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Salvi, ex socio de Urso, flamante abogado de Menem

El abogado Oscar Salvi reemplazó ayer a Mariano Cavagna Martínez en la defensa de Carlos Menem en la causa en la que se investiga la venta ilegal de armas a Ecuador y a Croacia. Salvi fue socio del ahora juez federal Jorge Urso en un estudio jurídico, socio de Daniel Hadad en Radio 10, socio de Gerardo Sofovich en la agencia Open Bar, que manejaba la publicidad de ATC y juez federal durante la última dictadura militar, además de abogado de Franco Macri. A partir de ahora, se hará cargo de la defensa de Menem junto al cordobés Oscar Roger.
Quienes lo conocen aseguran que Salvi tiene dos frases de cabecera: “persevera y triunfarás” y “todo es posible”. La primera es un leit motiv que lo acompaña desde sus sueños de la infancia, cuando jugaba a ser Perry Mason, “pero sin condenar a inocentes”. La segunda es el argumento teórico imprescindible para llevar al terreno de lo real la primera frase. El nuevo abogado de Menem trabajó junto a Urso cuando el magistrado, quien ahora investiga la venta ilegal de armas y que procesó a Menem como jefe de una asociación ilícita, se desempeñó como prosecretario del juzgado de primera instancia en tiempos en que Salvi era juez de instrucción. Además, Urso fue integrante del estudio jurídico de Salvi.
Hincha fanático de Racing, Salvi fue también abogado de Susana Giménez, de Sofovich y socio de Rodolfo Galimberti en una agencia de investigaciones.
A los 33 años, durante la última etapa de la dictadura militar, Salvi fue designado juez federal y en ese cargo manejó causas espinosas -Massera, la Triple A, Branca, etc.–. Un día la Justicia se acabó para él, pero no el poder. Su amistad con Gerardo Sofovich y su amor por los animalitos derivó en el cargo de presidente del nuevo zoológico porteño privatizado. Y su experiencia como administrador de la empresa familiar de transporte de pasajeros El Acuerdo –que cubría el trayecto entre las localidades de Colón y Pergamino– lo habilitó para convertirse en el máximo ejecutivo de Toyota Argentina. Menos lineal fue su evolución política: en 1983, plena euforia democrática, votó en blanco para presidente y luego se definió como “independiente”, buena manera de seducir a Menem cuando éste, en 1994, escuchó que el ex juez estaba a favor de una eventual reelección. De allí a un lugar de la lista de convencionales por el PJ de la Capital no hubo mucho que discutir. Lo mismo que a la hora de otorgarle a un grupo privado comandado por Daniel Hadad la frecuencia de Radio Municipal, que hoy no es otra que la potente Radio 10.
Salvi entró ayer al equipo oficial de defensores de Menem. El que se va es Mariano Cavagna Martínez. El ex juez de la Corte Suprema no supo ganarse al entorno de Menem, donde lo acusaban constantemente de poco activo, por decir lo menos (ver página 5).

 

Zulemita, dura

El lunes lo dejó esperando al lado del teléfono un saludo de cumpleaños. Y ayer su primera reacción fue negarse a contestar sobre el procesamiento. Pero no pudo contenerse: “Son cosas que pegan duro, pero hay que seguir y saber que si Dios hace las cosas, las hace por algo”, dijo Zulemita a los cronistas sobre el procesamiento de su padre. La hija del ex presidente fue consultada en el velatorio de Yolanda Céspedes, una de las abogadas que actuó en la causa de Menem Junior y sostuvo que se trató de un atentado y no de un accidente. Agregó que su madre, Zulema Yoma, “seguirá luchando para saber qué pasó con Carlitos y seguir con la causa”.

 

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