LA FILOSOFIA DE PRIMAL SCREAM, ANTES DE SU POSIBLE SEGUNDA VISITA A
BUENOS AIRES
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El
punk y los hooligans son lo mejor
que nos pasó en los últimos 20 años
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Andrew
Innes, guitarrista y compositor de los exterminadores del rock británico,
habló con el No sobre el fin de la ilusión laborista, el
dance, el nuevo rock, el nuevo nazismo, el Gallagher junior (el
último punk) y Maradona (es como John Lennon).
En exclusiva, promete volver a la Argentina en octubre (el contacto local
dice que hay firmes posibilidades) y revela la identidad de la nueva
droga que los inspiró a componer su última y desquiciada
obra: la realidad.
Textos:
PABLO
PLOTKIN
Si es que el rock todavía
es capaz de espantar a alguien, habrá que contar a Primal Scream
entre los responsables. No se trata de satanismo, maquillaje ni zoofilia:
basta poner en marcha Xtrmntr (pronuncien Exterminator) y la mayoría
de la especie humana fruncirá el ceño, en el mejor de los
casos. La banda de Glasgow grabó un disco frenético, zarpado,
ideal para musicalizar el desmembramiento del sistema capitalista o -yendo
más lejos la explosión del planeta Tierra. Basta verlo
a Bobby Gillespie, cantante y estrella del grupo, aparecer en alguna revista
especializada con el semblante de un Sid Vicious que sobrevivió
a la heroína, hablando de lo mucho que le gusta el speed y pulverizando
a las figuras del laborismo británico, para entender que lo que
más quiere Primal en este momento es ser la banda de sonido de
la próxima revolución. Por eso sus discos son cada vez más
extremos, como si el camino que iniciaron con Screamadelica (1991,
entre los diez álbumes más venerados de la década
pasada) los empujara a una batalla colosal contra las convenciones musicales
de cada época. Entonces, después del despertar artístico
del notable Vanishing Point (1997), los escoceses le sacan un par
de cuerpos al big beat y conciben un disco metalero, electrónico,
psicodélico, de un acid jazz-punk de lo más incómodo.
Una trituradora de carne del futuro lejano, elocuente desde el título,
lleno de actitudes guerrilleras y frases tremendas como Kill All
Hippies (Maten a todos los hippies), Swastika Eyes (Ojos
de esvástica) y demás escándalos. En efecto, Primal
Scream es uno de los pocos grupos capaces de conjugar actitud artística
innovadora y discurso revolucionario, entregado de pies y manos a la tarea
de vencer los límites de la tolerancia auditiva. La mayoría
de las cosas que suceden en el dance últimamente me parecen bastante
aburridas, no hay muchos riesgos, dice desde Londres Andrew Innes,
guitarrista y compositor, en comunicación telefónica con
el No. Lo nuestro hace que tu primera reacción sea
taparte los oídos.
Tuvieron algunos problemas de censura con el tema Swastika
Eyes...
La Radio Uno de Inglaterra dejó de pasarlo. Alguna gente
nos creyó nazis por mencionar la palabra esvástica. El tema
trata sobre cierta gente... ¿Conocés a la secretaria de
Estado norteamericana, Madeleine Albright? Ella tiene ojos de esvástica,
es una nazi. La mirás a los ojos por televisión y ves esvásticas.
Mientras hacíamos este disco, Gran Bretaña ayudaba a Estados
Unidos a bombardear Europa, por primera vez desde 1945. La gente que salía
por televisión diciendo que estaba bien bombardear escuelas y hospitales,
esa gente es nazi. Los norteamericanos son nazis. Los británicos
son nazis. No todos, pero sí los gobiernos. Y de eso hablamos,
de esa hipocresía de falsos demócratas: había una
guerra en Europa, y la llamaban conflicto. Todos pensamos que con los
laboristas iba a ser diferente, pero por supuesto que no fue así:
son todos políticos. Y no creo que las cosas cambien, por eso estoy
furioso. Se nota en algunas canciones, ¿no?
Sí. Hay otro título bastante escandaloso, Kill
all Hippies. ¿A qué se refieren?
Es un sample de una película. Pero con hippies nos referimos
a la gente que va como si nada por la vida, diciéndote vení,
loco, fumate un porro que está todo bien....
Ustedes están del lado punk más que del hippie,
¿no?
Yo estoy del lado punk. Cuando crecés con eso... A casi toda
la gente que me rodea la conocí a través del punk. Así
conocí a Alan McGee, cuando fundó el sello Creation (editor
de los discos de la banda), a Bobby. Si crecés con los Pistols
y los Clash, te rodeás de gente que tiene tu misma actitud. Así
soy yo, así es McGee, así es Bobby, y Mani (Gary Mounfield,
el bajista). El punk provocó un gran cambio en la gente en Gran
Bretaña. Con los hooligans, que generaron un efecto parecido, son
las dos mejores cosas que le sucedieron al Reino Unido en los últimos
veinte años.
Ustedes son famosos por...
Sí, por las drogas.
Iba a hablar de su afición al fútbol.
Ah, sí, también. Lo que pasa es que cada vez que nos
entrevistan nos preguntan qué drogas estamos tomando. Sí,
el fútbol también nos encanta. Fútbol, drogas y alcohol.
Y música, claro.
Sobre las drogas, Bobby habla mucho de su afición al speed.
¿Cuánto tuvo que ver con el acelere de Xtrmntr?
¿Speed? No... Grabamos este disco bajo los efectos de una
nueva droga: se llama realidad.
¿Qué recordás de tu visita a Buenos Aires,
en 1998?
Ese lugar estaba en llamas. Recuerdo que fuimos a un cementerio
hermoso. Creo que vamos a estar por ahí en octubre. Los Chemical
Brothers también querían ir por esa época.
¿Sí?
Ajá. Además, queremos conocer a Diego Maradona.
¿Lo viste por televisión últimamente?
Siiiiií, man... Pero él puede hacer lo que quiera.
Es como John Lennon, probablemente sea mejor que Pelé. Lo amamos.
Amo sus goles contra Inglaterra, amo la mano de Dios. Los Oasis lo conocieron:
tienen fotos y todo. Nos contaron que Diego se puso a hacer jueguito con
una naranja. Es bueno. Me encantaría darle un apretón de
manos.
¿Ustedes son amigos de los Oasis?
Sí. Liam es nuestro héroe, el último punk.
Es el más grande.
¿Primal Scream es el futuro del rock, como dicen algunos?
No lo sé, estamos viejos para eso. Hay una banda, llamada
Invasian, que son chicos asiáticos de 17 años: cinco rappers
y un Dj, y suenan como la puta madre. Ellos son el futuro.
Desde Screamadelica se habla de ustedes como los
abanderados de la unión entre el rock y el dance. ¿Era ése
su propósito?
Todos nos hablan de tecno, pero no creo que sea lo mismo el sonido
de Screamadelica (reproduce un ruido a chatarra) que el tecno ne-ne,
ne-ne, ne-ne (canturrea una melodía simétrica, algo boba).
Lo nuestro hace que de entrada tengas que taparte los oídos; el
tecno convencional es algo que suena... agradable. Y no nos gusta la música
sin riesgos. Admiramos a músicos de jazz de los sesenta y los setenta,
que rompieron muchas barreras. Como banda de rock, tratamos de no apegarnos
a una fórmula para entrar en los rankings y ganar dinero. Miles
Davis en cuarenta años nunca hizo dos discos iguales. Y para nosotros
hubiera sido fácil hacer Screamadelica 2, 3, 4. Pero nuestra
idea es hacer siempre discos diferentes. Y esperamos que el próximo
sea aún mejor.
Auto-identikit
de Bobby Gillespie*
cabeza de conejo
Mi primer
recuerdo. Un sueño que tuve cuando era chico,
viviendo en una vecindad en Glasgow. Caminaba por uno de los
lados del edificio, por el techo, y después por el otro
lado.
Mi máximo temor. No lo puedo contar, o se
hará realidad. Aunque debe tener que ver con el LSD:
imaginate si un día te creciera una cabeza de conejo
en uno de los lados de tu cabeza. No sé si eso es un
miedo o un deseo, pero solía pensar que me pasaría
algún día.
Mi héroe. Hank Williams.
Mi veneno. Soy un enfermo del speed. Es una droga
asombrosa. Me gusta cómo te levanta y te suspende en
un estado mental enfocado. Es genial para tocar rock and roll.
Es filosa, limpia y pura.
El Paraíso. Emily, mi novia.
El Infierno. Emily, mi novia.
Mi máximo talento. Soy un mentiroso fantástico.
Mi receta. Porotos tostados.
Mis bolsillos. Ahora tengo una púa de Iggy
Pop, con calaveras y huesos cruzados. Robada de un probador
en Hamburgo.
Cinco palabras que me describen. Aowopbop. Aloobop.
Alop. Bam. Boom.
Mi tesoro más preciado. Una prescripción
médica.
La felicidad es... Anthology of American Folk Music,
de Harry Smith.
Un consejo. Always keep a clear head and carry a
lightbulb (Mantené la cabeza clara y llevá
una lamparita), de Bob Dylan.
Si no fuera músico... Sería un asesino.
Tipo Carlos El Chacal. De izquierda. Raptos, secuestros de aviones,
sacar a los fuckin políticos y esas cosas.
Tres deseos. Es difícil, porque mi banda
es tan buena que no podría desear algo mejor. Estaba
llorando la semana pasada de lo buena que era. Sé que
suena enfermo, pero no necesito los deseos.
* Cosas
que dijo el cantante de Primal Scream en recientes entrevistas
con las publicaciones británicas
Q y New Musical Express.
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