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RESULTADO DEL OPERATIVO DE EVALUACION EN QUINTO AÑO EN LENGUA Y MATEMATICA
Estamos mal pero no seguimos cayendo

En promedio, los estudiantes contestaron correctamente el 59,1 por ciento de las preguntas de Lengua y el 61,3 por ciento de las de Matemática. Hay 14 puntos de diferencia entre los peores y mejores resultados. El nivel socioeconómico es la variable de mayor peso.

Por Nora Veiras

La mitad de los alumnos que egresa del secundario es pobre. Dos de cada diez trabaja. En promedio, contestaron correctamente el 59,1 por ciento de las preguntas de las pruebas de Lengua y el 61,3 por ciento de las de Matemática. Sólo un 33 por ciento de las escuelas está cerca de alcanzar lo que se supone que deben enseñar. “A pesar del desafío de atender poblaciones de mayor heterogeneidad, la calidad promedio no cayó. Es importante destacarlo porque se han incorporado más chicos de los sectores vulnerables. Existe una distancia de entre 13 y 14 puntos entre los mejores y los peores resultados. En un país con tan alta concentración del ingreso, se demuestra que la escuela sigue teniendo capacidad de generar una sociedad con mayor equidad”, interpretó el ministro de Educación, Andrés Delich, al presentar en sociedad el resultado del Operativo Nacional de Evaluación en las pruebas de Lengua y Matemática en quinto año.
El subsecretario de Educación Básica, Gustavo IaIaies, y la directora ejecutiva del Instituto para el Desarrollo de la Calidad Educativa (IDECE), Silvia Montoya, acompañaron la breve explicación política de Delich que tuvo un claro objetivo: reivindicar el rol de la escuela pública a pesar de todo. “Entre las escuelas de mejores resultados en el país, un 29 por ciento atiende alumnos con vulnerabilidad social. Esto demuestra que algunas escuelas logran romper las limitaciones de su contexto socioeconómico”, dijo el ministro. IaIaies abundó en que de acuerdo a los resultados “para el 70 por ciento de los estudiantes da lo mismo ir a escuelas públicas o privadas. Las diferencias existen realmente en los establecimientos privados de los sectores más altos” (ver cuadro).
Las pruebas de Lengua y Matemática que tuvieron que rendir en setiembre del año pasado 284.632 alumnos (el 84,4 por ciento del total) de quinto año –equivalente a tercero del Polimodal– mostraron la alta incidencia de la variable socieieoeconómica en el rendimiento escolar. El mapa de distribución del ingreso de los alumnos reproduce casi con exactitud el de los rendimientos escolares (ver mapas). No obstante, IaIaies se empeñó en aportar argumentos que alimentan una lectura positiva: “En el nordeste, el ingreso per cápita ronda los 4100 dólares, en la región centro (que incluye ciudad y provincia de Buenos Aires) trepa a más de 10 mil dólares, es decir que la región centro tiene más del doble del PBI per cápita pero la brecha en el resultado educativo es mucho menor”, dijo. Montoya, quien se integró a Educación durante la gestión de Juan Llach y fue la encargada del tema durante la última campaña electoral de Domingo Cavallo, remarcó que los resultados alcanzados por los alumnos de “la escuela pública contradicen las aseveraciones que aseguran que la privada es mejor”.
Las principales conclusiones del operativo, que incluyó pruebas de Física-Química e Historia-Geografía cuyos resultados se están elaborando, son las siguientes:
u El porcentaje de aciertos en el Nivel Socioeconómico Bajo (NSE) fue de 54,2 por ciento; en el medio de 61,8 por ciento y en el alto de 68,5 por ciento.
u En Matemática, los alumnos de la región centro tuvieron en promedio el 64 por ciento de aciertos –en el NSE bajo los aciertos fueron del 26 por ciento)–, el porcentaje fue descendiendo hasta el 51 por ciento de aciertos en el Nordeste, donde llamativamente casi coincide con los resultados de los chicos más pobres que obtuvieron el 48 por ciento de respuestas correctas.
u En Lengua, la curva varía entre 62 por ciento de aciertos en la región centro y 50 por ciento en el nordeste. En los sectores pobres el comportamiento es casi idéntico a lo que sucede en Matemática.
u En promedio, los resultados registraron una baja de 5 puntos en ambas asignaturas con respecto al año pasado.
u El nivel educativo de los padres es una de las variables que más influye en el rendimiento. Los hijos de padres sin estudios formales obtuvieron un51 por ciento de aciertos, la curva asciende hasta el 69 por ciento de respuestas correctas entre quienes tienen padres con estudios terciarios o universitarios.
u La disponibilidad de libros en el hogar tiene también alta incidencia en la calidad de los aprendizajes de los estudiantes: 17 puntos es la brecha a favor de quienes cuentan con bibliotecas con más de 100 textos y los que cuentan con menos de 10.
u En Matemática, los ejercicios que implican el uso de cálculo combinatorio y probabilidades; en Lengua el reconocimiento de los recursos argumentativos usados en el texto, fueron los que registraron el mayor grado de dificultad.
u Los varones obtuvieron mejores resultados en Matemática (63,3 aciertos frente a 59,8 de las mujeres) y las mujeres los superaron en Lengua (61,3 frente a 56,8 por ciento de aciertos).
u El buen estado del edificio y de las bibliotecas, las expectativas favorables de los directores en cuanto a los logros de los alumnos y el tiempo dedicado por éstos a cuestiones pedagógicas y no administrativas son otros de los factores que inciden en los aprendizajes.
La exposición de los resultados del Operativo de Calidad por primera vez desde 1995 no incluyó el ranking de rendimiento por provincias. En acuerdo del Consejo Federal decidieron darles prioridad a los mapas regionales y al entrecruzamiento de los datos secos de las pruebas con los factores de contexto como el nivel educativo de los padres, la cantidad de libros disponibles y los educativos como el clima de trabajo en la escuela, la relación con las familias y la calidad de los recursos didácticos, entre otras. La decisión política fue evitar la riesgosa comparación entre la evolución de cada jurisdicción en un país donde la fragmentación es lo único que crece. Otra decisión tanto o más política fue evitar los rankings por escuelas que se fundan en una concepción competitiva de los establecimientos y no en una mejora equitativa del sistema.
Entre las escuelas de alto rendimiento, el IDECE remarcó que un 25 por ciento de los alumnos pertenecen a sectores de vulnerabilidad socioeconómica (padres con educación primaria, más de 3 personas por cuarto, vivienda sin inodoro o hermano/a del alumno entre 7 y 17 años que no va a la escuela), un 15 por ciento manifiesta problemas de conducta y un 14 por ciento trabaja como empleado de otra persona.
Distintas investigaciones educativas demuestran que a pesar del prejuicio general las escuelas que logran mejores resultados son las más heterogéneas. El valor diferencial de la escuela aparece cuando su población no está compuesta exclusivamente por alumnos con mayores probabilidades de tener bajo rendimiento o, por el contrario, de tener buenos resultados.
Los funcionarios nacionales remarcaron que a pesar del deterioro social, la escuela sigue brindando una oportunidad a los sectores más vulnerables. Con 14 millones de pobres y la mitad de los adolescentes que abandona el secundario, algunos pedagogos empezaron a preguntarse cuánta equidad social es necesaria para garantizar condiciones de “educabilidad” en los chicos: en otras palabras hasta dónde la escuela tiene márgenes para actuar si se encuentra ante desnutridos, marginados en el más cabal de los sentidos. Los que llegaron a egresar del secundario superaron el desafío de llegar a la meta formal pero los resultados son más que magros.

Claves
- La mitad de los estudiantes de quinto año egresados en el 2000 son pobres y el 20 por ciento trabaja.
- La incorporación de alumnos de sectores más humildes no generó una caída abrupta en los resultados promedio.
- La variable socioeconómica es la que más incidencia tiene en el rendimiento pero la amplia brecha social no se reproduce en la escuela: la diferencia promedio sólo llega al 14 por ciento.
- “Para el 70 por ciento de los chicos no hay grandes diferencias entre ir a la escuela pública o privada. Sí se advierte una brecha entre las escuelas privadas de los sectores más altos”, dijo IaIaies.

Pacto de última hora para no llegar al mes de huelga

Uno de los gremios docentes bonaerenses ya acordó volver a dar clase, y otros dos podrían imitarlo hoy. Si el arreglo se impone, el Gobierno no descontará del salario los días de huelga, que superaron las tres semanas.

Después de más de tres semanas de paro de los docentes bonaerenses, comenzó a despejarse el panorama. Ayer, la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) firmó un acuerdo con el gobierno provincial para volver a dar clases, y hoy podría hacer lo mismo el Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), si sus afiliados aprueban la propuesta oficial. De esta manera, entre hoy y mañana más de dos millones de alumnos volverán a las aulas en la provincia más grande del país. De todos modos, los gremios docentes lograron poco con la huelga. Apenas se aseguraron que no les descontarán los días no trabajados por el paro y que no eliminarán el plus para los docentes de zonas rurales. Los famosos patacones y la rebaja de sueldos, que en un primer momento fueron los motivos de la huelga, seguirán vivitos y coleando.
“Decidimos firmar el acta acuerdo, porque contempla casi todo lo que pedíamos”, dijo Jorge Martín, titular de la FEB. “Por lo tanto desde mañana (por hoy) la medida de fuerza queda suspendida”. Hugo Yasky, secretario general de SUTEBA, afirmó que “nuestros afiliados decidirán si aceptan la propuesta”, aunque calificó de “positivo” el ofrecimiento que hace la provincia.
En el marco de la conciliación obligatoria dispuesta por el gobierno bonaerense, las negociaciones se prolongaron durante todo el fin de semana. Inclusive el sábado se estuvo muy cerca de sellar un acuerdo. “Habíamos encontrado muchísimos puntos de contacto, pero los docentes no se querían comprometer a no parar, y entonces todo se trabó de vuelta”, aseguró a Página/12 un alto funcionario de la provincia que tuvo un rol importante en las negociaciones. Yasky consideró que “querían que firmáramos una especie de cheque en blanco con respecto a no realizar ningún tipo de protesta en el futuro”. En el acuerdo final, esa exigencia quedó excluida, aunque en los despachos de Bordón dan por descontado que “los docentes no van a parar”.
El acuerdo que fue aceptado por la FEB y que hoy avalarían SUTEBA y AMET (los docentes de escuelas técnicas) contempla ocho puntos; regularizar los fondos para comedores y becas, no descontar los días de huelga, formar una comisión para revisar la ley 12.727 (que estableció el ajuste), otra para acordar la compensación por las horas de clase perdidas, no cambiar el Estatuto Docente, mantener el plus por zona desfavorable, pagar los haberes “en tiempo y forma” y reiniciar las clases a partir de la firma del pacto.
La huelga docente comenzó el 6 de agosto, cuando debía reiniciarse el ciclo lectivo, tras las vacaciones de invierno. Los reclamos de los maestros eran rechazar el recorte de sueldos y el pago en patacones, que no se altere el Estatuto Docente y que se regularice la entrega de fondos para comedores y becas. Con el correr de los días, quedó claro que el rojo de las cuentas públicas bonaerenses hacía imposible que la parte de los sueldos en bonos se pagara en efectivo, por lo que los docentes corrieron el eje de sus protestas hacia los demás puntos.
La primera reunión de ayer por la conciliación obligatoria comenzó a las 14 en la sede de la Dirección de Cultura y Educación, en La Plata, con la presencia del titular de ese organismo, José Octavio Bordón, de los ministros de Economía, Jorge Sarghini, y de Trabajo, Aníbal Fernández, y los delegados de la FEB. Allí, al cabo de dos horas, la FEB pidió un cuarto intermedio, y la continuación de la reunión quedó para las 20.
En ese encuentro, al contemplarse la creación de una comisión para estudiar posibles alternativas a la rebaja a quienes cobren más de 1200 pesos pero pos distintos trabajos, la FEB decidió aceptar la propuesta del Ejecutivo bonaerense. En tanto, el SUTEBA, que no asistió a esos encuentros, solicitó una prórroga hasta hoy, para terminar de hacer las consultas con su base. Pero los gremialistas reconocían “off the record” que ya no les quedaba consenso social para continuar con la huelga por tiempo indefinido. Por otra parte, el conflicto docente está atravesado por la interna del propio justicialismo. Como durante agosto el gobierno giró fondos por aportes gremiales a la FEB y al SUTEBA, algunos quisieron deslizar la posibilidad de algún “acuerdo secreto” para ablandar a los sindicatos. Pero como esos pagos corresponden por ley y se hicieron antes y durante el paro por tiempo indefinido, suena absurdo suponer que sirvieron para “arreglar” a los gremios. Yasky encontró esta explicación: “Son todas operaciones de Eduardo Duhalde, que busca embarrar la llegada de un posible acuerdo. Siempre se comportó como un patrón de estancia”. Más allá de operaciones, hoy una buena parte de los alumnos bonaerenses volverán a los clases. Y, pese a la modestia de los logros de los gremios, mañana terminaría de regularizarse la situación. Al menos, a corto plazo.

Informe: Alejandro Cánepa.

 

 

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