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LITO VITALE INICIA UN CICLO DE CONCIERTOS EN EL ALVEAR
El amigo de todo el mundo

El tecladista tocará hasta fin de año, martes por medio, junto a invitados de todos los palos, recreando el ciclo de TV �Ese amigo del alma�. Hoy: Juan C. Baglietto y Mono Izarrualde-Lucho González.

Por Roque Casciero

Desde agosto de 1992, cuando Canal 13 le dio la posibilidad de reemplazar al cura que daba las buenas noches, Lito Vitale es un atípico anfitrión musical del cierre de transmisión. Por su ciclo “Ese amigo del alma” han pasado más de 400 artistas de los géneros más diversos, desde el folklore y el tango hasta el rap y el heavy metal. Ahora el micro no está en el aire porque no tiene auspiciantes –aunque eso podría resolverse pronto–, pero Vitale decidió mostrar en vivo cómo es eso de la apertura de criterios a la hora de juntarse con colegas a hacer música. “Ese amigo del alma” se traslada de la pantalla nocturna al escenario del Teatro Presidente Alvear. Para comenzar el ciclo de conciertos Lito Vitale y sus amigos del alma (que irá martes por medio hasta fin de año), el tecladista eligió a algunos de sus más recientes compañeros de ruta: esta noche estarán Juan Carlos Baglietto y Mono Izarrualde-Lucho González. El martes 17 será el turno de Pedro Aznar y Luis Salinas y, en mayo, Litto Nebbia y Sandra Mihanovich (el 8) y Willy Crook y La Valentino (el 22).
“Al principio estarán músicos que son como de mi familia”, reconoce Vitale. “Sin embargo, quiero que sea abierto a otros grupos que no tengan que ver con mi entorno. Tal vez haya algunos que no encajen bien en el Alvear, porque tienen un público que no va con el lugar. Por ejemplo, me encantaría invitar a Bersuit y a El Otro Yo, pero tengo miedo de que no sea el lugar adecuado. El programa siguió en el aire y duró tanto por la apertura, porque eso lo hizo interesante. Si no, hubiera dejado de existir hace rato porque sería siempre lo mismo. Y me gustaría llevar eso a los conciertos. Cuando me llamaron los del Alvear, me pareció una idea piola, porque está bueno que un teatro ofrezca la posibilidad de ir a escuchar música a precios populares. Ojalá que la gente responda. Va a depender también del artista que acompaña, porque verme todos los martes a mí es un embole... Yo no iría (risas).”
–Pero comienza en el teatro cuando todavía no está definido que el micro continúe al aire.
–Creo que volverá a partir de mayo. Se cayó el sponsor, pero tenemos la posibilidad bastante concreta de hacerlo con otra marca. Por otra parte, este año van a salir los dos primeros CD (de cuatro) con los mejores momentos del programa desde su inicio.
–¿Eso no generará conflictos entre las grabadoras?
–De eso se ocupan ellos. Nunca lo había intentado antes porque no quería meterme en ese quilombo. Pero cuando lo hacen desde las compañías es mucho más simple, porque ellos también prestan artistas. Es una idea piola porque, muchas veces, lo que sucedió en el piso fue muy potente y la música se sostiene sin la imagen. Cuando los músicos vienen al programa se ponen en una actitud distinta a cuando van a hacer sus conciertos.
–¿Seguirá con las giras junto a Juan Carlos Baglietto?
–Sí, porque no terminamos de presentar No olvides. Pero en poco tiempo empezaremos a componer el disco nuevo del dúo: va a ser de temas originales, un poco más jugado. Hasta ahora, nunca nos arriesgamos a imponer ningún repertorio sino que tocamos los tangos tradicionales y los temas del repertorio Baglietto. A pesar de que no tengo mucha experiencia en componer canciones, voy a intentarlo. E iremos a buscar ayuda en los compositores históricos de Juan.
–Usted planeaba sacar un álbum instrumental durante este año. ¿Podrá hacerlo?
–Será un poco complicado, porque estoy lleno de laburo, pero me gustaría encontrar el tiempo para hacerlo. En el ciclo del Alvear armaré alguna juntada de algún grupo instrumental en el que participé antes. Por ejemplo, estará el trío Vitale-Baraj-González, tal vez como cierre delciclo. También quiero juntar al cuarteto original, con Marcelo Torres, Manuel Miranda y Cristian Jurducha.
–¿Alguna vez se preguntó por qué usted puede tocar con más de quinientos artistas de los géneros más diversos?
–La verdad que sí, porque es bastante extraño. Además, quinientos... Ya me fui al carajo (se ríe). Entro a Cemento y los pibes me dicen maestro; voy a una tanguería y me saludan todos: creo que me gané el respeto de un montón de gente porque tengo la particularidad de gozar de mucha música. Me crié con Piazzolla, Almendra, Ariel Ramírez y la música sinfónica, todo al mismo tiempo. Además, no tuve ese quilombo generacional del pelo largo. Al contrario, iba con mis viejos a ver a Aquelarre, Litto Nebbia, a Pescado Rabioso. Entonces, mamé de chico la necesidad de la apertura. Por eso, me resulta natural disfrutar tocando con Almafuerte tanto como con Eduardo Falú.

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