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1936


Franco jura como jefe de estado

¡Arriba la mano!

POR RUDY

El saludo era una herramienta que utilizaban los fascistas para torturar a sus amigos y camaradas (no hablaremos aquí, por razones de buen gusto, de las herramientas que usaban con sus enemigos). Consistía en levantar el brazo derecho todo lo que se pudiera, y decir ciertas palabras, que podrían significar: �¡Coño, otra vez me olvidé de ponerme desodorante!�, o algo así. Era una tortura por dos razones: 1) tratándose de fascistas y nazis, si no fuera una tortura la hubieran desechado (¿qué sentido tendría para ellos hacer algo que pudiese beneficiar, o al menos regocijar, al prójimo?); y 2) era una tortura porque era obligatorio. Quiero decir, en la Alemania nazi si no levantabas tu brazo derecho para responder a otro brazo derecho, podías ir preso. Y eso si tenías suerte. En Italia eran más �civilizados� e invitaban a los no fascistas a cenar. El menú: aceite de ricino. Franco (el pequeñín que levanta mucho el brazo) y Mussolini (de negro y con gorra, arriba y más a la derecha, si eso fuera posible) aparecen en estas fotos, que si presentan algún defecto, sabrán disculpar: el fotógrafo se vio obligado a levantar el brazo derecho mientras las sacaba, por obvios motivos. Cabe preguntarse de dónde viene semejante saludo. Quizás haya sido Francisco Franco; se dice que él levantaba su brazo derecho como truco para parecer más alto que el resto de sus generales en la foto. Pero cuando uno intenta ser líder carismático, debe soportar el karma de que los seguidores lo imiten en todo. Con lo que, al levantar el brazo los demás, Franco volvía a su inocultable pequeñez. Si en lugar de levantar el brazo derecho se le hubiera dado por la zarzuela, quizá la guerra hubiera terminado de otra manera. Lo que sí se sabe es cómo terminó el saludo: en 1945, Mussolini intentó escapar disfrazado, pero fue atrapado por guerrilleros, que lo distinguieron desde lejos por el brazo en alto: �Qué raro. Si, para que no me reconocieran, alcé el izquierdo�, comentó el Duce. Había estado ensayando dos horas frente a un espejo para no equivocarse. �Es que frente a un espejo, la izquierda sale a la derecha�, le explicaron a modo de última voluntad. Continúa

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