CREASE
O NO, MR. SMITH TOCA ESTA NOCHE EN BUENOS AIRES
Hoy
es Saint Morrissey
Una
de las pocas leyendas inoxidables del pop británico está
en Argentina (por primera ¿única? vez en su
vida) para dar un concierto en el Luna Park. Se trata del hombre que en
los ochenta estuvo al frente de The Smiths, la banda que desde Manchester
conquistó el Reino Unido y le enseñó cómo
escribir canciones a los adolescentes que ahora son estrellas del brit
pop. Aquí, el No presenta una colección de buenos y malos
momentos y declaraciones imperdibles del personaje en cuestión.
TEXTO:MARIANA
ENRIQUEZ / PABLO PLOTKIN
Primer
acto: Asalto al rock británico
Quiero estar en la pared de todo el mundo o contra la pared de todo
el mundo, declara Morrissey al poco tiempo de editarse The Smiths
(1984), en cuya tapa hay una foto de Joe DAllessandro con el torso
desnudo, sacada de una escena perteneciente a Flesh, el film de Paul Morrissey
en el que el actor representa a un taxi boy.
* Es hora de que el cuerpo masculino sea explotado. Los hombres
necesitan conocer mejor sus cuerpos. Hombres desnudos deberían
inundar las cooperativas. Estoy seguro de que aliviaría muchos
problemas, incluso el de la violación. (1984)
Segundo
acto: Cuelguen al bocón
La prensa sensacionalista, especialmente el diario The Sun, acusa al líder
Smith de pedófilo a raíz de algunos versos como creo
que puedo ayudarte a aprobar tus exámenes... y cuando estemos en
tu habitación de estudios, ¿quién se tragará
a quién?, del tema Handsome Devil.
* Los niños de los demás me aburren, pero si son de
tu propia carne y sangre te cambian de actitud. Morrisseys correteando
por ahí podrían salvar al mundo. (1985)
* Nunca fui joven. Períodos en los que, por ley, tenías
que ser completamente alocado, yo era absurdamente serio. Nunca podía
relajarme, nunca acepté mi sexualidad. Coches, chicas, sábado
a la noche, botella de vino, esas cosas eran morbosas para mí.
Siempre me sentía atraído por personas con los mismos problemas
que yo. Y no ayuda cuando la mayoría están muertos.
(1984)
Tercer
acto: En la peluquería...
A mediados de los ochenta, Morrissey ya es una estrella y evita que se
lo vea por las calles de Manchester. Una tarde suena el teléfono
de una peluquería de la ciudad, y una voz de mujer pide que le
envíen un peluquero a domicilio. La recepcionista le contesta que
ellos no trabajaban así, que debería acercarse al salón.
Oh, no, no es posible, responde la mujer. Mi cliente
nunca podría andar por las calles de Manchester. El es... es Morrissey.
* Más o menos una vez al año me desahogo en lágrimas
y no puedo parar. Un día, el año pasado, en un viaje de
avión horrendo, y por alguna razón, se abrieron las compuertas,
y no paré durante el resto del día. En el avión,
en el aeropuerto, en el hotel, en la prueba... sencillamente no podía
parar. (1984)
Cuarto
acto: Los rivales
Morrissey se cruza con Mark E. Smith, cantante de The Fall, en la
oficina de un productor. ¡Ah, hola Steven!, lo saluda
Mark. A Moz, que creía que su nombre de pila había quedado
sepultado, la mención le cae pésimo. Al poco tiempo le preguntan
en una entrevista: Si estuvieras en una habitación con Robert
Smith, Mark Smith y una Smith and Wesson cargada, ¿quién
caería primero?. Morrissey contesta: Los pondría
en fila de tal forma que la bala penetrara a los dos.
* Consigo ideas de cualquier lado, pero sobre todo de las colas
del supermercado. Tengo talento para enterarme de las conversaciones privadas;
es sorprendente lo que podés aprender mientras esperás para
pagar un jugo. (1985)
Quinto
acto: El fanático
En 1987, un adolescente en Denver, Colorado, le pone un revólver
en la cabeza al Dj de la radio local, exigiéndole que sólo
pase discos de los Smiths. El Dj lo hace durante cuatro horas seguidas,
hasta que la policía lo persuade de bajar el arma. Cuando Morrissey
escucha acerca del incidente, le produce un extremo placer,
pero le molesta que nadie se entere de lo que pasó. No conozco
a nadie que lo haya leído o escuchado. Si se hubiera tratado de
otro artista, estaríamos hablando de una noticia mundial. Pero
como eran estos pobres patéticos Smiths, nadie le dio la menor
importancia.
Sexto
acto: El final
En la última etapa de The Smiths (1987, en la época
de Strangeways, here we come), Morrissey odia cualquier tipo de vida social.
Odia volar, viajar en general, odia las fiestas. Pasa la mayor parte del
tiempo en su casa, solo, como un viejo verde, haciendo un montón
de llamadas a las agencias del Soho.
* Fui a muchos terapeutas para tratar mi depresión, y dejé
todo extremadamente disgustado. Cobran caro y no me sirven para nada.
Conozco tanto mi depresión y desde hace tanto tiempo que no creo
que me ayude nada que un psiquiatra pueda decirme. Sé todo acerca
de eso y de la debilidad del ser humano, y nadie puede decirme nada que
me sirva. Nadie puede ayudarme. (1994)
Séptimo
acto: La mudanza
Morrissey vive ahora en Los Angeles, en una casa que Clark Gable
mandó construir en 1931. La hizo para la actriz Carole Lombard,
pero ella murió en un accidente aéreo antes de que pudiera
terminar de decorarla. Morrissey la adora. F. Scott Fitzgerald también
vivió acá, y John Schlesinger. No juntos, claro, contó
Moz. Robert Stigwood hizo la fiesta de la premier de Fiebre de sábado
por la noche acá. Toda esta gente se sentó en mi inodoro.
Es increíble. Abandoné Inglaterra porque disecté
la cultura británica tanto que me dejó exhausto. Además,
odio Channel 5. (1999)
Las
pasiones del pueblo inglés, según Moz
El
dance. Odio la música dance, la encuentro repulsiva,
cosa que me convierte en un marginal, pero estoy feliz de serlo.
No puedo explicar cuánto odio a la música dance. Creo
que destruyó todo. Mató a la estrella pop. Esa música
la compran los que no se interesan por la gente que hace música.
Odio los remixes, los multimixes, los etcétera mixes. Son
todos clavos en el cajón del pop. Para gente como yo, que
no toma drogas, no hay manera de poder interesarse en esa escena,
o de entenderla. La estructura de la canción no existe. Los
discos dance los hace gente que en general es insensible, que no
les importa la historia de la música. Y ése es para
mí el elemento más importante. No tienen interés
en el pasado, en lo que pasó antes de ellos. No veo ninguna
creatividad en la música dance y no me parece fantástico
que dos tipos en una habitación de Detroit puedan hacer música
con una máquina. Me parece estéril. Quiero ver gente
real tocando sobre un escenario con instrumentos reales. (1991)
Oasis. Siempre me gustaron. Creo que son muy divertidos
y muy Manchester. La mejor banda de la ciudad desde... bueno, The
Smiths. Pero me gustaría que Liam no estuviera siempre tan
malhumorado. Siempre tiene esa expresión de ¿en
serio tengo que cantar este estribillo?. Quiero decir, en
todo caso puede abandonar y volver a ser un pintor. En la revista
Club Internacional publicaron que yo los llamé electricistas
aburridos y tal cosa jamás salió de mi boca.
Entonces ellos se enojaron conmigo y me insultaron, pero está
bien, porque si creyeron ese comentario, es su deber defenderse.
Igual me caen bien. Noel es tan cómico. Tan trash. Te das
cuenta de que le puede robar los dientes de oro a su abuela, pero
eso no significa que no la ame. (1995)
Fútbol
y box. Una vez me compré un gorro de Manchester
United que me costó 12 chelines, y alguien me corrió,
me lo robó y escapó. Entonces pensé: Es
un mundo cruel, no estoy preparado para esto. Y decidí
vengarme de la sociedad. Me gusta el fútbol de todas maneras,
aunque creo que fue destruido por la cobertura televisiva y de los
diarios. Es triste. De todas maneras, podés verme de vez
en cuando en las tribunas. Pero lo que realmente me gusta es el
box. No soy un experto, pero lo seguí el suficiente tiempo
como para poder tener una conversación decente sobre eso.
Para mí tiene un glamour y un romanticismo que es enorme,
como cualquiera que haya asistido a una pelea sabe. Pero lo que
más me interesa es la agresión. Muchas veces siento
que debo dejar mi asiento y colgarme de las cuerdas o entrar al
ring. (1994)
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