MARTA DILLON
Yo
sé que puedo tornarme reiterativa pero es que alguna gente, reiterativamente
también y con total alevosía, discrimina a la gente que vive con vih
sin ningún pudor. ¡Estamos hartos de pavadas! y a la que me refiero
no es cualquier pavada, sino que está firmada por el Ministerio de Salud
de la Provincia de Buenos Aires, más precisamente del Programa de ETS
–enfermedades de transmisión sexual– y Prevención de HIV-Sida (ellos
siguen dando la sigla en inglés). Se trata de un nuevo folleto en cuya
portada un simpático mosquito se queja: “Hombres necios que acusáis
al mosquito sin razón...”, mientras que otras voces, anónimas en este
caso, exclaman: “¡Y al dentista! ¡Y al ginecólogo! ¡Y al acupunturista!
¡Y a la manicura! ¡Y al pedicuro! ¡Y a la depilación!”. Todo esto sería
inocuo sino fuera porque después de leer el folleto entero nos enteramos
de que los que tienen la culpa son ¡los infectados! ¿Por qué? Porque
después de liberar de culpa y cargo a los mencionados anteriormente,
en un sector titulado “Verdades sobre el sida”, se dice que el virus
se contagia en primer término “manteniendo relaciones sexuales con una
persona infectada”. Del forro ni hablar. Para qué, si evitamos tener
relaciones con los infectados, para qué. Con los infectados podemos,
según el folleto en cuestión, darnos “apretones de manos, abrazos, darse
un beso o conversar, compartir piscinas, vestuarios, el hogar, el transporte
o el trabajo”. ¡Qué lindo! ¡Qué solidaria es esta gente del Ministerio!
Cabría preguntarles cómo se dan cuenta de quién está infectado y quién
no, porque en el párrafo destinado a “Cómo se previene” figura en primer
término “mantener una pareja estable”. Y como si esto fuera poco, en
segundo lugar dice graciosamente: “Ante la menor duda, usar preservativo”.
¿Dudas de qué? ¿Del aspecto? ¿De su historia? ¿De la sinceridad? ¿Dudas
de qué? ¿De qué cuernos estamos hablando? ¿Acaso yo no puedo mantener
una pareja estable? Y si la mantengo, ¿quiere decir que ya no contagio?
Los hospitales están llenos de parejas estables e infectadas, llenos
de gente que no tenía dudas –ni forros–. Lo peor de todo es que al final
de esta sarta de pavadas el folleto asegura que otra forma de prevención
es “difundir esta información”, la información que ellos dan, o sea
deficiente, discriminatoria e incorrecta. Hombres necios con cerebro
de mosquito, ése debería ser el título del folleto del Ministerio de
la Provincia de Buenos Aires.