Por
Eduardo Tagliaferro
Existía
una orden del entonces presidente de la Nación, Carlos Menem, de
carácter verbal, que me comunicó personalmente, por la que
la Secretaría de Asuntos Especiales a cargo de Karim Yoma debía
encargarse de todas las negociaciones para la colocación de material
bélico en los países árabes, afirmó
ayer Jean Charles Uranga, ex subsecretario de Producción para la
Defensa durante la gestión de Antonio Erman González. El
testimonio no sólo cristaliza la participación de Menem
en la venta de armas, sino que también complica el, ya de por sí
bastante oscuro, futuro procesal de su ex cuñado Emir Yoma.
Uranga, un ex coronel del ejército, fue funcionario de Menem hasta
fines del año 90. En su condición de militar anteriormente
había integrado la Dirección de Fabricaciones Militares.
En la investigación por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador,
fue procesado por el delito de falsedad ideológica, ya que en su
condición de miembro de la cartera de Defensa había participado
en el trámite del fallido decreto 1633/92, que autorizaba la venta
de armamento a Bolivia. La Cámara Federal confirmó la falta
de mérito que le había dictado Urso.
En momentos en que Menem espera que la Sala II de la Cámara Federal,
falle sobre su apelación al procesamiento dictaminado por Urso
que lo consideró Jefe de la asociación ilícita que
realizó la venta ilegal, el testimonio de Uranga recuerda que las
negociaciones de armamento eran monitoreados personalmente por el caudillo
riojano.
Al explicar los fundamentos de la orden verbal de Menem designando
a Karim como encargado de la venta de armas a los países árabes,
Uranga explicó que era porque Karim hablaba árabe
y había estado destinado como embajador en esa región.
Los argumentos que según Uranga, le transmitió el ex presidente,
estaban acompañados de una definición un tanto extraña,
que el ex funcionario repitió ayer ante los investigadores judiciales:
Los árabes eran gente muy especial que no trataban con cualquier
persona. La designación de Yoma en esa función, limitó
las competencias de Uranga y así lo precisó éste
en su declaración testimonial: A raíz de esta orden
del Presidente mis funciones como Subsecretario de Producción para
la Defensa se vieron acotadas ya que toda negociación para venta
de material bélico hacia los países árabes debía
pasar previa y necesariamente por Karim y recién remitida a mi
área para realizar la correspondiente tramitación según
la legislación en ese entonces vigente.
Cuando los funcionarios judiciales quisieron saber si las instrucciones
de Menem se limitaban solamente a las negociaciones vinculadas con los
países árabes, Uranga señaló que en
ese momento el cien por cien de las operaciones de un monto considerable
era con países árabes, razón por la cual entiendo
que no era necesario que generalizara la orden impartida. Las ventas que
eran menores se canalizaban directamente tal como señalaba la normativa
vigente para esa época, las que tenían cierta entidad se
realizaban de la manera antes descripta, es decir a través
de la secretaría que comandaba Karim Yoma.
En verdad Karim había comenzado su trayectoria como asesor del
entonces Canciller, Domingo Cavallo. Posteriormente ascendió a
Director, subsecretario y por último Secretario. Sería difícil
admitir que su repartición tenía funciones acotadas, la
enunciación de su nombre despeja las dudas: Secretaría de
Asuntos Especiales, de España e Italia, Medio Oriente y Africa
del Norte. Eran los tiempos dorados del menemismo y del clan Yoma. Aunque
Karim sostiene que son perseguidos por ser familiares de Menem,
su propio hermano Emir se encargó de graficar la idea que la familia
tiene de la política cuando le reconoció a la revista Noticias:
el poder es hacer favores.
Uranga estaba al tanto de las gestiones que el brigadier Tomás
Medina y el almirante Edmundo Schaer habían llevado adelante para
venderle seis submarinos a Taiwan. Me invitó a cenar el embajador
de China, interesadoen que la operación no se realizara,
dijo Uranga en su testimonial de ayer. Incluso recordó la respuesta
que le había entregado al embajador: Le dije que personalmente
no estaba de acuerdo ya que iba a crear un problema, razón por
la cual no iba a firmar ninguna propuesta. Dos días después
me fui al culminar mi gestión. Los submarinos eran un viejo
proyecto que había ideado el almirante Emilio Eduardo Massera.
Aprobado por el congreso meses antes del golpe militar del 76, los
submarinos se proyectaban construir en los astilleros Domecq García
y formaban parte del Plan de Reequipamiento Naval, una faraónico
proyecto ideado por Massera para modernizar a la Marina y de paso impulsar
los negocios privados. Uranga abandonó su puesto por
discrepancias con Erman y su sucesor fue Juan José Basualdo. Le
pregunté (a otros funcionarios) quien era, ya que no lo conocía,
me refirieron comentarios como que éste lo pone Emir
o era Emir. Paso seguido Uranga señaló
que lo había visto a Emir en una sola oportunidad, cuando
el Presidente hacía reuniones de tango o folklore en el subsuelo
de la presidencia. Tiempos en que el ex cuñado no pensaba
que le tocaría bailar con la más fea. Uranga tuvo tiempo
para rememorar en los tribunales que conocía a Jacinto Akil, un
empresario dedicado a los fuegos artificiales. Precisó que había
realizado el servicio militar con su hermano el entonces capitán
Abdala Akil. Incluso aseguró que Akil compraba la pólvora
en China. Supongo que fue por su primo Carlos Menem, respondió
Uranga cuando el fiscal Carlos Stornelli le preguntó si sabía
como se había entablado la relación entre Akil y Fabricaciones
Militares.
Pedido
sobre Río Tercero
El
abogado Ricardo Monner Sans entregó ayer al fiscal federal
Carlos Stornelli, copia de la transmisión documental, realizada
por Punto.doc, sobre la explosión de la fábrica
militar de Río Tercero. Monner Sans, autor de la denuncia
que dio inició a la causa por la venta ilegal de armas en
marzo del 95, reclamó que se cite a testimoniar a Ana
Gritti, viuda de una de las víctimas de la primera explosión
en la planta cordobesa. El testimonio de Gritti es significativo
ya que la abogada es una de las querellantes en la causa que sustancia
el tribunal cordobés, quien a su vez deberá responder
a la justicia federal porteña si delega sus actuaciones en
el juez Jorge Urso, tal como lo reclamó el magistrado. Para
Urso y el fiscal Carlos Stornelli, la fábrica cumplió
un rol estratégico en la maniobra que condujo a que el armamento
argentino termine en Croacia y Ecuador. Por eso señalaron
que existe una conexidad entre ambas causas.
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Carrió
y Ocaña con el fiscal
Las
diputadas Elisa Carrió y Graciela Ocaña, integrantes
de la comisión parlamentaria que investiga el lavado de dinero,
se entrevistaron ayer con el fiscal federal Carlos Stornelli. Las
legisladores vienen estudiando una serie de transacciones en las que
aparecen algunas de las entidades involucradas en la venta ilegal
de armas a Croacia y Ecuador. Si bien no se conoció el contenido
de la reunión, en Tribunales se especulaba con que podría
estar vinculada a transacciones financieras. Lo que en la causa se
conoce como la ruta del dinero. Investigación que
pretende esclarecer cuál fue el camino de los aproximadamente
35 millones declarados legalmente, amén de la diferencia. Ya
que se sospecha que el precio real de venta rondó los 100 millones. |
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