Las
increíbles aventuras de Mauro Pontoni, agitador cultural todoterreno
Quijote indie
Es
cadete, pero también pequeño empresario. Cuando
sale del laburo, se dedica a la confección de un fanzine y edita
discos, siempre distintivos por la originalidad de su concepción
y estética. Este sí que es un joven argentino ejemplar,
che.
TEXTOS:
PABLO PLOTKIN
FOTOS: TAMARA PINCO
Rastrear
el origen en el primer disco de Martes Menta. Allí había
una canción titulada El último sol de abril,
nombre que Mauro Pontoni creyó perfecto para bautizar un fanzine
que no sobreviviría más de un número, según
los cálculos del autor. Error.
Vendedor y cadete en una compañía de servicios empresarios
de San Justo, su barrio, (cuando tengo que vender, salgo de traje
y corbata; cuando hago de cadete, me pongo esta ropa rollingstona,
señala) Mauro ni siquiera tenía computadora cuando decidió
fundar un fanzine dedicado a las banditas punk y hardcore de la zona oeste.
Así que un amigo le imprimió los textos en Word y luego
confeccionó el número recortando y pegando sobre cartulinas.
Era 1996, A.N.I.M.A.L. todavía no recorría el mundo y a
Andrés Giménez se lo podía ver en los vagones del
ferrocarril Sarmiento. En ese momento era la banda más importante
de la zona, recuerda Mauro. Un día me lo crucé
a Andrés y le pregunté che, ¿te da para hacer
una nota para un fanzine? Me dijo sí, venite a mi casa,
tomamos unos mates y todo bien. Ya tenía algo. Creía
que iba a durar un solo número, pero una vez que terminé
el primero, fue casi imposible no hacer el segundo.
Dueño
de una voluntad compulsiva, Mauro lleva cuatro ediciones de El Ultimo
Sol de Abril (está por aparecer la quinta, esta vez con 64 páginas)
y va por la media docena de producciones independientes editadas a través
de un sello bautizado Die Gol Records. El primer registro data de 1998
y se titula Recolección, un casete con un lado power
(una banda trash y otra hardcore escuela New York) y un lado B más
amable, con temas de un grupo pop y otro electrónico.
De aquello mandó a hacer unas cuantas copias, las cargó
en la mochila y el resto... Como estoy acostumbrado a viajar por
mi laburo, sé cómo llegar a todos lados, cuenta el
muchacho de 28 años y corazón azulgrana. Quería
repartir los casetes en un recital en San Miguel, por ejemplo, y sabía
muy bien qué colectivo me llevaba. En enero del 99 llegó
el Tributo Underground a Sandro, anticipándose al homenaje mainstream
que saldría más tarde ese mismo año. Por momentos
era bizarro, a veces con versiones muy fieles y otras deformadas,
describe el editor. Motivo del tributo: una infancia mimada por una madre
devota de Roberto Sánchez, recuerdos de un Wincofón decorado
con fotos de nuestro Elvis recortadas de la inefable TV Guía. No
había otra opción, dice Mauro. En mi casa me
hacían ver hasta las películas de Sandro. Así que
cuando pensé en un disco de covers, no podía ser otro.
Poco después salió Exploraciones Hacia el Polo (título
tomado de un capítulo de una historia de Poe), un compilado de
electrónica argentina super relajada. Y a fines del año
pasado, Die Gol editó por primera vez el álbum completo
de una banda: el debut de Pulgas Maníacas (grupo de rock de Sáenz
Peña con elementos funkies y de música disco) se publicó
en cooperativa entre los artistas y el sello.
La última criatura, Biblioteca Vol. 1, recopila, a modo de antología,
un puñado de temas inspirados en diversos libros. Así, detrás
de una portada amarilla opaca (color que remite a las viejas colecciones
infantiles de literatura de aventuras), Estupendo compone a partir de
Platón, Carlos Alonso alude a William Blake, Dr. Ox a Julio Verne,
Deshielo a Kafka, Poleposition a Bioy Casares, Luis Marte a Baudelaire,
Juani a Bukowski, Leandro Fresco a Cortázar, Gina Valenti (solo
de piano) a García Lorca, Pablo Reche a Carl Sagan, Graf a Sthendal,
Fluor a Henoch, Kaliman a Aldous Huxley, Uno x Uno a Rimbaud, Comme a
Colira y Vinicius de Moraes, Preset a Onetti, Toxido Max a Ginsberg y
Kuaker Doll a Anaïs Nin. El disco abre con el conmovedor relato de
Víctor Hugo Morales del segundo gol de Diego a los ingleses, cuando
inmortalizó entre lágrimas el enigma astral
barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?,
además de la reiteración del juego de palabras (Diego +
Gol), que le dio nombre al sello. Uno me preguntó si poner
eso ahí era una cuestión de nacionalismo.No, Maradona va
más allá de una nación. Si Maradona fuera coreano
y se llamara Singú, este sello sería Singú Gol Records,
asegura Mauro.
Un vistazo a la lista de agradecimientos del disco: Al Glorioso
San Lorenzo de Almagro, su hinchada, su plantel, su técnico Oscar
Alfredo Ruggeri y al Gallego González (...) A Dolores Trull, Nicole
Neumann, Mónica Ayos.... Dice Mauro: La gente me pregunta:
che, los agradecimientos, ¿son en joda? No, para mí
es muy importante agradecerle al Gallego González. Fue parte de
la única vez que vi a San Lorenzo campeón. Si lo viera por
la calle lo abrazaría, le diría gracias y le
daría un disco. Sé que no le va a gustar, pero... O a Ruggeri.
Poder decirle: a veces me cuesta pagar la cuota de San Lorenzo,
pero vos me diste una alegría buenísima: yo te vi campeón
ahí en Arroyito, el 25 de junio del 95, y no lo podía
creer. Yo nací en Boedo, mi abuelo es de San Lorenzo, igual
que mi vieja, mi viejo y mis hermanos. Son cosas importantes. Y después
a Marixa Bali, también, que la veo cada tanto en Sábados
Tropicales, o como se llame. Me gusta agradecerles a las chicas
lindas: Pamela Anderson, Nicole Neumann....
¿Cómo se hace para hacer lo que estás haciendo
en un momento como éste?
La crisis tiene una parte buena. Debido a la recesión, las
imprentas hacen lo imposible para hacer el trabajo. Vas a la imprenta
A, te dan un presupuesto y lo tomás. Vas a la imprenta B y te dicen
¿cuánto te hizo la imprenta A? Bueno, yo te hago el
5 por ciento de descuento y me lo pagás en dos veces. Vas
a la imprenta C, y te dice yo te hago el 15, no te cobro el IVA
y me lo pagás en cuatro veces. Así pasa con los discos,
también. Lo podés sobrellevar. Igual, tardo mucho en recuperar
la guita, por eso sale un fanzine por año y un disco cada ocho
meses. La idea es sacar el fanzine cada seis meses, y los discos cada
tres. También quiero tener una distribución en Tower, por
ejemplo. Mientras tanto, voy tirando con lo que vendo en las ferias y
en los recitales, pero recuperar toda la guita... es muy complicado. Hay
mucho esfuerzo detrás de esto. Yo termino de laburar y me dedico
al fanzine, a eso de las 7, 8 de la noche. A veces estoy hasta la una
de la mañana. Llega el viernes y sos un zombi, pero te la bancás.
Está bueno. Es rocanrol.
Claro, cuando tenés un disco o un fanzine terminados...
Es una especie de parto, porque sacrificás mucho tiempo por
eso. Dejás de ir a tomar una cerveza con tus amigos del barrio,
por ejemplo. Pero después, cuando un pibe me dice que le gusta
el fanzine, o que le gusta algo que escribí... A veces me dicen
cómo me gustaría hacer algo como lo que hacés
vos. Yo les digo: Hacelo. Si lo hace un idiota como yo, lo
puede hacer cualquiera. También es bueno involucrar amigos,
porque te alegra saber que están en el lugar que se merecen. Y
eso cuenta aunque tengas algunas diferencias: el año que viene,
por ejemplo, va a salir el disco de Kuaker Doll, que es un trío.
Los tres son hinchas de Huracán, nacidos en Parque Patricios, pero...
todo bien.
Biblioteca
Vol. 1 se consigue en Lee-Chi (Galería Bond Street), Duc Huomo
(galería 5ta. Avenida), en la disquería de la Galería
de Diseñadores del Bajo, y en algunos festivales. También
por correo (diez pesos, incluyendo gastos de envío) a Ombú
202 (B1753AYF) San Justo, Buenos Aires; e-mail: mauritoARROBAarnet.com.ar,
o por teléfono: 4443-7327. El álbum se presentará
en vivo el sábado 9 de diciembre en Three Lions (Tucumán
al 400), con shows de Toxido Max, Kuaker Doll y Poleposition.
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