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Jueves 23 de Noviembre de 2000

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Las increíbles aventuras de Mauro Pontoni, agitador cultural todoterreno

Quijote indie

Es cadete, pero también “pequeño” empresario. Cuando sale del laburo, se dedica a la confección de un fanzine y edita discos, siempre distintivos por la originalidad de su concepción y estética. Este sí que es un joven argentino ejemplar, che.

TEXTOS: PABLO PLOTKIN
FOTOS: TAMARA PINCO

Rastrear el origen en el primer disco de Martes Menta. Allí había una canción titulada “El último sol de abril”, nombre que Mauro Pontoni creyó perfecto para bautizar un fanzine que no sobreviviría más de un número, según los cálculos del autor. Error.
Vendedor y cadete en una compañía de servicios empresarios de San Justo, su barrio, (“cuando tengo que vender, salgo de traje y corbata; cuando hago de cadete, me pongo esta ropa rollingstona”, señala) Mauro ni siquiera tenía computadora cuando decidió fundar un fanzine dedicado a las banditas punk y hardcore de la zona oeste. Así que un amigo le imprimió los textos en Word y luego confeccionó el número recortando y pegando sobre cartulinas. Era 1996, A.N.I.M.A.L. todavía no recorría el mundo y a Andrés Giménez se lo podía ver en los vagones del ferrocarril Sarmiento. “En ese momento era la banda más importante de la zona”, recuerda Mauro. “Un día me lo crucé a Andrés y le pregunté ‘che, ¿te da para hacer una nota para un fanzine?’ Me dijo ‘sí, venite a mi casa, tomamos unos mates y todo bien’. Ya tenía algo. Creía que iba a durar un solo número, pero una vez que terminé el primero, fue casi imposible no hacer el segundo.”
Dueño de una voluntad compulsiva, Mauro lleva cuatro ediciones de El Ultimo Sol de Abril (está por aparecer la quinta, esta vez con 64 páginas) y va por la media docena de producciones independientes editadas a través de un sello bautizado Die Gol Records. El primer registro data de 1998 y se titula Recolección, un casete con un lado “power” (una banda trash y otra hardcore escuela New York) y un lado B más “amable”, con temas de un grupo pop y otro electrónico. De aquello mandó a hacer unas cuantas copias, las cargó en la mochila y el resto... “Como estoy acostumbrado a viajar por mi laburo, sé cómo llegar a todos lados”, cuenta el muchacho de 28 años y corazón azulgrana. “Quería repartir los casetes en un recital en San Miguel, por ejemplo, y sabía muy bien qué colectivo me llevaba.” En enero del 99 llegó el Tributo Underground a Sandro, anticipándose al homenaje mainstream que saldría más tarde ese mismo año. “Por momentos era bizarro, a veces con versiones muy fieles y otras deformadas”, describe el editor. Motivo del tributo: una infancia mimada por una madre devota de Roberto Sánchez, recuerdos de un Wincofón decorado con fotos de nuestro Elvis recortadas de la inefable TV Guía. “No había otra opción”, dice Mauro. “En mi casa me hacían ver hasta las películas de Sandro. Así que cuando pensé en un disco de covers, no podía ser otro.” Poco después salió Exploraciones Hacia el Polo (título tomado de un capítulo de una historia de Poe), un compilado de electrónica argentina super relajada. Y a fines del año pasado, Die Gol editó por primera vez el álbum completo de una banda: el debut de Pulgas Maníacas (grupo de rock de Sáenz Peña con elementos funkies y de música disco) se publicó en cooperativa entre los artistas y el sello.
La última criatura, Biblioteca Vol. 1, recopila, a modo de antología, un puñado de temas inspirados en diversos libros. Así, detrás de una portada amarilla opaca (color que remite a las viejas colecciones infantiles de literatura de aventuras), Estupendo compone a partir de Platón, Carlos Alonso alude a William Blake, Dr. Ox a Julio Verne, Deshielo a Kafka, Poleposition a Bioy Casares, Luis Marte a Baudelaire, Juani a Bukowski, Leandro Fresco a Cortázar, Gina Valenti (solo de piano) a García Lorca, Pablo Reche a Carl Sagan, Graf a Sthendal, Fluor a Henoch, Kaliman a Aldous Huxley, Uno x Uno a Rimbaud, Comme a Colira y Vinicius de Moraes, Preset a Onetti, Toxido Max a Ginsberg y Kuaker Doll a Anaïs Nin. El disco abre con el conmovedor relato de Víctor Hugo Morales del segundo gol de Diego a los ingleses, cuando inmortalizó –entre lágrimas– el enigma astral “barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?”, además de la reiteración del juego de palabras (Diego + Gol), que le dio nombre al sello. “Uno me preguntó si poner eso ahí era una cuestión de nacionalismo.No, Maradona va más allá de una nación. Si Maradona fuera coreano y se llamara Singú, este sello sería Singú Gol Records”, asegura Mauro.
Un vistazo a la lista de agradecimientos del disco: “Al Glorioso San Lorenzo de Almagro, su hinchada, su plantel, su técnico Oscar Alfredo Ruggeri y al Gallego González (...) A Dolores Trull, Nicole Neumann, Mónica Ayos...”. Dice Mauro: “La gente me pregunta: ‘che, los agradecimientos, ¿son en joda?’ No, para mí es muy importante agradecerle al Gallego González. Fue parte de la única vez que vi a San Lorenzo campeón. Si lo viera por la calle lo abrazaría, le diría ‘gracias’ y le daría un disco. Sé que no le va a gustar, pero... O a Ruggeri. Poder decirle: ‘a veces me cuesta pagar la cuota de San Lorenzo, pero vos me diste una alegría buenísima: yo te vi campeón ahí en Arroyito, el 25 de junio del ‘95, y no lo podía creer’. Yo nací en Boedo, mi abuelo es de San Lorenzo, igual que mi vieja, mi viejo y mis hermanos. Son cosas importantes. Y después a Marixa Bali, también, que la veo cada tanto en ‘Sábados Tropicales’, o como se llame. Me gusta agradecerles a las chicas lindas: Pamela Anderson, Nicole Neumann...”.
–¿Cómo se hace para hacer lo que estás haciendo en un momento como éste?
–La crisis tiene una parte buena. Debido a la recesión, las imprentas hacen lo imposible para hacer el trabajo. Vas a la imprenta A, te dan un presupuesto y lo tomás. Vas a la imprenta B y te dicen “¿cuánto te hizo la imprenta A? Bueno, yo te hago el 5 por ciento de descuento y me lo pagás en dos veces”. Vas a la imprenta C, y te dice “yo te hago el 15, no te cobro el IVA y me lo pagás en cuatro veces”. Así pasa con los discos, también. Lo podés sobrellevar. Igual, tardo mucho en recuperar la guita, por eso sale un fanzine por año y un disco cada ocho meses. La idea es sacar el fanzine cada seis meses, y los discos cada tres. También quiero tener una distribución en Tower, por ejemplo. Mientras tanto, voy tirando con lo que vendo en las ferias y en los recitales, pero recuperar toda la guita... es muy complicado. Hay mucho esfuerzo detrás de esto. Yo termino de laburar y me dedico al fanzine, a eso de las 7, 8 de la noche. A veces estoy hasta la una de la mañana. Llega el viernes y sos un zombi, pero te la bancás. Está bueno. Es rocanrol.
–Claro, cuando tenés un disco o un fanzine terminados...
–Es una especie de parto, porque sacrificás mucho tiempo por eso. Dejás de ir a tomar una cerveza con tus amigos del barrio, por ejemplo. Pero después, cuando un pibe me dice que le gusta el fanzine, o que le gusta algo que escribí... A veces me dicen “cómo me gustaría hacer algo como lo que hacés vos”. Yo les digo: “Hacelo. Si lo hace un idiota como yo, lo puede hacer cualquiera”. También es bueno involucrar amigos, porque te alegra saber que están en el lugar que se merecen. Y eso cuenta aunque tengas algunas diferencias: el año que viene, por ejemplo, va a salir el disco de Kuaker Doll, que es un trío. Los tres son hinchas de Huracán, nacidos en Parque Patricios, pero... todo bien.

Biblioteca Vol. 1 se consigue en Lee-Chi (Galería Bond Street), Duc Huomo (galería 5ta. Avenida), en la disquería de la Galería de Diseñadores del Bajo, y en algunos festivales. También por correo (diez pesos, incluyendo gastos de envío) a Ombú 202 (B1753AYF) San Justo, Buenos Aires; e-mail: mauritoARROBAarnet.com.ar, o por teléfono: 4443-7327. El álbum se presentará en vivo el sábado 9 de diciembre en Three Lions (Tucumán al 400), con shows de Toxido Max, Kuaker Doll y Poleposition.