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De la Rúa también presiona para
que el Parlamento apure el tranco

El Presidente realizó un
acto con la promulgación
de una parte de la ley de competitividad. Allí apuntó a que el Parlamento, que en estos momentos discute la delegación de superpoderes para Cavallo, cierre el trámite hoy mismo. El ministro viaja rumbo a España.
De la Rúa y Cavallo ayer, en Olivos, promulgando la ley que grava algunas transacciones bancarias. El ministro, a punto de convertirse en �súper�, también informó de la marcha de las negociaciones.

Decidido a no desaprovechar el impulso del “huracán Cavallo”, Fernando de la Rúa organizó un acto para algo tan usual como la promulgación de una ley: ayer a las cinco de la tarde apareció en la quinta de Olivos rodeado por los jefes de las dos cámaras y por un puñado de ministros para presentar formalmente la primera parte de la Ley de Competitividad. Después, el Presidente justificó la parte más conflictiva del proyecto, los capítulos de delegación de facultades que anoche continuaban negociándose para que se sancionen hoy (ver página 13). “El Gobierno va a enfrentar con toda firmeza a los especuladores y a los maniobreros”, argumentó De la Rúa.
El Presidente es consciente de que el proyecto de delegación de facultades genera resistencias en el PJ, en el Frepaso y en el propio radicalismo, muchos de cuyos legisladores no tienen demasiadas ganas de dotar de superpoderes justamente a Domingo Cavallo, uno de sus grandes adversarios históricos.
Por eso, De la Rúa se encargó de subrayar la importancia del proyecto para salir de la crisis. “La Ley de Competitividad es una herramienta fundamental que el Gobierno impulsa para superar el problema del déficit”, explicó. Y, en un intento por justificar los superpoderes, se hizo cargo de la responsabilidad política del pedido del Ejecutivo. “Las garantías y la responsabilidad son del Presidente con el Ministerio”, repitió. “La pregunta es en quién se delega. La delegación es al Poder Ejecutivo, por lo tanto los actos llevan la firma del Presidente”, concluyó
Fue poco después de las cinco de la tarde, en un pequeño acto en Olivos en el que se anunció la promulgación de los diez primeros artículos de la Ley de Competitividad, que fueron sancionados por Diputados el jueves y por el Senado el viernes: allí se establece un nuevo impuesto a las cuentas corrientes y se amplía la obligación de utilizar cheques. Estaban, además de De la Rúa y Cavallo, el titular de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, el presidente provisional del Senado, Mario Lozada, y algunos miembros del Gabinete: el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, el jefe de Gabinete, Crhystian Colombo, y la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.
Pero la puesta en escena no apuntó sólo a amplificar el efecto político de la nueva ley. En su breve discurso, De la Rúa prometió enfrentar a los “especuladores y los maniobreros”. Sin mencionarlos directamente, el Presidente aludió así a los rumores sobre su propia renuncia que circularon el jueves pasado. Aunque nunca pudieron determinarlo, en el Gobierno sospechan de algunos operadores brasileros que –según decían-habrían buscado desestabilizar al Gobierno para forzar una devaluación.
Antes del pequeño acto, De la Rúa y Cavallo mantuvieron una serie de reuniones. Conversaron sobre el viaje del ministro de Economía a Brasil. “Hubo comprensión. Allí no caben dudas de que nuestra intención ha sido y es profundizar y perfeccionar el Mercosur, que nos beneficia a todos”, dijo después el Presidente. Y también hablaron sobre el viaje a España que Cavallo tenía previsto iniciar ayer por la noche.
El grueso de la charla se lo llevó la negociación por los superpoderes. Apenas llegó a Olivos, antes del acto, Pascual les trazó un cuadro de situación. Dijo que el contraproyecto elaborado por el bloque de la Alianza estaba casi consensuado y que sólo faltaba discutir un par de puntos (ver página 13). “Quédense tranquilos que sale”, vaticinó el diputado.

 

Aznar tiene confianza

El flamante ministro de Economía, Domingo Cavallo, se reunirá hoy en Madrid con el jefe del gobierno español, José María Aznar, en su segundo viaje al exterior desde que, apenas el martes pasado, asumió como nuevo hombre fuerte de la gestión delarruista. Ayer, Aznar aseguró que tiene mucha “confianza en que Argentina superará esta situación”. “Espero que haya una fortaleza política tan sólida en la Argentina que los mensajes que se envíen al exterior y las medidas internas no dejen ninguna duda de que va encaminada en un buen sentido”, sostuvo Aznar. A continuación, el jefe del Gobierno español recordó que su país hizo “una apuesta muy importante desde el punto de vista de contribución financiera, de más de mil millones de dólares, a la economía argentina”, en referencia al blindaje financiero del que también participaron el FMI, el Banco Mundial, el BID, las AFJP y un pool de bancos. “No es una situación fácil, pero manifiesto una vez más mi confianza en que Argentina la superará. España estará a su lado en la medida que nos sea posible”, reafirmó Aznar. “Nuestro país es y será siempre solidario con Argentina”, concluyó Aznar, quien pronunció estas declaraciones ayer, durante una rueda de prensa en Estocolmo, al cierre de la Cumbre de la Unión Europea.

 

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