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Formado
en el rigor espartano de Nuevo Teatro, un día Enrique Pinti quemó
las naves y salió corriendo detrás de los brillos del café concert.
Treinta años después, convertido en su practicante mayor, logró
con Salsa Criolla una suerte de misa laica en donde la clase media
argentina se sentía redimida de los vapuleos nacionales. A continuación,
el hombre que convirtió las puteadas en plegarias y redenciones
sociales habla de pericón.com.ar, el espectáculo con que volvió
a llenar el Maipo. |
Misa
criolla
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POR
JUAN IGNACIO BOIDO
Casi
como una misa: después de someterse al rigor creativo y espartano del
Nuevo Teatro que bendijo las carreras de tipos como Alezzo, Fernandes
y Gandolfo, después de escribir obras para chicos y deslumbrarse con
el Help, Valentino de Perciavalle y Gasalla, después de quemar las naves
para sumarse esas huestes, treinta años después de todo eso, Enrique
Pinti se convirtió en el perdigón más clásico y consecuente disparado
por el café concert. Mientras los teatros siguen cayendo a la ofensiva
evangelista y la troupe de monologuistas y showmen se ajustan paulativamente
al volumen de la televisión, Pinti defiende a gritos el escenario como
si fuera la última trinchera a salvo de intereses corporativos y ejecutivos
exxels, sabiendo que ahí afuera están quienes esperan cada una de sus
nuevas apuestas escénicas como
otros esperan el amparo divino del domingo. La nueva apuesta de Pinti
es pericón.com.ar y los que estaban ahí afuera esperando ya empiezan
a entrar con el mismo ritmo sostenido que convirtió a Salsa Criolla
en una suerte de misa a la que un millón de devotos peregrinó una, dos
o tres veces para escuchar lo que ya se sabía, pero igual se necesitaba
y todavía se necesita escuchar de vuelta: que por acá hay demasiado
hijo de puta suelto. RADIOGRAFIA DE LA PAMPA pericón.com.ar es un repaso
del siglo que, además del carácter anecdótico, cómico e ilustrativo,
tiene en el centro de la mira disparar contra las torturas de la vida
moderna y rastrillar los últimos cien años para sacar a relucir las
miserias más notables y vergonzosas de eso que algunos llaman el ser
nacional. El programa de pericón.com.ar que reparten los acomodadores
es un dinosaurio desplegable con una cara muy parecida a la de Pinti.
Apenas empieza, Pinti entra a escena saliendo de la boca de un dinosaurio.
Y lo primero que dice es: �Yo también soy un dinosaurio�. Hasta ahora,
la fe de la grey permanece intacta y pericón.com.ar convirtió al Maipo
en el teatro porteño más repleto del verano. Lo que a su vez vuelve
a convertir a Pinti en un pastor privilegiado de esa vapuleada grey
llamada clase media, a la que ha visto cambiar más que significativamente
en los últimos quince años, desde los tiempos en que se celebraba el
desembarco del progreso hasta su festejada resistencia jurásica de estos
días: �En rigor de verdad, la clase media se achicó mucho, pero cambió
poco. De hecho, desde arriba del escenario se ve que existe una costumbre
que se mantiene incólume: todavía creen que exagero para que se entienda
y no porque es la triste y cruda realidad. Por ejemplo, el otro día
estaba escuchando casetes míos de Pan y circo, el espectáculo anterior
a Salsa Criolla, donde ya decía: Vivan su propia vida, no vivan la vida
dorada de las estrellas. El ejemplo tienen que ser tus viejos si se
rompieron el culo, no un jugador de fútbol, no un boludo que ganó un
Oscar, no una tarada que es bonita y tiene mierda en la cabeza. Quince
años después se puede decir exactamente lo mismo, ¿o no?�, pregunta
Pinti como respuesta, antes de formularse a sí mismo la pregunta del
millón, que encierra el racconto histórico de pericón.com.ar: ¿la cosa
está cada vez más grave o todos estamos cada vez más pesimistas? �Hasta
el �83, al no haber libertad de prensa, al haber censura y represión,
todo quedaba en el debe ser, me parece, se dice. En los últimos quince
años, con el crecimiento de la exposición pública, hay menos pudor y
menos vergüenza. Antes, una nota periodística apenas podía insinuar
la prostitución en la farándula, sin dar nombres ni lugares. Hoy, directamente
te arman un programa de televisión con Silvia Süller divulgando y defendiendo
su tarifa en público porque se enteró de otra que cobró más que ella.
Esto da una sensación apocalíptica, pero me parece que siempre fue así.
Si a Menem lo hubiese volteado un golpe de Estado a los tres años de
gobierno, estaría en Puerta de Hierro recitando frases de Facundo Quiroga
con poncho y patillas, adoctrinando a una juventud convencida de que
el compañero quiere la revolución y va a recuperar lasMalvinas con sangre.
Pero al haber un funcionamiento democrático, aunque sea desvencijado,
se llega hasta las últimas consecuencias: de desvergüenza, de chonguería,
de mal gusto. Porque gracias a Dios no hay límites. Y entre el país
pacato y castrado de entonces y este desmadre desconchado, yo espero
que salga algo mejor�. DESMADRES & DESCONCHES Como una misa, pericón.com.ar
se reserva por lo menos dos momentos en que la platea no hace sino obedecer
fuerzas superiores y ponerse de pie: cuando Pinti apunta y dispara con
todo el arsenal, primero sobre el pasado menemismo y después sobre el
presente aliancista. �El fenómeno social del menemismo es muy interesante,
sobre todo porque el mal gusto deja marca. Hay toda una generación convencida
de que el menemismo es el epítome de la elegancia. Menem corrompió el
gusto de la clase alta. No es casual que empezaran a contratar a Ricky
Maravilla o a Las Primas para actuar en casamientos paquetes. Antes,
la clase alta tenía las cosas claras: una tarantella ya era una mancha
de grasa y ahora le dan a la bailanta. Y eso fue porque tuvieron que
hacerle concesiones al único político que en los últimos cincuenta años
les dijo Señores, vamos a hacer los negocios juntos�, explica. Y la
radiografía se ve entera cuando dice: �Así que, por un lado tenemos
a Amalita, para quien antes el peinado era un rodete tirante, y ahora
anda con ese batido de madera terciada hecho por Miguelito Romano. Y,
por el otro, a la clase baja, que ha pasado de la indigencia a la delincuencia.
Que existan desclasados es una herida mortal para un país, pero resulta
que hay algo peor: los que se salieron (o los salieron) del sistema.
En el pericón metí un personaje que era arquitecto y se volvió loco
cuando empezaron a cerrar los estudios: se terminó encontrando pobre
pobre, aun cuando le habían jurado que con un título siempre se iba
a poder arreglar. Ahora, con la clase alta vuelta esta mierda bien bruta,
la clase media expulsada del sistema y la baja desclasada, emputecida,
se ve que la herida del menemismo va a tardar muchísimo en cerrar�,
explica. Y enseguida, para repartir un poco del optimismo que se lleva
el público de pericón.com.ar �una hostia que se disuelve demasiado rápido�,
agrega: �Acá todavía tenemos fronteras, capital y aeropuerto, y por
eso resulta asombroso que para los inmigrantes yugoslavos que ahora
se ven por Buenos Aires, esto represente para ellos lo mismo que para
nuestros abuelos: una posibilidad de hacer la América. Hay países como
Kosovo o Chechenia que están completamente desmembrados�. FALTA Y RESTO
El otro momento es cuando Pinti embiste contra el mandato De la Rúa.
�Al nuevo gobierno, por ahora no tengo más remedio que darle crédito,
pero no puedo evitar esa cosa de tía vieja del Yo te avisé que no te
pusieras al sol y mirá ahora cómo te insolaste, pelotudo. Ya nos hemos
ensartado muchas veces dejando pasar cosas que después se vuelven cada
vez peor. ¿Y por qué? Por dar crédito, por pensar que era mejor esto
que lo otro, que éste por lo menos es honorable, no como Menem. ¡Las
pelotas! El impuestazo está mal, sobre todo porque juraron que no lo
iban a hacer; la actitud con la CGT y la actitud de la CGT son de cuarta;
y es aberrante que no se hayan iniciado todavía los juicios e investigaciones
a María Julia, Erman González, el hijo de Erman, Corach. Está bien,
cada uno es inocente hasta que se demuestra lo contrario, pero ¿dónde
está la plata? Si Alderete fue el director general del PAMI y faltan
millones de dólares, no puede hacerse el ofendido, el perseguido político
o el Juana de Arco en la hoguera: o se los llevó él o se los llevó alguien
mientras estaba él. O sea que por lo menos es responsable. Y este gobierno
también lo es, si la guita no aparece.� SOBRE BOBAS Y BOBITOS Nada nuevo,
pero Pinti dice que la televisión no le interesa. �Si en el teatro escuchan
el 80 por ciento de lo que digo, en la tele con suerte escuchan la mitad,
y hay algunos que no escuchan nada. Amén de que ya hay algunos que no
me entienden. Cuando estaba armando el pericón descubrí que, por abajo
de los cuarenta, la mayoría no tiene ni idea de qué países formaban
el Eje y cuáles eran Aliados durante la Segunda Guerra. Les decís Estados
Unidos y Rusia y te dicen No, si eran enemigos. Y los menores de treinta
no saben que el pericón es la danza nacional. Por otro lado, hablando
a esta velocidad de temas delicados en la tele, habría mucha mala interpretación.
Por ejemplo: en el teatro, hablo de María Julia declarándose víctima
de una cacería de brujas, y digo: Cómo se atreven los Alsogaray, reverendísimos
hijos de puta, a hablar de caza de brujas cuando ellos han estado detrás
de cuanta dictadura y caza de brujas hubo. Si digo eso en televisión,
escucharían la mitad y al día siguiente tendría juicios porque Pinti
dijo que los Alsogaray son unos hijos de puta. No, mierda, no digo eso.
Pero acá cada vez que alguien escucha hijo de puta enseguida te corre
el foco de la discusión y te sale con eso de Con mi vieja no te metas.
Por eso mi material no es televisivo�. ESTA BOCA ES MIA Nadie sabe bien
cómo ni por qué, pero Pinti ha logrado milagrosamente convertir la puteada
en un arte celebrado, o al menos una rara forma de catarsis amplificada
por micrófonos y multiplicada por parlantes. �La puteada me viene de
familia. Mis tías, todas señoras casadas, educadas y con hijos, llamaban
a casa impostando la voz y decían Hola, habla José; y cuando mi mamá
le preguntaba ¿Qué José?, mi tía le contestaba: El que te cogió y se
fue y cortaba. Yo crecí en esa impunidad de la mala palabra, que para
mí siempre fue la explosión de la carcajada o de la bronca. Tato, por
ejemplo, hacía humor político pero no puteaba, porque se refugiaba en
ese personaje siempre asombrado por lo que pasaba. Yo, en cambio, no
tengo personaje: por más que me disfrace, soy Pinti. Además, cuando
uno mira los programas de Tato, que van hasta el �91 o el �92, redescubre
un contexto en el que no existía este desconche con Ferro Viera diciendo
abiertamente que meó en lugar de Maradona sin que nadie investigue un
carajo. Por eso hoy, en el teatro, la puteada dejó de ser shockeante
y pasó a encarnar la bronca. Los que no tienen guita, laburo ni nada
por delante, se sienten aliviados o representados por alguien que putea
por lo mismo. De algún modo, al cagarme en Dios y María Santísima, los
estoy vengando�. EN EL VIENTRE DEL DINOSAURIO ¿Hasta dónde el monologuista
que sale de la boca del dinosaurio se comió al actor? �¿Sabés lo que
pasa? En teatro no actúo porque no quiero volver loca a la gente. Yo
sé que, para verme en el escenario, tienen que poner veinte o treinta
mangos, y que eso ya no es tan fácil. Yo soy el único que habla sobre
la realidad y al que disfrutan escuchando. Sacarles guita para que me
vean haciendo El avaro de Molière me parece injusto. Eso lo podría hacer
como actor invitado en algún ciclo de ATC. Un Molière o un Discépolo
o algún sainete o grotesco de la década del veinte, que son realmente
muy actuales, porque reflejan una Argentina por un lado en crisis y
por otro con inmigrantes que llegan esperanzados�, explica. Y enseguida,
con un laconismo inesperado, agrega: �Lo que me gustaría hacer es cine�.
Lo que lo lleva explicar lo comprensivo que es con los directores que
prefieren no arriesgar demasiado y salir a filmar con el mismo equipo
fetiche. �Yo entiendo: tienen bardo con los equipos, el celuloide, las
locaciones, la plata, los créditos. Mirá si se van a comprar el problema
de no trabajar con los actores amigos. Además, sé que los directores
más importantes no creen en mí como actor. Un día me invitó Mirtha Legrand
a comer. En la mesa estaba Aristarain, a quien yo considero el mejor
director argentino, que acababa de llegar con una Concha de Plata por
Un lugar en el mundo. El vasco casi no habla, anda siempre con bastante
cara de culo, pero de repente salió de su mutismo, sin que nadie le
preguntara nada, y me dijo en la cara que nunca me daría un papel. Yo
tenía en casa el libro de Perdido por perdido, que no sabía si hacer
o no. Apenas llegué a casa lo llamé a Lecchi y le dije que lo hacía.
Pura y exclusivamente dedicado a Aristarain. Después me enteré de que
en un festival de La Habana, donde salí premiado como mejor actor de
reparto, Piñeyro dijo que lo único que no le gustaba de la película
era Pinti. Después de Perdido por perdido, por la que también me dieron
el Cóndor de Plata, pensé que me llamaban enseguida. Pero no. Sólo hice
cuatro papelitos que no suman siete minutos de proyección y siempre
porque se enfermaba alguien�. VIVA LA PATRIA Para algunos, la patria
es su biblioteca; para otros, la patria es una colección de compacts
y casetes; para otros, la patria es la patria, y ahí las cosas se complican.
Si hay algo complicado en Pinti, en el Pinti de pericón.com.ar, es el
meticuloso trabajo de selección mediante el cual intenta sacar a relucir
valores hasta hace poco despreciados y desde hace mucho perdidos en
el camino. �Durante muchos años no me interesó la patria. Pero hay un
momento en la vida, con los años, en que, sin ser patriotero, necesitás
esa raíz de identidad: saber de dónde mierda viene uno y por qué esto
es una cagada, si no debería serlo. Argentina todavía es un país. Pedorro,
pero es un país, algo que resiste. Por eso hablo de patria, aunque los
fachos (que se creen los dueños de la palabra) digan lo contrario. Yo
puteo por lo que se hizo desde el poder y por lo que no se hizo también.
Porque todos, muy cancheros, estiraron el bracito y dijeron: Si así
no lo hiciere, que Dios y la Patria me lo demanden. Y acá estamos�,
dice mientras se pone el disfraz de dinosaurio y sale a escena por la
boca abierta.
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