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EL AÑO QUE VIENE SE CONOCERAN LOS RESULTADOS 
Llega la hora de las vacunas

Las pruebas clínicas se hicieron en Tailandia y EE.UU. sobre unas
8000 personas. Se espera que la vacuna induzca al sistema 
inmunitario a producir anticuerpos que neutralicen el VIH.


El titular del Area Vacunas de Onusida, José Esparza, junto a Shiterand Migasena.
La especialista tailandesa dirige la prueba clínica sobre 2500 personas en su país.

Por Pedro Lipcovich

Hay dos formas de escribir esta nota sobre vacunas contra el VIH. La primera, centrada en el éxito, empezaría así: es posible que, a principios del año que viene, se anuncie el éxito de la primera vacuna contra el sida, que se ensaya sobre casi 8000 personas en Tailandia y Estados Unidos. La segunda, centrada en la dificultad, advierte que todos los optimismos en este tema resultaron infundados y que los investigadores siguen sin ponerse de acuerdo sobre aspectos fundamentales. Ambas formas son verdaderas, y el único modo de que la información no resulte engañosa es articular las dos. Con la vacuna contra el VIH pasa algo parecido: hay varios abordajes posibles y, prevén los investigadores, la vacuna definitiva no elegirá entre ellos sino que será capaz de conjugarlos. Página/12 �anticipándose al debate que se producirá hoy en el Congreso Mundial de Sida� dialogó con la responsable del programa tailandés, sobre los problemas científicos y éticos que plantea el vasto ensayo clínico con voluntarios. Y formuló al responsable del Programa de Vacunas de Onusida la pregunta de rigor: ¿cuánto falta, doctor, para la vacuna? �La primera oportunidad se presentará el año que viene�, ratificó el funcionario.
�La nuestra es la primera prueba de eficacia de una vacuna contra el sida en el mundo�, anunció la doctora Shiterand Migasena, directora de Bangkok Vaccine Evaluation Group, de Tailandia. El vasto ensayo clínico incluye dos grupos de voluntarios: el de Bangkok está integrado por 2545 personas usuarias de drogas por vía endovenosa; el otro grupo, en Estados Unidos, lo forman 5400 hombres que tienen sexo con hombres. En cada caso, la vacuna está adaptada al subtipo de virus prevalente: el B en Estados Unidos, el E en Tailandia.
Los ensayos comenzaron hace seis años, en 1995. Con grupos pequeños, de 30 y luego de 100 voluntarios, se desarrollaron las fases 1 y 2 de la investigación, en las que se constató que la vacuna no produce efectos secundarios y suscita en el organismo respuestas inmunológicas. En 1999 se inició la fase 3, que requiere grandes grupos para precisar la eficacia de la vacuna: �En marzo de ese año, el primero de nuestros voluntarios recibió la primera dosis; en agosto de 2000, se completó el conjunto de 2545 personas: luego de la primera inyección, reciben otra al mes siguiente, otra a los seis meses y luego cada seis meses durante toda la investigación; el mínimo para inducir protección se estima en tres dosis�.
Los resultados preliminares de eficacia en Tailandia estarán a mediados del año que viene. En Estados Unidos, donde el ensayo empezó seis meses antes, los primeros resultados podrán estar a fines del año en curso. Los números finales estarán entre fines de 2002 y mediados de 2003.
�¿Cómo se encara la cuestión ética planteada por estos ensayos? Porque, para que la prueba pueda dar resultados, es necesario que algunos de los voluntarios tengan conductas de riesgo... �observó Página/12.
�Los participantes son aconsejados y auxiliados durante toda la prueba para que reduzcan sus comportamientos de riesgo. Precisamente traigo datos de que, durante el primer año de la prueba, entre los voluntarios disminuyó la conducta de compartir jeringas y aumentó el uso de preservativos: hay pruebas de que los comportamientos de riesgo disminuyeron �contestó la doctora Migasena.
José Esparza, titular del Area Vacunas de Onusida (organismo de las Naciones Unidas dedicado a esta enfermedad), explicó que �antes de la prueba, Onusida trabajó con la población sobre la que iba a efectuarse. Cuando empezamos, la frecuencia de infección llegaba al diez por ciento anual; con nuestra intervención, bajó al 4 por ciento, pero no más. Es que, si sólo la prevención pudiera controlar la epidemia, no haría falta vacuna�. 
De hecho, �la muestra en Estados Unidos tuvo que ser más numerosa porque, entre hombres que tienen sexo con hombres, la tasa es de 1,5 por año: más baja que entre los usuarios de droga endovenosa�, agregó Esparza. La vacuna que se utiliza en estos ensayos se fabrica con sólo un pedacito del virus: �Se usa una proteína llamada gp-120, que forma parte de la envoltura del virus. La vacuna se sintetiza por ingeniería genética, de modo que no hay riesgo de que tenga restos de virus activo: es imposible que alguien pueda contraer el sida por la vacuna�, aseguró Esparza.

La vacuna plural

Se espera que esta vacuna induzca al sistema inmunitario a producir �anticuerpos neutralizantes�, sustancias que neutralizan al VIH: ya se probó en un número reducido de chimpancés (único animal, además del hombre, que puede infectarse con el VIH), y produjo inmunidad total contra la infección. De todos modos, hay que ser prudentes con la esperanza en materia de vacunas (ver recuadro). Y esta apuesta no es la única. 
�La estrategia es desarrollar, al mismo tiempo, distintos tipos de vacunas. Hay vacunas diseñadas, no para generar anticuerpos sino �inmunidad celular�: actúan sobre células del sistema inmunitario para �enseñarles� a reconocer las células infectadas por el VIH y matarlas�, contó Esparza. Estas usan �vectores vivos: otros virus, no patógenos, como el Canary Pox, que afecta a los canarios: por ingeniería genética, se le introducen algunos genes del VIH que estimulen la inmunidad celular�.
Estas se prueban ya en grupos reducidos de voluntarios y constituyen la segunda generación de vacunas, después de la que se ensaya en Tailandia. �El futuro más probable es el de una vacuna compleja, por combinación de varios mecanismos. Ya se planifica para las Américas un gran ensayo que combinará los dos mecanismos: incluirá

Preguntas aún sin respuesta

Por P. L.

�En 1984, después de que se aisló el virus del sida, había mucho optimismo: conocíamos formas de hacer vacunas contra enfermedades virales, se pensaba que sería fácil pero no fue así�, admite el venezolano José Esparza, responsable de Vacunas del Programa de Sida de la ONU. 
Una razón es que �no sabemos qué tipo de respuesta inmunitaria puede proteger contra el VIH. Si una persona tiene anticuerpos contra el virus de la hepatitis, sabemos que no enfermará; pero alguien puede tener anticuerpos contra el VIH y enfermar. De hecho, la infección se detecta porque la persona es �seropositiva�: tiene anticuerpos en su sangre y, si no se la trata con antivirales, enfermará de sida. Con vacunas como la que se ensaya en Tailandia, apostamos a que, si el anticuerpo se genera antes de la infección, ésta pueda prevenirse, pero no estamos seguros�. 
Otra dificultad es que �en el mundo hay diez subtipos de VIH. El más frecuente es el C, que prevalece en el sur de Africa y en la India y causa la mitad del total de infecciones. En las Américas, es más frecuente el B. En la Argentina circulan el B y el F, que a su vez es un híbrido, una recombinación de otros dos �señaló Esparza�: es posible que necesitemos vacunas �a medida� para cada subtipo.�
�Con este panorama, tal vez no tenga sentido preguntar cuánto tiempo falta para lograr una vacuna... �vaciló el cronista.
�La primera chance para una vacuna se producirá en 2002, con los primeros resultados del experimento de Estados Unidos y Tailandia: la obtención de la vacuna dependerá de las pruebas de eficacia cuyos resultados estamos por empezar a conocer �contestó Esparza.

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