
Josefina Ludmer
Perfil libros
Buenos Aires, 2000
266 págs. $ 23

 

 

POR JONATHAN ROVNER

Hoy día todo sucede como si la literatura y el habla de los marginados fueran los extremos contrapuestos de una lengua (cualquier intento de acercamiento parece estar condenado al fracaso). Y sucede también, hoy día, que en tanto extremos, el único rasgo que comparten el habla marginal y la literatura es su inoperancia política, cierto exilio respecto de la cultura hegemónica (de masas). A tal punto que resulta por lo menos inverosímil la idea de que una identidad cultural nacional pueda construirse, precisamente, con la conjunción de esos dos elementos.
Pero esto no siempre fue así, y la Argentina, gracias al género gauchesco, es un ejemplo paradigmático. El ensayo de Josefina Ludmer da cuenta de cómo un proceso de independización puede reformular la identidad cultural, dando estatuto literario al lenguaje de las clases populares. Así, a la vez que legitima su soberanía, adoctrina a los sectores marginales, que luego reclutará para la guerra.
El género gauchesco. Un tratado sobre la patria examina la modernización y el género (gauchesco) como rasgo distintivo de la ideología moderna. Ya que para Ludmer todo género se construye sobre una alianza (en este caso, la de la cultura letrada con la “voz (del) gaucho”) y se sostiene en una dualidad, será también dual el modo como avanza la argumentación del Tratado.
Así, si con el género se “enlazan” dos extremos de una lengua, en este caso será también el enlazamiento de las extremidades de los gauchos, en el movimiento que va y viene entre las dos acepciones de la voz (del) gaucho: el delincuente, el patriota. Dos culturas que dialogan, ya sea para persuadir, para lamentarse o para desafiar. “El género gauchesco opera esa conjunción: constituyó una lengua literaria política, politizó la cultura popular”. “La idea absolutista de que la imaginación crítica es puramente verbal”, dice Ludmer y, efectivamente, en el Tratado sobre la patria las palabras parecen pensar por sí mismas; parecen estar hablando de otra cosa y hasta parece que hablaran entre ellas, como para que no todos entiendan. El ensayo habla de, pero también con, el revés y la vuelta. Las palabras, y ni la palabra “palabra” se salva, son dadas vuelta, puestas del revés, como para que exhiban lo que pretendían silenciar, es decir: su política, su historia, en fin, la ideología.
Y, en efecto, El género gauchesco. Un tratado sobre la patria (primera edición en 1988, escrito durante la dictadura militar) habla del uso de los cuerpos (supuestamente los de los gauchos, para las guerras del siglo XIX), pero justo después de que el Estado dejara de ser el oficial expropiador de cuerpos de supuestos subversivos, justo después de Malvinas. Analiza la ida y la vuelta literalmente –la de Martín Fierro, la del género gauchesco–, pero también las del poder y la cultura letrada hacia el habla popular, hacia la voz del otro.

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